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Daniel Formoso, ex policía federal y psicólogo social, oriundo de Catamarca pasará el resto de su vida tras las rejas por haber asesinado a Vanesa Gauna, una joven de Río Gallegos, durante un violento episodio que se registró en la madrugada del 2 de marzo del año pasado.

El viernes pasado, Formoso fue condenado a la pena de reclusión perpetua en orden al delito de homicidio doblemente agravada por el vínculo y por mediar violencia de género, por el tribunal de la Cámara Oral de Río Gallegos, encabezada por María Alejandra Vila.

La Opinión Austral tuvo acceso exclusivo a una copia del fallo de 53 fojas que da cuenta de los detalles y elementos que encontró la Justicia para condenar al ex agente de la fuerza de seguridad federal, dejando de lado la postura de la defensa que, según ella, se trataba de un suicidio.

La dinámica del hecho

Según pudo saber este diario, para el tribunal conformado por la nombrada Vila, Jorge Yance y Gerardo Giménez, la dinámica del hecho a partir de la evidencia fílmica, testimonial y pericial, comenzó en la madrugada del 02 de marzo de 2024, aproximadamente a las 04:42/04:43 horas, en las inmediaciones del domicilio de la calle Pasteur al 1000, luego de que Formoso y Gauna se retiraran de un asado en la casa de un familiar de ella.

Vanesa Gauna tenía 39 años, era madre, policía y deportista. FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL

La agresión se inició cuando Formoso se acercó al Sandero de Gauna y le “habría propinado un golpe a mano abierta en la zona de la cabeza“. Luego, se generó una discusión, y Formoso ingresó al auto, sentándose en el asiento del acompañante delantero, continuando con su “accionar violento” y propinándole a Gauna golpes de puño.
En este contexto de violencia, la víctima intentó huir. Las secuencias fílmicas analizadas y mostradas durante las jornadas de juicio corroboraron que Vanesa encendió las luces, el limpiaparabrisas, e intentó dar marcha al rodado, maniobrando para que las ruedas delanteras quedaran dirigidas hacia el centro de la calle, lo cual evidenció su intención de irse del lugar y fue incompatible con la versión de un “cordonazo” que había sido planteada por Formoso en su indagatoria. Para el tribunal quedó claro que el acusado impidió que ella se retirara del lugar.

Una de las últimas fotos de Daniel Formoso en libertad. FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL

En el mismo sentido se concluyó, basándose en el análisis de los peritos y el forcejeo, que la situación escaló violentamente. El hecho fatal que terminó con la vida de la policía federal, madre y deportista, se consumó en un lapso de menos de un minuto, concretamente entre las 04:57:38 y 04:58:32 horas.

Policías requisando el lugar donde Gauna solía dejar su arma reglamentaria. (FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL)

En ese momento, Formoso, quien se vinculó a Vanesa de manera violenta, efectuó un disparo a Gauna en la región temporal derecha por encima del pabellón auricular, valiéndose del arma reglamentaria marca Bersa, lo que le provocó la muerte de manera violenta a causa de un shock neurogénico por trauma encefálico. Tal como lo indicó la doctora María Watson en su exposición, el disparo tuvo una dirección de abajo hacia arriba, de atrás hacia adelante, con orificio de salida, quedando en el techo del rodado.

Los cuerpos del expediente exhibidos en el juicio. FOTO: MARTÍN MUÑOZ QUESADA/LA OPINIÓN AUSTRAL

La relación

El vínculo que unía a Formoso y Gauna trascendía al laboral y académico (ambos estudiaban psicología social). Ellos mantuvieron una relación “amorosa” durante unos siete años según el tribunal, pese a que el ahora condenado haya minimizado la misma diciendo que solo se limitaba a “encuentros ocasionales“.

En el fallo al que tuvo acceso La Opinión Austral, se hizo hincapié en el departamento que Vanesa pagaba para esos encuentros “furtivos”. Esto ratificado con el testimonio de la mujer que alquilaba el lugar a la policía que utilizaba el nombre ficticio de Mabel Gauna para abonar.

Toda la prueba secuestrada en el caso fue exhibida en la sala. FOTO: MARTÍN MUÑOZ QUESADA/LA OPINIÓN AUSTRAL

En el mismo sentido, la hija de esa mujer que residía por esos días al lado del departamento contó que había visto a la pareja en reiteradas oportunidades, haciendo hincapié en los ruidos que ella escuchaba “a veces de intimidad, a veces de peleas” contó en el juicio de valoración de pruebas.

Para el tribunal, quedó claro una relación asimétrica. Primero por la jerarquía que tenían en la fuerza de seguridad, luego en lo posesivo y “mentalmente dependiente” de Formoso para con Vanesa.

Los jueces Gerardo Giménez, María Alejandra Vila y Jorge Yance. FOTO: MARTÍN MUÑOZ QUESADA/LA OPINIÓN AUSTRAL

Incluso esto fue robustecido por algunos mensajes que se encontraban en el celular del condenado, en los que decía, por ejemplo: “Te juro. Otra vez te desubicas y me dejas como un Gil, no sé cómo voy a reaccionar” fue una de las amenazas explícitas como otra que decía “no me importa un pingo, ni siquiera ir en cana“. Esto llama la atención porque la actitud tomada por Formoso es muy similar a la de Pablo Núñez, entonces integrante de la Policía de Santa Cruz, que le arrebató la vida a Jesica Minaglia, en un hecho que ocurrió en abril del 2020, en la localidad de Piedra Buena.

En contraste, Vanesa se mostraba en general condescendiente y trataba de complacerlo. La autopsia psicológica indicó que Vanesa tenía “excesiva confianza y sumisión” hacia Formoso.

La sala y el tribunal conformado por Gerardo Giménez, María Alejandra Vila y Jorge Yance. FOTO: MARTÍN MUÑOZ QUESADA/LA OPINIÓN AUSTRAL

¿Suicidio?

El planteo realizado por la defensa que Vanesa podría atentar contra su propia vida fue desechada por la fiscal Verónica Zuvic, la querellante Cinthia Rivero y también por el tribunal. Esto se pudo ver gracias al testimonio de los testigos y las pericias que se realizaron en la instrucción.

Verónica Zuvic mientras daba su alegato. FOTO: MARTÍN MUÑOZ QUESADA/LA OPINIÓN AUSTRAL

El informe concluyó que el suicidio por arma de fuego resultaba una opción de baja probabilidad para Vanesa. Esta determinación se basó en el perfil de la víctima y en la información recabada de su entorno. La pericia indicó que, por sus características de personalidad, era poco probable que Vanesa recurriera a un método de alta efectividad como un disparo, sino que si hubiera buscado autolesionarse, lo más probable era que hubiera recurrido a “conductas de llamado de atención de baja letalidad”.

Un efectivo custodiando el auto donde ocurrió el hecho. Vanesa era de la Policía Federal. FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL

Además, el descarte de la hipótesis de suicidio se fundamentó en las entrevistas con sus en instrucción y en el juicio, de las cuales surgió que Vanesa era descrita como una persona activa y “llena de vida“, con proyectos en curso y planes inmediatos.

Cinthia Rivero durante su alocución. Detrás, Romina, hermana de Vanesa Gauna. FOTO: MARTÍN MUÑOZ QUESADA/LA OPINIÓN AUSTRAL

Entre estos proyectos se encontraban la planificación del cumpleaños de su hija y la organización de toda una vida, además de que se encontraba finalizando el pago de las cuotas de su automóvil. El análisis también determinó que la única área de conflicto presente en la trayectoria vital de la víctima era la relación que mantenía con Daniel Formoso.

Rastros de pólvora

Uno de los puntos más relevantes para la causa fue quien disparó el arma. La sentencia afirma que la materialidad delictiva fue debidamente acreditada, estableciendo que Formoso, “desde el asiento del acompañante delantero, efectuó un disparo a Gauna en la región temporal derecha. La querella y la Fiscalía reforzaron esta conclusión, señalando que la evidencia material y testimonial demostraba la culpabilidad de Formoso por el homicidio doblemente agravado.

El rodado con las fajas del Poder Judicial, el día después. FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL

A pesar de la conclusión del Tribunal, el imputado mantuvo su versión de los hechos. Al prestar declaración indagatoria, Formoso dijo que no disparó contra Vanesa. Él sostuvo que, mientras se encontraba en el asiento del acompañante buscando sus anteojos dentro de su mochila, sintió el estruendo y preguntó a Vanesa “¿Qué hiciste?”. Tras esto, salió corriendo hacia el domicilio gritando que “se pegó un tiro“, e incluso en sus palabras finales ante el Tribunal declaró: “Que puedo ser culpable de varias cosas, pero no de homicidio“.

Formoso cuando se identificaba ante el tribunal. FOTO: MARTÍN MUÑOZ QUESADA/LA OPINIÓN AUSTRAL

La defensa de Formoso apoyó la duda, argumentando que los datos objetivos de la prueba científica apuntaban a que el disparo fue realizado por Gauna. Sin embargo, el Tribunal desestimó esa versión, al considerar que la conducta posterior del imputado de herirse la mano y romper un vidrio, dejando sangre, fue un acto destinado a obstruir la investigación, a disfrazar de suicidio el homicidio cometido, y borrar los rastros de pólvora que tenía en sus manos, dada su experiencia de 20 años como policía federal y su conocimiento en investigación criminal. Además, de la evidencia del forcejeo en el interior del vehículo, confirmó que Formoso estuvo con ella al momento del disparo.

La actitud posterior y el consumo

La actitud de Daniel Edgardo Formoso tras el hecho estuvo marcada por un estado de alteración y acciones que, según la Fiscalía, buscaban obstaculizar la investigación. Formoso regresó al domicilio “muy exaltado“, “sobreactuado” y “alterado” -tal como dijeron los asistentes al asado-, con sangre en la cara y en la ropa, preguntando: “Vanesa, ¿cómo me podés hacer esto?”. En ese estado, Formoso golpeó la mano y rompió un vidrio, sangrando en todas partes, lo cual llamó la atención de los testigos.

El acusado jugando con sus lentes durante la primera jornada de juicio. FOTO: MARTÍN MUÑOZ QUESADA/LA OPINIÓN AUSTRAL

El día del evento, Formoso admitió haber consumido cocaína tanto él como Vanesa. El informe pericial realizado sobre las muestras de orina extraídas a Formoso detectó la presencia de cocaína, confirmando que ambos habían consumido la droga cuando salieron a comprar bebidas alcohólicas a un “clandestino”. Adicionalmente, durante la intervención en el vehículo, se procedió a secuestrar algunos gramos de cocaína y otros de marihuana. En el fallo se señaló que este estado de intoxicación pudo haber potenciado la reacción de Formoso.

Los familiares de Vanesa se fundieron en un abrazo tras conocer el fallo. FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL

Conclusión y ¿lo que viene?

Pese a que desde el día de la sentencia comenzaron a correr los plazos para potenciales presentaciones recursivas, para el tribunal no quedaron dudas que Formoso fue el responsable de la muerte de Vanesa Gauna, condenándolo a la pena de reclusión perpetua. Esta pena sirvió para que los familiares de la policía federal y también la comunidad de Río Gallegos pudieran cerrar un lamentable episodio.

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