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Por Juan I. Martínez Dodda
“¿Cómo nos vemos? Pacientes, atentos a cómo se desarrolla la economía local con las propuestas para bajar impuestos, estamos expectantes te diría, deseamos ser competitivos a nivel internacional y repuntar localmente, siempre cuidando el recurso (el campo) para seguir adelante, y en ese camino, uno elije qué criar para estar menos expuesto a los vaivenes de la economía”, reflexiona, en diálogo con Santa Cuz Produce, Silvina Puig Halliday, productora ovina junto a su marido (Eduardo) y sus hijos (Santiago y Teddy).
La elección que hicieron hace ya unos años, para sobrevivir al contexto local e internacional es una raza multipropósito (Merino) que tiene lana de alta calidad y se pueden comercializar a altos precios, con índices de producción muy buenos en kilos de carne por animal.
Silvina es una mujer que nació en Río Gallegos y se crió “citadina”. Su papá era topógrafo y eso hizo que, como dice ella, se criara con un espíritu “nómade”: vivió en Rawson (Chubut), Villa Carlos Paz y Río Tercero (Córdoba) y en Río Negro. Ya terminando la adolescencia conoció a su compañero de vida, Eduardo Halliday, y con él y su familia, también se enamoró del campo. Los dos, junto a sus hijos y un gran equipo, llevan adelante “Los Pozos”, un establecimiento que ha ido encontrando la vuelta para hacer los cambios necesarios y sobrevivir. “Cambiar para que nada cambie”, poder seguir viviendo de la lana y la carne, que es lo que saben hacer.
“Hoy tenemos luz eléctrica las 24 horas, pero en aquellos años el motor de luz se prendía de 18 a 22, antes amasaba el pan, hoy pongo la máquina y en un par de horas sale calentito y no gasto gas, cuando arrancamos tuvimos la estufa a carbón y leña, o sea que aprender a cocinar y que no se apague la cocina fue divertido, luego pasé a la cocina de querosén por goteo y se calentaba el agua con serpentina, hace 10 años pasamos al gas, y ahora, hasta tenemos termotanque para el agua caliente, ni hablar de las comunicaciones, que hoy tenemos internet 24 horas y antes, ni te cuento”, recuerda Silvina.
La nieve “empezó antes de lo previsto” y complicó el suministro de alimentos.
“Cuando llegué no sabía nada, pero mi marido, mi suegro y mi suegra me fueron enseñando y acompañando, hoy me gusta mucho la época en que inseminamos (son unas 1500 ovejas por año), porque en el fondo estás creando vida, eso es muy gratificante, más cuando hacés la ecografía y ves que son dos”, comparte Halliday.
Cómo pasaron el temporal
“Los Pozos” está en la margen norte del río Gallegos, contra el Atlántico, veníamos bastante bien, con unos 20 centímetros de nieve hasta la nevada de la noche del 4 de julio que vino con viento y provocó que se taparan algunos cañadones, tuvimos que salir a rescatar ovejas, algunas murieron”, contó Halliday.
La caída previa de precipitaciones en el departamento Güer Aike fue “salvadora”.
En el resto de la provincia “la macana fue que empezó antes de lo previsto, uno piensa que en junio todavía no va a nevar, te tirás a hacer todo en julio, y esta vez los agarró complicados, sin tener la cantidad de forraje y otras cosas necesarias, fue bastante áspera”.
“Hoy, en la zona nuestra, el departamento de Güer Aike, la franja que va desde la cordillera al Atlántico, la primavera y el verano habían venido con más precipitaciones que el año pasado y eso nos salvó, si esta nevada hubiera caído el año pasado hubiéramos estado muy, pero muy mal, mucho peor“.
En “Los Pozos” tienen silos con cebada, rollos de pasto, fardos de alfalfa, y estaban pertrechados para pasar el invierno, “pero había que llegar a donde estaban las ovejas y eso se complicó”.
El negocio hoy
Los Puig Halliday trabajan desde la genética buscando una oveja que tenga una fibra textil con alto valor en el mercado.
También logran en años buenos corderos de más de 12 kg en 70/ 80 días en el frigorífico. Reproductores muy bien conceptuados de los cuales se abastecen otros establecimientos, al igual que se insemina en otras estancias.
“Se tecnificó muchísimo, se usan motos, cuatriciclos, que achican los tiempos de rodeo y te permite otro tipo de indumentaria los días fríos y los accesos a lugares que en invierno con mucho hielo y nieve el caballo no llega”, contó Halliday. Y agrega: “Es lamentable que las cuestiones político-económicas, nos impidan acceder al resto de tecnología, por no tener un dólar competitivo y la burocracia de las importaciones, ni repuestos se consiguen”.
Mangas hidráulicas para vacunar, apretadores, bancos de tobogán para señalar, caravanas electrónicas con lector, son algunas de las herramientas que te agilizan la toma de datos y manejo de la hacienda generando un bienestar para el animal pero también para los trabajadores que, vale recordar, vienen del norte.
“Lo que sí vamos para atrás es en el pastizal, las sequías son cada vez más largas y los vientos más fuertes y calurosos, ahora veníamos desde el 2016 con años muy secos, bajó el promedio de los últimos 10 años a 186 mm anuales”, advirtió Halliday, que también recuerda “la competencia desleal de los guanacos en cuanto al pastizal y los depredadores, zorro colorado y el puma que se alimenta de la oveja (que no corre) y no de los guanacos”.
“Lo que más duele es la desertificación, ver como se nos vuela el suelo, y acá, desde 1989, que se hizo el primer chequeo de pastizales, no paramos más, se hace todos los años, y de acuerdo con esa evaluación bajamos los números de hacienda. Cuando me casé aquí había 12.000 ovinos, en los años 90 se bajó a 9.000 y de ahí cuesta abajo en la rodada, de 7.000 madres hoy no llegamos a 4.000″, lamentó Silvina. Y prosigue: “Pero claro, al guanaco no lo podemos tocar y eso que ya en el año 1991 se hizo el primer conteo, había 350 y el Estado provincial no nos autorizó una extracción del 15% de los machos para un emprendimiento de lomo de guanaco ahumado en aceite… para qué decirte hoy, hay miles y la culpa es del productor”.
“Venimos con unos años complicados con el asunto cambiario, porque, además, es un negocio en el cual no determinas un precio de venta, los precios lo fijan los mercados internacionales en el caso de la lana y el tema de la carne en parte mercado local y mercado internacional”, apuntó Silvina.
Además, “estamos expuestos al clima y hemos tenido una sequía importante que aún persiste” por ende, sabemos que las variables que podemos ajustar son los gastos y las inversiones”.
Hoy el incremento de los costos productivos es mayor al valor del producto, la brecha cambiaria acentúa la diferencia entre el valor de los insumos y el de la producción. Además, la recesión local e internacional más la inflación “nos quita competencia frente a los mercados externos“.
Ante este contexto, la productora ovejera cerró: “Como veníamos históricamente, creemos que no va más, hay que trabajar distinto, la suplementación de la hacienda, como dice mi esposo, vino para quedarse, ¿Quieren producción? Denle de comer. Para que crezca la lana necesitan alimento, hay que maximizar lo que tenemos, más vale majadas chicas bien alimentadas y en óptimas condiciones de nutrición y bienestar que rinden más que muchas malnutridas y maltratadas”.
“Hay que optar por un animal de lanas finas y buenas que tengan un muy buen precio y que te dejen al año 4/ 5 kilos de lana al año, más un cordero gordo”, agregó.
Sobre las políticas, apuntó: “Lo que tiene que quedar claro es que el productor patagónico, no quiere nada regalado, ni subsidios, queremos que nos dejen producir, que acomoden las cosas que no funcionaron en estos 140 años, que el Estado evolucione, que la burocracia y las decisiones de escritorio a 2500 kilómetros, se revean y corrijan”.
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