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*Por Juan Ignacio Martínez Dodda
¿Cómo se llevan la producción ovejera y minería? Podríamos decir que es una relación por conveniencia que alterna buenas con malas, o, dicho de otra manera, con pros y contras. Las empresas mineras han ido comprando un gran número de hectáreas alrededor de sus explotaciones y esto ha movido el tablero para los productores que encontraron oportunidades y dificultades.
Entre las cosas positivas, cierto es que muchos ovejeros, pequeños productores, han podido encontrar una vía de escape financiera para salir o mantenerse a flote. Constituye una alternativa de buen retorno para complementar con un negocio (lana, sobre todo, y carne) frágil e inestable por lo climático y los mercados.


¿Campo o mina?
Eso sí, por ese mismo motivo, mucha gente que podría trabajar en el campo prefiere hacerlo en la actividad minera. O se corre el riesgo de perder generaciones de productores que venden su majada y descansan en las regalías que puede ofrecer la minería.
Hay otra cuestión, gran parte de la superficie que han adquirido las mineras no están en producción. El problema de esto es que esos campos se llenan de animales (zorros, pumas, guanacos) y terminan afectando los campos vecinos que, en muchas zonas, ya son de pastizales y ecosistemas frágiles.
“Como productores hay una visión de que no se puede atentar contra el futuro por más que esté la superficie, pero hay que lograr una coexistencia razonable, dado que en algunos casos se logra y en otros no”, contó a Enrique Jamieson, presidente de la Rural de Río Gallegos y de la Federación de Instituciones Agropecuarias Santacruceñas (FIAS) a Santa Cruz Produce. Y agregó: “Lo que nos preocupa es que este tipo de actividades no sean sustitutivas, sino que fortalezcan la producción agropecuaria”.
En el fondo, las entidades que nuclean a los ganaderos temen quedarse sin productores, si se me permite la contradicción. Que familias que hace decenas y, en muchos casos cientos, de años produciendo de generación en generación, elijan la rentabilidad y la seguridad que hoy les da la minería.
La coexistencia
“Hay que destacar que el productor agropecuario de Santa Cruz es la punta del iceberg, que con el funcionan otros engranajes como la mano de obra lanera, la industria, los frigoríficos, etc”, aportó Jamieson, quien aclara que ha habido casos en los que las mineras han colaborado con pozos de agua, provisión de energía e internet, reparación de caminos y “eso permite mejorar la productividad y el confort de los productores”.
“Minería, energía eólica, el gas, el petróleo, tienen que existir, pero sin hacerle ruido a la producción, y si así fuera, habría que tratar de darle una vuelta de rosca para que puedan coexistir”, cerró Jamieson.
Alejandro Nieto, es cuarta generación de ovejeros en la zona de Puerto Deseado, y su establecimiento, Ea. Cerro Moro, está relacionada con la minería. El también apunta a la “coexistencia”. “Poder trabajar con la minería tiene a favor lo financiero, no caben dudas, pero en contra tenés que el primer cordón productivo junto a la mina, suele tener alto riesgo en términos de rendimientos, porque al no estar ocupado ese campo vecino, proliferan sin control depredadores y guanacos, factor que impacta directamente en la señalada y el polvo en suspensión en cercanías al yacimiento, sin duda son un problema al hablar del rendimiento de la lana”, dijo Nieto a SCP.
Objetivos claros
Mirando lo positivo, también surge la posibilidad, por cercanía, de ofrecer algunos bienes y servicios demandados por la empresa minera. “En cualquier caso, siempre hay que poner en valor, y nunca perder de vista, la producción de lana que viene de hace más de 100 años”, advirtió.
Desde la FIAS se ha impulsado, a través de mesas de trabajo con la cámara de minería, ver hasta si se pueden establecer esos parámetros de coexistencia que mencionan Jamieson y Nieto. Una posibilidad sería poner en producción esas hectáreas que no están siendo explotadas por la minería para que haya ovejas en vez de guanacos, pumas y zorros. Que puedan ser alquilados por los productores, lo cual permitiría desarrollar una ganadería viable alrededor.
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