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La Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+), liderada por Arabia Saudita y Rusia, decidió este domingo incrementar su oferta de crudo en 137.000 barriles diarios a partir de diciembre.
La medida, anunciada tras una reunión telemática de ministros del bloque, responde —según el comunicado oficial— a la “estabilidad de la economía global y a los fundamentos saludables del mercado, reflejados en los bajos inventarios de petróleo”.
El aumento de la producción se aplicará sobre los 1,65 millones de barriles diarios de recortes voluntarios implementados en abril de 2023, y será revisado nuevamente en la próxima reunión del grupo, prevista para el 30 de noviembre.
El precio del Brent, en el centro de la escena
La decisión genera inquietud en los mercados internacionales, ya que una mayor oferta global podría empujar a la baja el precio del barril Brent, la referencia que utiliza la Argentina para calcular los valores de exportación y los ingresos por regalías provinciales.
Actualmente, el Brent ronda los USD 64 por barril, pero los analistas anticipan que, si se consolida la ampliación de la oferta y no hay repunte en la demanda, el precio podría descender hacia los USD 60 hacia fin de año. Proyección también que se mantiene para el 2026.
Ese umbral representa una línea crítica para la rentabilidad del petróleo convencional argentino, sobre todo en los yacimientos maduros del Golfo San Jorge, donde los costos de extracción son elevados y los márgenes de ganancia se han ido estrechando con el paso del tiempo.
Impacto directo en Santa Cruz y Chubut
La Cuenca del Golfo San Jorge, compartida entre Santa Cruz y Chubut, concentra la producción de crudo pesado tipo Escalante, utilizado tanto en exportaciones como en la elaboración de gasoil en la refinería de Axion (Campana).
En Santa Cruz, las principales áreas productoras —Las Heras–Cañadón de la Escondida, Los Perales–Las Mesetas, Cañadón León–Meseta Espinosa, El Guadal–Lomas del Cuy y Cañadón Yatel— enfrentan ya una situación de fragilidad. La extracción convencional requiere altas inversiones para mantener el nivel de bombeo, en pozos que cada vez recuperan más agua y menos petróleo.
Con un precio internacional por debajo de los USD 60, las empresas reducirían drásticamente la rentabilidad, afectando la continuidad de operaciones, la recaudación por regalías y los empleos directos e indirectos vinculados a la industria.
El petróleo pesado santacruceño tiene un costo operativo alto y depende de precios internacionales estables para sostener la producción. Hay coincidencias entre las operadoras que si el Brent cae por debajo de los 60 dólares, se complica la ecuación para muchas operadoras.
El contexto argentino: entre el equilibrio fiscal y la necesidad de inversión
La decisión de la OPEP+ llega en un momento clave para la Argentina. El Gobierno nacional busca mantener la autosuficiencia energética y al mismo tiempo incentivar la inversión privada en las cuencas convencionales, muchas de las cuales fueron abandonadas por YPF para concentrarse en Vaca Muerta.
En ese sentido, los gobernadores de Santa Cruz, Claudio Vidal, y de Chubut, Ignacio Torres, elevaron recientemente una propuesta al Ejecutivo nacional para eliminar las retenciones al petróleo convencional, con el compromiso de que las empresas reinviertan los recursos liberados en nuevos pozos y recuperación secundaria.
Una eventual caída del precio internacional podría poner en riesgo esas negociaciones, al reducir el margen de rentabilidad para las petroleras y desincentivar la inversión en las cuencas tradicionales del sur.

Qué esperar hacia fin de año
Los analistas del sector energético anticipan que la OPEP+ podría ajustar nuevamente su política de producción si el aumento de la oferta se traduce en una baja brusca de precios. Sin embargo, pese a los argumentos de la OPEP para este último incremento de producción, por ahora persiste la fragilidad del mercado, reaccionando de forma variable a las distintas señales que surgen. .
Para Santa Cruz y Chubut, el desafío será mantener el nivel de actividad en los yacimientos convencionales, asegurar las inversiones prometidas y sostener el empleo en una industria que sigue siendo columna vertebral de las economías provinciales.
“El petróleo convencional es el que sostiene las comunidades del Golfo San Jorge. No hay margen para seguir perdiendo producción ni puestos de trabajo”, advierten desde el sector.
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