El acto por el 25 de Mayo también tuvo repercusión por la polémica que se generó luego que el intendente Pablo Grasso no pudiera subir al palco principal junto al gobernador Claudio Vidal.
Tras el izamiento en la Plaza de la República, los funcionarios provinciales fueron a una celebración evangélica que encabezó el pastor Bolívar Santos, del Movimiento Misionero, junto al obispo de Río Gallegos, monseñor Ignacio Medina, acompañado por el padre Daniel Ferrari, en un edificio de la Armada Argentina. Luego, el gobernador Claudio Vidal junto con el jefe del Ejército de Río Gallegos, Gustavo Sívori, se dirigieron a la costanera.
Mientras tanto, en la Catedral, comenzó el Tedeum como estaba previsto en el cronograma aunque sin la presencia del gobernador. El Gobierno provincial estuvo representado por el ministro de Gobierno, Pedro Luxen, y el jefe de Gabinete, Daniel Álvarez, en primera fila junto a jueza del Tribunal Superior de Justicia, Paula Ludueña, y el intendente Pablo Grasso. Al finalizar la ceremonia católica, el intendente con la comitiva se dirigió a la costanera para participar del acto.
De regreso al palco principal en la misma plaza, donde se ubican las estatuas de los últimos presidentes democráticos, Grasso no pudo subir al escenario mientras Claudio Vidal estaba dando el discurso. La situación generó una fuerte polémica.
“Vine a participar en el acto y la seguridad del gobernador no me permitió ingresar“, dijo el intendente a la prensa antes de retirarse del lugar.
El acto ya había comenzado y en el palco estaban el gobernador con parte de su gabinete, y cuando el intendente se dirigió al escenario un allegado del Claudio Vidal le comunicó que no podía acceder. Grasso se quedó esperando en la escalera unos minutos hasta que desistió de subir, acompañado por el diputado Eloy Echazú y el jefe de gabinete Diego Robles.
Según el cronograma oficial, luego modificado, Vidal y Grasso iban a compartir la celebración del “paso de revista” junto con Sívori. Luego comenzaría el acto con el Himno y Sol del 25 con todas las bandas militares y darían sus palabras el intendente y por último el gobernador, para dar comienzo al desfile.
Sin embargo, al no poder subir al palco, Grasso explicó a la prensa que según estaba en los flyer primero hablaba él y después el gobernador “en un marco de cordialidad pero bueno, es lógico que pase eso cuando viene un señor, dueño del petróleo y te saque“.
“El representante de otro sector político de la provincia de Santa Cruz que representa a todos los santacruceños ha pedido que trabajemos en conjunto para un acto patrio. Siempre el 25 de Mayo lo hizo la Municipalidad y nosotros accedimos ¿Qué pasó? No nos dejaron participar del acto, ni dirigirme a mis vecinos como lo hemos hecho todos los años, ni tampoco subir al palco de las autoridades. Esta visión de la política que tienen ellos no es la que tenemos nosotros y en algún momento nos encontraremos como tiene que ser”, expresó visiblemente enojado Grasso mientras se iba de la Plaza de la República.
Tras la consulta puntual de La Opinión Austral sobre por qué no pudo subir al palco, Pablo Grasso precisó: “Me dijeron que no y después de hablar Vidal el de seguridad me viene a buscar para decirme que ahora si podía ingresar. No le encuentro el motivo, yo entiendo como maneja él su sindicato pero esto no es un sindicato y a las instituciones las tiene que respetar”.
Otro dato que surgió fue que desde el Gobierno provincial reclamaron que no recibieron invitación alguna desde el Municipio para participar en la Velada Patriótica en la noche del 24 en el Boxing, donde actuaron Los Nocheros. “Era de acceso libre”, fue la respuesta que le dieron. El sábado 25, Grasso no pudo subir al palco y su lugar asignado era el de todos los intendentes, no en el palco oficial.
Después de la polémica del 25, ahora la gran incógnita es si el miércoles 29 tanto el gobernador como el intendente irán al acto del Ejército
Polémica del Día de la Patria en Río Gallegos
“Es una jornada triste, porque siento que se le falta el respeto a la ciudad. Es un destrato y una chiquilinada”Diego Robles, secretario de Gabinete de Río Gallegos
El jefe de gabinete de la municipalidad, Diego Robles, se refirió a lo ocurrido y dijo que se trata de una “jornada triste” porque “se le faltó el respeto a la ciudad”.
“Yo participé en la última reunión de organización de este acto en Casa de Gobierno con las autoridades de la provincia, con la ministra Borselli, con el coronel Sivori y toda la gente de la Fuerza donde se armó un cronograma según el cual hoy a las 10:45 iba a hablar el intendente y luego el gobernador antes de dar comienzo el desfile”, detalló en diálogo con La Opinión Austral y enfatizó que “nosotros trabajamos con la mejor predisposición, accedimos a hacerlo en conjunto y hoy nos encontramos con que no sólo no nos dejaron subir al palco principal, sino que tampoco lo dejaron hablar al intendente”.
“Es una jornada triste, porque siento que se le falta el respeto a la ciudad, al representante que legítimamente eligieron los vecinos de la ciudad. Las palabras son muy lindas y los discursos queda bien cuando se escriben, pero cuando hablamos de los valores de la Revolución de Mayo y que la Nación y la bandera nos tiene que contener y cobijar a todos, es a bandera argentina, no la de un sindicato”, apuntó.
“La época de Luis XIV, de ‘el Estado soy yo’, ya pasó. No se puede manejar el Estado de una manera unipersonal y tomar decisiones a último momentos, barrer con una organización y cambiar todo por un capricho”.
Sobre la explicación oficial acerca de por qué se le impidió al intendente subir al palco, Robles dijo que “nadie sabe dar una explicación lógica más allá de una decisión unilateral del Gobernador”. Según detalló Robles a este medio, una persona de seguridad privada les dijo que había una orden de que no podía subir. “Vi que le fueron a preguntar al ministro de Seguridad – Pedro Prodromos-, y dijeron que tenían orden de no dejar pasar al intendente. Después, cuando terminó de hablar el Gobernador, sí vino el ministro y dijo ‘que raro que no te dejan subir, acá esta tu silla y tu lugar'”.
El jefe de Gabinete calificó la situación como “un destrato y una chiquilinada” y agregó: “Me parece que no aporta nada en la construcción colectiva sobre todo en el momento que está atravesando el país y la sociedad. Era el momento para dar un mensaje distinto. Teníamos mucha esperanza y expectativa en que el intendente y el gobernador pudieran compartir el lugar, hablar y dar un mensaje a la gente que la esta pasando mal”.
“Si lo que quería conseguir es que el intendente no hable con los vecinos de la ciudad, Grasso no necesita este acto porque él lo hace permanentemente y si espera que nosotros nos pongamos al mismo nivel no lo va a conseguir. Tenemos valores distintos, vemos la política desde un lugar distinto. No estamos acá por un proyecto personal ni por una cuestión de acumulación de poder que no sea la de tratar de aportar un granito de arena para cambiar la calidad de vida de los ciudadanos”, cerró.
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