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Este martes 3 de junio, Río Gallegos se unió nuevamente a la marcha del Ni Una Menos, una convocatoria que cumple diez años y que, en esta oportunidad, estuvo marcada por el reciente femicidio de Antonella Aybar en Caleta Olivia. La movilización, que tuvo como punto de partida el mástil principal de las avenidas San Martín y Néstor Kirchner, reunió a mujeres, colectivos feministas y diversos sectores que exigieron al Estado políticas públicas efectivas para frenar la violencia machista que en Argentina se cobra la vida de una mujer cada 30 horas.
La manifestación, que comenzó a las 17:30 y culminó frente a Casa de Gobierno, recorrió puntos neurálgicos como la Comisaría de la Mujer y el Tribunal Superior de Justicia.


Este año, el Ni Una Menos volvió a resonar con fuerza en Santa Cruz, donde la memoria de Antonella Aybar –asesinada por su pareja el pasado 16 de mayo– impulsó un reclamo que no cesa.

Una década de grito colectivo
El movimiento Ni Una Menos nació en 2015, tras el femicidio de Chiara Páez en Santa Fe. La joven de 14 años, embarazada de tres meses, fue asesinada a golpes por su novio. Desde entonces, cada 3 de junio, miles de mujeres y disidencias marchan para decir basta a la violencia de género. Según datos oficiales, más de 2.800 mujeres fueron asesinadas en este período, dejando a más de 2.500 niños y niñas huérfanos.
Mariela Gamboa, integrante de la Mesa Feminista de Río Gallegos, recordó la importancia de esta fecha: “Este 3 de junio, es la décima vez que salimos a las calles. Tenemos un caso reciente en la provincia, así que marchamos por Antonella y por todas las mujeres. Pedimos al Estado políticas públicas, celeridad de la justicia, la protección en la Comisaría de la Mujer, en la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) y en todos los estamentos gubernamentales, tanto judiciales como del Ejecutivo”.
Gamboa enfatizó que el contexto político actual, marcado por discursos de odio desde el Gobierno nacional, agrava la situación: “La principal violencia la sufrimos con los discursos y las palabras violentas y todo el tiempo en forma despectiva de nuestro presidente que se van filtrando y colando en otras acciones y comportamientos de la sociedad. Si tenemos un gobierno nacional que de manera explícita ejerce violencia contra nosotras las mujeres, tenemos que redoblar los esfuerzos para salir a las calles”.
La referente feminista también destacó la necesidad de defender los derechos conquistados en estos diez años: “Que ningún derecho nos fue regalado. Que nosotras conquistamos el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo, que nosotros logramos la figura de femicidio, y esos derechos que hemos ganado en las calles los tenemos que defender en las calles”.
Violencia machista y crisis social: un escenario alarmante
En la manifestación también participó Natalia Gutiérrez, del Partido Obrero, quien señaló que la violencia de género se enmarca en una crisis social y económica que afecta especialmente a las mujeres y diversidades: “La verdad que estamos muy movilizadas. Esta no es una fecha más, especialmente en este contexto político donde el gobierno nacional y provincial avasalla nuestros derechos como mujeres y como trabajadoras. Que desde el Estado nos echen de nuestros trabajos, que nos sometan a vivir con salarios de miseria, eso también constituye una violencia institucional”.
Gutiérrez también denunció la falta de justicia para las víctimas en la provincia y aseguró que “venimos a luchar por los femicidios de Santa Cruz que aún siguen sin resolverse y que duermen en los cajones del Tribunal Superior de Justicia como el de Liseth Barrera – la joven de 18 años fue encontrada sin vida con heridas por un disparo de arma de fuego en la casa de su pareja policia en 2019 en Gobernador Gregores-, el de Zulma Malbar -la médica de Puerto San Julián que fue atacada dentro de su casa y encontrada sin vida en el patio en Puerto San Julián- o el de Yoselin Hernández – joven madre de Río Gallegos que apareció muerta en su casa del barrio Belgrano-.
La referente remarcó que, a pesar de la violencia estatal y económica, el movimiento feminista mantiene su fuerza: “Tenemos la experiencia como movimiento de mujeres y diversidades que luchamos en la calle hace 10 años. Lo vivimos con el transfemicidio de Marcela Chocobar o cuando luchamos por el femicidio de Jessica Minaglia, una docente asesinada por su pareja durante la pandemia. Y también hemos acompañado a los casos de denuncia por abuso sexual en la infancia”.
Desde la universidad, arte y contención
Alejandra Constantini, de la Dirección de Diversidad y Género de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA), destacó la importancia de la red de contención que se construye en cada marcha: “La verdad que estar en una marcha en estas condiciones no es nada feliz, pero lo importante y hay que rescatar es que es una red y hay una marcha. Eso es importante porque estamos todas en el mismo objetivo, que es decir basta a los femicidios”.
Constantini explicó que desde la UNPA se desarrollan diversas actividades para sensibilizar y acompañar a las víctimas. “Ayer hicimos una muestra fotográfica en la UNPA -UARG para conmemorar esta fecha. La idea es que las personas que enviaron sus fotos muestren su mirada acerca de lo que significa el #3J. También hicimos un taller sobre las microviolencias, para poder decir: ‘Esto es violencia’”.
Sobre las medidas concretas que la universidad impulsa, Constantini señaló que “tenemos un protocolo de actuación ante situaciones de violencia de género, para que estudiantes, docentes y no docentes sepan que hay un lugar donde se puede hacer una denuncia y una contención”.
“La violencia sigue presente. Hoy en día muere una mujer cada 30 horas. Hay 2.567 homicidios desde el 2015. Pero lo más terrible son los niños que quedan huérfanos porque muere su madre. Entonces, ante una situación de violencia, animate a denunciar. No sola, nunca sola. Para eso estamos todas acá”, cerró.
La violencia vicaria, un nuevo frente de lucha
Entre los reclamos también surgió el de la violencia vicaria, una forma de violencia de género en la que el agresor ataca a los hijos para dañar a la madre. Oriana, vecina de Río Gallegos, compartió su testimonio con La Opinión Austral: “Es mi caso, ya hace dos años estoy luchando porque no puedo ver a mi hija por lo que le está haciendo el padre, y muchos hacen oídos sordos a esta lucha”.
Agostina Mora: “Es muy difícil erradicar la violencia si no hay voluntad de inversión”
La diputada provincial Agostina Mora, también habló con el móvil de La Opinión Austral y resaltó la necesidad de políticas públicas con presupuesto y perspectiva de género: “Es un día de reflexión y que nos amerita poder pensar cómo también venimos retrocediendo y cómo cuando hay mayor desigualdad aumenta la violencia. Tenemos que frenar la violencia machista y que dejen de matarnos, básicamente es eso”.
Mora denunció la falta de voluntad política para erradicar la violencia: “Han eliminado el Ministerio de la Igualdad y la Integración que se ocupaba justamente de eso. La provincia redujo el Programa Acompañar a tres meses y lo hizo más burocrático. Es muy difícil que se pueda erradicar la violencia si efectivamente no tenés voluntad de invertir en eso”.
La legisladora cuestionó al gobierno nacional por utilizar discursos de odio contra el feminismo: “El presidente nos tiene como enemigas a los feminismos y a los movimientos que luchamos para erradicar la violencia. Nos combate, utiliza los discursos de odio para demonizarnos, mientras elimina líneas programáticas diciendo que están ideologizadas”.
Y finalizó con un llamado contundente: “Queremos simplemente que no nos maten, que tengamos oportunidades de querer a quien queramos, de vivir en el trabajo que decidimos sin tener que estar condicionadas por nuestro género”.
La gran convocatoria del Ni Una Menos en Río Gallegos y todo el país volvió a mostrar que, a diez años de su nacimiento, la lucha por una vida libre de violencia sigue siendo una deuda pendiente del Estado. Las voces de las mujeres y diversidades resuenan con fuerza, reclamando justicia, políticas públicas y un compromiso real para terminar con la violencia machista que arrasa con vidas y sueños.
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