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De acuerdo a los datos de la Dirección Nacional de Asuntos Provinciales (DNAP), el conjunto de las provincias argentinas cerraron el segundo trimestre de 2025 con un superávit financiero consolidado, tal como viene sucediendo desde el 2020.

Sin embargo, a la hora de ver jurisdicción por jurisdicción, nos encontramos que, de las 22 provincias que cumplieron con la ley de Responsabilidad Fiscal, (hubo dos que no brindaron datos), sólo en 12 de ellas hubo superávit financiero.

En tanto que las 10 restantes reflejan números en rojo en las ejecuciones presupuestarias del segundo trimestre. Una de ellas es Santa Cruz.

Solidez fiscal para la mitad del país

Merced al buen resultado de las 12 jurisdicciones superavitaria, el segundo trimestre cerró con superávit financiero consolidado para el conjunto. Esto que es un resultado

Si bien el buen comportamiento presupuestario es un dato que sirve para mostrar estabilidad fiscal, también puede representar un arma de doble filo en la discusión política y económica entre las provincias y la Nación, ante la presión del Gobierno de Javier Milei de bajar la presión impositiva en el territorio.

Segundo trimestre de 2025: cifras y detalles

Según los datos preliminares, excluyendo a Neuquén y La Pampa por falta de información, las provincias argentinas reportaron ingresos totales por aproximadamente $56.494.385 millones y gastos totales por unos $55.916.978 millones en el segundo trimestre de 2025. Esto arroja un superávit financiero consolidado de $577.407 millones y un superávit primario de aproximadamente $1.450.425 millones.

De las 22 provincias consideradas,  mostraron superávit financiero: Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba, Formosa, Jujuy, Mendoza, Misiones, Río Negro, Salta, San Juan, San Luis y Santiago del Estero.

En contraste, 10 jurisdicciones presentaron déficit fiscal, además de Santa Cruz, tuvieron rojo fiscal: Buenos Aires, Corrientes, Chaco, Chubut, Entre Ríos, La Rioja, Santa Fe, Tucumán y Tierra del Fuego. Estos resultados reflejan la diversidad en la situación fiscal de las provincias, con algunas manteniendo una gestión equilibrada y otras enfrentando mayores desafíos.

El análisis del resultado fiscal en porcentaje del Producto Bruto Interno (PBI) indica que el superávit primario representó el 0,17% del PBI, mientras que el superávit financiero alcanzó el 0,07% del PBI. Sin embargo, ambos resultados son más bajos comparados con el mismo período de 2024, cuando alcanzaron el 0,80% y 0,67% respectivamente. La razón principal de esta reducción se atribuye al incremento en los gastos, que en términos reales aumentaron un 13,2%, en tanto que los ingresos crecieron solo un 2,5%.

La realidad de los números de Santa Cruz

Por la Ley de Responsabilidad Fiscal, las provincias deben informar su ejecución presupestario a trimestre vencido. Esto implica que luego del 30 de septiembre se publica el ejercicio al 30 de junio. En el caso de Santa Cruz, la ejecución se publicó con anticipación y se pueden observar en la página oficial los datos del ejercicio.

De acuerdo a ellos, el segundo trimestre (de abril a junio de 2025) resultó con números rojos tanto en el cierre primario como el financiero. Así el déficit primario informado a Nación ascendió a -$15.361 millones, en tanto que el financiero fue levemente superior, fijándose en -$15.757 millones.

En tanto que el devengado acumaldo del semestre, según lo publicado en la página web de la Provincia, el rojo es algo superior. Mostrando un resultado primario con un déficit de -$16.460,28 millones, en tanto que el resultado financiero arroja un rojo de -$16.915,02 millones.

En el análisis de los números se observa el fuerte impacto que tiene el déficit de la Seguridad Social, que en los primeros seis meses del año demandaron aportes por más de $115 mil millones para hacer frente a la demanda de la Caja de Previsión Social y la Caja de Servicios Sociales.

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Resultado del AIF Devengado de Santa Cruz del acumulado al 30 de junio. Fuente: Ministerio de Economía de la provincia.

Superávit provincial: herramienta de doble filo con Nación

Un escenario fiscal favorable o no de las provincias representa un contexto de tensión con el Gobierno nacional, que ha cuestionado el desempeño fiscal de las jurisdicciones. Además de de leerse desde diferentes perspectivas.

Para la Nación, tener solidez fiscal provincial daría margen para impulsar reformas tributarias, en particular una posible reducción de alícuotas del impuesto a los Ingresos Brutos en las provincias, un tema que ha generado críticas por parte de economistas y tributaristas, podría tener un impulso favorable en medio de estos resultados positivos.

En su momento, durante la gestión de Mauricio Macri, el conjunto de las provincias se había comprometido a reducir el impacto de Ingresos Brutos, algo que finalmente no sucedió. En este punto, es determinante para la resistencia de los gobernadores, el hecho de que la recaudación de este impuesto provincial es clave para las arcas subnacionales.

Además, un argumento a favor de las provincias, es el hecho de la marcada diferencia en la composición de los ingresos y gastos entre Nación y provincias. Mientras la Nación cuenta con una mayor proporción de ingresos provenientes de actividades de comercio exterior, retenciones, tasas y otros conceptos, las provincias concentran la mayor parte de los servicios sociales (educación, salud, justicia). Esta distribución desigual, junto con un régimen de coparticipación que no siempre refleja la realidad del gasto y la ingreso, complica la discusión sobre la equidad y la eficiencia del sistema fiscal.

 

 

 

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