En el día de su natalicio, la radio LU12 AM680 y FM Láser 92.9 rendirá homenaje al gran cantor rioplatense, Julio Sosa.

 

Desde las 13:00, la Radio de los Ídolos Populares hará un repaso de la vida de la leyenda del tango, pasando por sus temas más recordados para la cultura argentina y uruguaya.

 

Apodado como el “Varón del Tango”, Sosa fue un cantante uruguayo que alcanzó la fama en Buenos Aires y en su país natal en las décadas de 1950 y 1960, siendo uno de los mayores íconos de la historia del género.

 

Pese a enfrentarse a la pobreza durante su infancia y adolescencia, sus ambiciones siempre estuvieron a flor de piel. A los 18 años, se inició profesionalmente en la ciudad de La Paz (Uruguay) como vocalista de la orquesta de Carlos Gilardoni. Se trasladó luego a Montevideo, para cantar con las de Hugo Di Carlo, Epifanio Chaín, Edelmiro D’Amario —Toto— y Luis Caruso. Con esta última, llegó al disco, donde dejó cinco interpretaciones para el sello Sondor en 1948.

 

Al año siguiente, ya estaba en Buenos Aires cantando en cafés, hasta que lo descubrió el letrista Raúl Hormaza, que no demoró en acercarlo a Enrique Francini y Armando Pontier, que buscaban sumar un nuevo cantor al que ya tenían en su típica, Alberto Podestá.

 

En 1953 pasó a la típica de Francisco Rotundo, con la que grabó en Odeón y de cuyas placas se recuerdan aún verdaderas creaciones como las de “Justo el treinta y uno”, “Bien bohemio” y “Mala suerte”.

 

En 1955 ingresó en la de Armando Pontier y registró sus grabaciones en Victor y Columbia. “La gayola”, “Quién hubiera dicho”, “Padrino pelao”, “Martingala”, “Abuelito”, “Camouflage”, “Enfundá la mandolina”, “Tengo miedo”, “Cambalache”, “Brindis de sangre” o “No te apures Carablanca” fueron algunos de sus clásicos en esa etapa en que el éxito estaba ya completamente de su parte.

 

 

En 1960 reveló su otro aspecto artístico, el de poeta, con la publicación de un único libro: “Dos horas antes del alba”. También incursionó en la letra tanguera con una muestra que lleva música de Edelmiro D’Amario.

 

A comienzos de 1960, decidió a iniciar su etapa de solista. Convocó, entonces, al bandoneonista Leopoldo Federico para que organizara su orquesta acompañante.

 

En 1964 protagonizó una escena para la película Buenas noches, Buenos Aires, en la que entonó y bailó con Beba Bidart “El firulete”, ante unos jóvenes ‘twisteros’ que terminaban por pasarse a los cortes y quebradas.

 

Al margen del tango y la poesía, Sosa tuvo otra pasión: los automóviles. Fue propietario de un Isetta, un De Carlo 700 y un DKW modelo Fissore; con los tres terminó chocando, debido a su gusto desmedido por la velocidad. El tercero resultó fatal. Durante la madrugada del 25 de noviembre de 1964, se llevó por delante una baliza luminosa en Buenos Aires, que lo dejó en el hospital.

 

El día 26 de noviembre a las 9:30 horas dejó de existir. Sus restos comenzaron a ser velados en el Salón La Argentina y el exceso de público obligó a continuar el velatorio en el Luna Park.

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