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El cheesecake casero y con relleno bien cremoso es más fácil de preparar cuando se utiliza la receta con una variante que prescinde del horno, simplificando cada paso y agilizando el proceso en la cocina.
La elaboración de una torta cheesecake sin horno se divide en dos aspectos principales: la base y el relleno. Para la base se utiliza habitualmente galletas de vainilla o limón trituradas, combinadas con manteca derretida, para formar una capa firme en el fondo de un molde.
El relleno suele ser queso crema, preferiblemente a temperatura ambiente para facilitar su integración. A este se le añaden otros ingredientes como azúcar, jugo de limón o ralladura, que introduce un contraste ácido; y extracto de vainilla, para los aromas.
El postre completo debe ir a la heladera por un período prolongado, generalmente varias horas o durante la noche. Este tiempo de enfriamiento es crítico para que el queso crema y los demás componentes adquieran firmeza.
Para la cobertura o “topping” se pueden utilizar frutas frescas, salsas de frutas o chocolate.
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Cheesecake receta clásica
Ingredientes
- 250 gr. de galletas de vainilla o chocolate molidas
- 130 gr. de manteca
- 2 cucharadas de azúcar
- 2 potes de queso crema
- 1 taza y 1/4 de leche condensada
- 1/4 de taza de jugo de limón
- ralladura de limón
- 1 cucharadita de té de extracto de vainilla
Cómo preparar cheesecake
- Romper las galletas hasta que queden como polvo. Romperlas dentro de una bolsa, o procesarlas idealmente.
- Derretir la manteca e incorporarla a las galletas. Lo mismo con el azúcar. Remover hasta que quede bien unido. Llevar esa preparación a un recipiente redondo, cuadrado o rectangular con profundidad y presionar con una cuchara formando una base sólida. Dejarlo 10 minutos en el congelador.
- Para el relleno, batir el queso crema hasta que quede suave. Añadir la leche, el limón, la ralladura y el extracto de vainilla. Batir hasta que todo esté perfectamente mezclado.
- Sacar la base de la heladera y colocar el relleno. Aplanar con una cuchara o cuchillo ancho. Llevarlo de nuevo al congelador, esta vez, por dos horas como mínimo.
- Una vez pasadas las dos horas, se lo puede decorar con mermelada, chocolate y/o algunas frutas. Volver a enfriar y listo.
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