Your browser doesn’t support HTML5 audio
En el marco de la celebración del Jubileo de los Migrantes, el equipo de Pastoral Migratoria de la Diócesis de Río Gallegos convocó a una serie de actividades que tuvieron lugar este domingo.
La misa que fue presidida por monseñor Ignacio Medina en la Catedral “Nuestra Señora de Luján” estuvo marcada por profundos símbolos de identidad y fe que reflejaron el corazón de las comunidades migrantes.
La celebración fue un emotivo encuentro de fe y culturas, que contó con la participación de diversas comunidades migrantes y de residentes.
En esta oportunidad, participaron el Centro Gallego, la comunidad chilena con la participación del grupo folclórico Estrellitas Australes, el Centro de Residentes Salteños “Rancho Argentino”, las comunidades de la provincia de Corrientes y de los países de Bolivia, Paraguay, República Dominicana, México y Venezuela.
Uno de los momentos más significativos de la celebración fue la presentación de las distintas advocaciones de la virgen o santos de los lugares de origen, que acompañan el caminar y la esperanza de las personas en su proceso migratorio.

Durante el ofertorio, los participantes presentaron frutos de la tierra y productos elaborados con elementos de su lugar de origen, un gesto que simbolizó el don de sus vidas y el arraigo de sus culturas en esta tierra.
En tanto que la Pastoral Migratoria presentó un poncho que simboliza la trama tejida con hilos de colores, de texturas, de consistencias diversas, pero que juntos conforman el tejido de la vida, que encierra la fe, la esperanza y los sueños de cada migrante.
El poncho, explicaron, representa el abrigo, la protección, la integración y la inclusión de los migrantes, como reiteraba el papa Francisco, siendo el horizonte de tarea pastoral de quienes integran la Pastoral Migratoria.

Después de la misa, las comunidades caminaron en procesión, entonando canciones a la virgen al compás del charango, en un breve recorrido lleno de alegría y tradición, hasta llegar al tradicional izamiento dominical.
“Hace 15 años estoy aquí. Estoy orgullosa, gracias a la Argentina que me ha recibido, tengo una hija argentina. Me siento muy contenta de poder haber participado en este gran evento que se celebra todos los años”, mencionó Carina, oriunda de República Dominicana, a La Opinión Austral.
“Estamos muy agradecidos con Río Gallegos por acogernos”.LISETH, MIGRANTE DE REPÚBLICA DOMINICANA
“Somos muchos los dominicanos que vivimos en la ciudad de Río Gallegos”, destacó.
Por su parte, Liseth acotó: “Estamos muy agradecidos con Río Gallegos por acogernos, qué linda comunidad”.

La jornada cerró al compás de la música y la danza, una muestra de la riqueza cultural que los migrantes aportan.
Una joven pareja de Estrellitas Australes, se lució con su baile típico, llenando el espacio de energía y color. Luego, la emoción se tornó en melodía cuando un referente del Centro de Residentes Salteños “Rancho Argentino” tomó la palabra y deleitó a los presentes con una canción tradicional, cuyas notas evocaron el calor de la tierra natal.
El mensaje de la Pastoral Migratoria
Además del Jubileo de los Migrantes, desde la Pastoral Migratoria también festejaron 25 años en la Diócesis de Río Gallegos, con el lema: “Migrantes, misioneros de esperanza”. En este marco, manifestaron que su misión ha sido y seguirá siendo “acoger, promover, proteger, integrar y celebrar” sus vidas.
“Nuestro gran desafío sigue siendo que, la fraternidad y la interculturalidad sigan creciendo en esta tierra patagónica”.PASTORAL MIGRATORIA
“Queremos agradecer la vida de tantos migrantes que han dejado huella junto a tantos otros en nuestra ciudad y en la Diócesis. La experiencia nos ha enseñado que la migración no es un ‘problema’, sino una realidad que nos llama a crecer en fraternidad, reconociendo que ‘todos somos parte de una misma familia humana'”, expresaron.

“A lo largo de este cuarto de siglo, hemos sido testigos de historias de duelos, luchas, esperanza y resiliencia. Hemos tendido puentes entre culturas, reafirmando el principio de que ‘el derecho a migrar es esencial e inalienable de toda persona’. En este caminar nos hemos centrado en reconocer en cada migrante el rostro de Jesús, en cada hermano herido que llega en busca de una vida más digna. Los llamamos por su nombre y abrazamos su realidad. Tenemos el corazón lleno de rostros con nombre, cada uno con su propia historia, sus alegrías y sus luchas”, añadieron.
“Nuestro gran desafío sigue siendo que, la fraternidad y la interculturalidad sigan creciendo en esta tierra patagónica. Convencidos que es necesario que los ‘Migrantes, sean protagonistas, misioneros de esperanza’, Como pastoral nuestra acción sigue el llamado del Papa Francisco a soñar juntos ‘hacia un nosotros cada vez más grande’, hacia una fraternidad universal”, cerraron.
Leé más notas de La Opinión Austral
Compartir esta noticia
Dejanos tu comentario