“Fuimos el sábado a las 17:00 horas, con una escribana pública, y desde adentro de los consultorios salió una señora que se presentó como Papescu Moira Elena, diciendo que es licenciada en Psicología”. Así fue cómo Diego Gaitán, titular del Colegio de Psicólogos de Santa Cruz, relató el comienzo de la develación del modus operandi de la falsa psicóloga de Río Gallegos que hoy está en boca de todos.

La acusada es oriunda de Comodoro Rivadavia y hacía tres años trabajaba en la capital de Santa Cruz, adonde viajaba exclusivamente para atender pacientes, jactándose de ser psicóloga, pero en realidad no lo era.

Su nombre no figura en ningún registro de colegios de psicólogos de la Patagonia ni del resto del país. Tampoco su matrícula coincidía con su nombre.

Desde Chubut, viajaba una vez al mes, otras cada dos meses, hacia Río Gallegos para atender pacientes.

Algunos de ellos eran recibidos en los consultorios “San Miguel”, en la calle Fitz Roy N°40. Sin embargo, una nómina más exclusiva era atendida en un departamento privado ubicado en calle Rivadavia, muy bien decorado y dispuesto para la atención.

Allí tenía todo calculado y sus pacientes no se cruzaban entre sí nunca. Si uno finalizaba la sesión a las 12:15, el otro recién era convocado para las 12:30 horas.

La misma Papescu reconoció que llegaba a cobrar hasta $ 3.000 por sesión. “Le preguntamos si estaba matriculada en Santa Cruz y nos dijo que no. Que tenía la matrícula 274 de Chubut, pero chequeamos y se trataba de una mujer con otro nombre que trabaja en Esquel. Al final, la única verdad era su número de DNI”, había contado a “La Opinión Radio” Diego Gaitán, del Colegio de Psicólogos.

“Pacientes” defraudados

Vecinos y vecinas de esta ciudad que se atendieron con ella dejaron entrever que poseía muy buen léxico y era también convincente en cada una de las sesiones. Asimismo, según referencias de varios de ellos, les dio gran resultado haberla visitado.

Es por ello que luego de que www.laopinionaustral.com.ar revelara cómo operaba la psicóloga falsa y se viralizara el link de la noticia publicada este martes por la tarde, muchas personas se sorprendieron. Incluso llegaron a sentirse defraudadas. Esto generó desconcierto en gran parte de los pacientes, ya que reconocieron que la mujer les sirvió de gran ayuda cada vez que la visitaban.

“¿Podés creer que yo me hacía ver con ella?”, fue uno de los tantos mensajes que se replicó en varios chats de WhatsApp este lunes por la tarde noche.

Papescu se hizo pasar por psicóloga desde, aproximadamente, el año 2018 en Río Gallegos. Luego de que su estafa saliera a la luz, hubo mucha incertidumbre y preocupación en Comodoro Rivadavia, en donde vive y posiblemente se haya aprovechado de la necesidad de las personas.

La mujer se involucró fácilmente en el núcleo social de la capital santacruceña. Era reconocida por su trabajo e incluso trascendió que en cumpleaños y cenas circunstanciales surgía su nombre y era recomendada. Así, fue haciéndose cada vez de una clientela mayor, generando ingresos cada vez más grandes y previendo así más viajes de Chubut a Santa Cruz.

No sólo ejercía la psicología, sino también el esoterismo. Es decir, tiraba las cartas a quien se lo pidiera y también usaba un péndulo.

Los consultorios donde atendía la falsa psicóloga

Delito

Cada tanto aparecen estos casos y nosotros, como guardadores de la ley que regula la profesión de psicólogos en nuestra provincia, estamos encargados de cumplir”, marcó Gaitán en su entrevista con LU12 cuando trascendió el caso en La Opinión Austral.

Además, subrayó que si bien el caso salió a la luz en los últimos días, “hace dos meses venimos llevando adelante las investigaciones con muchísimo cuidado, con personas que nos fueron informando a nuestro mail de contacto sobre actividades irregulares”, aseveró Gaitán y agregó que, en consecuencia, “buscamos en nuestros registros si aparecía su nombre, en las universidades de todo el país, entre las solicitudes de la matrícula, en colegios de psicólogos de la Patagonia y Buenos Aires, y no encontrábamos nada“.

El Código Penal vigente prevé penas bajas para personas que cometan este delito, pese a que lo que los imputados realicen sean completamente nocivo para la salud mental de otras personas.

El artículo 208 indica que, en caso de ser encontrada culpable, Papescu afrontaría una pena de quince días hasta un año de prisión. Por tanto, no se descarta que la Justicia cite como testigos a algunos de sus pacientes.

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