En 2019, en un control médico que se realizaba tras un accidente de tránsito que había tenido cinco años antes, Fanny Miranda supo que tenía un tumor en el lado izquierdo del cerebro.
La operación, que sería la primera de cuatro, duró siete horas, durante las cuales siempre se mantuvo despierta. Luego vendrían los controles cada tres y seis meses. En septiembre del año pasado, los médicos identificaron la regeneración del tumor, nuevamente del lado izquierdo, pero esta vez con conexión con el hemisferio derecho, por lo que fue necesaria una nueva cirugía.
Después tuvo dos nuevos ingresos al quirófano por complicaciones, primero por una vena dañada donde se formó un coágulo que presionaba al cerebro e impedía que se desinflamara y, tiempo después, por una hidrocefalia.
En el CEMNPA se portaron re bien conmigo, me mimaron porque era la más chica
Tras superar las operaciones, era el momento de realizar quimioterapia y radioterapia, que si bien podía realizarla en Comodoro Rivadavia, donde había sido operada, decidió que sería en Río Gallegos, cerca de su familia.
Por estos días la docente de Nivel Inicial ya está en casa junto a la férrea compañía de su esposo Leo. El miércoles pasado finalizó la serie de sesiones que había iniciado a mediados de julio en el Centro de Medicina Nuclear y Radioterapia de la Patagonia Austral (CEMNPA).

“En el CEMNPA se portaron re bien conmigo, me mimaron porque era la más chica”, reconoció entre risas al recibir en su casa a La Opinión Austral.
Esos mimos, como también el apoyo de su familia, hicieron que la dureza del tratamiento fuera un poco más llevadera.
Fanny junto a la edición de La Opinión Austral que publicó la buena nueva. Foto: José Silva/La Opinión Austral
“Los primeros días vomitaba todo el tiempo. Les decía: ‘Basta porque no tengo más’. Sabía que era fuerte la quimio, pero cuando la empecé a tomar, adentro me estaba haciendo pedazos. Al segundo día no quería que me hicieran más quimio, pero Leo y mi papá me decían: ‘¡Un día más!’”, contó la docente de 29 años.
El acompañamiento de su familia fue esencial. El agotamiento también la invadió. “Pensé que me iba a morir, ya estaba haciendo una lista de lo que le iba a dejar a cada uno“, contó entre risas y agregó “pensaba: ‘Me voy a hacer responsable de que me voy a morir’ y después fue: ‘No, no, no, no me quiero morir todavía’”.
Hay algo que caracteriza a Fanny y es que, a pesar de todas las circunstancias que se le han presentado, es una joven alegre, risueña y sincera. Comparte su experiencia sin que le genere vergüenza o le dé miedo la posibilidad de la lástima, esos sentimientos que lamentablemente la sociedad aún les hace sentir a los pacientes oncológicos.
Junto a su esposo Leo, quien la acompaña minuto a minuto. Foto: José Silva/La Opinión Austral
“Sé que cuando te enterás te hace pedazos, pero hay que tener fuerzas y seguir. Podemos hacer muchas cosas, todo se puede“, expresó, dirigiendo unas palabras a otras personas que hoy puedan estar atravesando una situación similar.
Como secuela de las cirugías, Fanny tiene la mitad derecha del cuerpo prácticamente sin movilidad, la cual podrá recuperar con rehabilitación. Así, cuando vaya teniendo avances, ya tiene previsto visitar el Jardín “La Taperita” para reencontrarse y abrazar a sus alumnos.
“Me quiero mejorar, quiero volver al jardín con los nenes, jugar, trabajar“, aseguró.
En dos meses volverá a viajar a Comodoro Rivadavia para realizarse una resonancia magnética con contraste y confirmar que esta compleja etapa ya ha finalizado. “Lo único que pienso es que salga bien y me den buenas noticias”, señaló.
Fanny y Leo. Foto: José Silva/La Opinión Austral
La noticia de la finalización de su tratamiento publicada por La Opinión Austral recibió cientos de mensajes, tanto de conocidos como de extraños que compartieron su alegría y festejaron su logro.
“Quiero agradecerles a todos por tomarse el tiempo para escribirme, para llamarme, para preguntarme cómo estaba”, manifestó.
“Lloré, pensé mil cosas, pero estoy acá, voy a seguir y voy a volver al jardín“, aseveró para cerrar.
Leé más notas de La Opinión Austral
Compartir esta noticia