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La madrugada de este sábado, la ciudad de Río Gallegos estuvo marcada por un hecho de violencia extrema. Un hombre fue arrojado desde una ventana en el barrio 400 Viviendas, lo que motivó la inmediata intervención del personal de salud que arribó en una ambulancia.
Con fractura de pelvis, contusión pulmonar bilateral y hemorragia interna, debió ser derivado de urgencia al Hospital Regional. Allí se confirmó su identidad: se trata de Alan Márquez, de 30 años, camillero del mismo centro asistencial que desempeñó un rol clave en la pandemia por Covid-19.
Frente al delicado cuadro clínico, sus familiares solicitaron dadores de sangre, grupo y factor O Rh positivo para Márquez, quien permanece internado en terapia intensiva. “Se agradece la difusión”, expresó su prima en redes sociales.
El caso
Todo comenzó cuando el Centro de Despacho recibió un llamado al 911 que alertaba sobre una persona tendida en el patio interno de los monoblocks 11 y 12, ubicados sobre la calle Ameghino.
Efectivos del Comando de Patrullas llegaron rápidamente y encontraron al hombre inconsciente, con rastros de sangre en la boca y evidentes signos de dolor.
Un vecino del complejo declaró haber oído un “fuerte ruido” instantes antes del arribo de los agentes, según indicaron fuentes policiales a La Opinión Austral. Al asomarse, vio al muchacho en el suelo, sin saber cómo había terminado allí.
No obstante, una médica que participó en la atención reveló un dato estremecedor: antes de ser ingresado al quirófano, Márquez alcanzó a decir que “unos conocidos lo tiraron por la ventana”.
Los padres de la víctima, llegaron al hospital mientras su hijo luchaba por su vida. De acuerdo a los médicos, su estado es “gravísimo” y con pronóstico reservado.
En paralelo, el Juzgado de Instrucción N° 3, a cargo de la jueza subrogante Marcela Quintana, abrió una causa para determinar si hubo terceros involucrados en la caída y si se trató de una tentativa de homicidio.
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