Valentina Zunino y Baltazar Barrientos egresaron en 2019 y son los primeros alumnos con síndrome de Down en Río Gallegos, y probablemente en la provincia, que egresaron y recibieron el diploma en el que se les acredita el secundario completo, en este caso en Bachiller con orientación en Artes Visuales.

Valentina y Baltazar egresaron en 2019 del Centro Polivalente de Arte N° 1.

En el Día de las personas con síndrome de DownLa Opinión Austral conversó con Graciela y Paula, mamá de Valentina y de Baltazar, respectivamente, sobre el recorrido realizado y el hoy.

“Cuando Balta terminó el jardín, una mamá se acercó y me dijo ‘gracias por enseñarle a nuestros hijos que hay otros chicos’”, recuerda Paula sobre un gesto que la tomó por sorpresa cuando. El siguiente paso fue la Escuela N° 15 donde recibió “apoyo incondicional de sus directivos y docentes, jamas lo dejaron solo”.

En Córdoba, Valentina hizo trabajos de modelaje.

En el caso de Valentina una de las primeras dificultades se presentó al buscar ser incluida en la Educación Primaria. Cuando logró comenzar fue recibida “por un equipo de directivos y docentes de excelencia muy abiertos a la integración” en la Escuela N° 39, cuenta Graciela. Además, en gran parte del recorrido los acompañó Retoño Patagónico.

Baltazar incursionó en el atletismo y representó a la provincia en los Juegos ParaEPADE.

Lograr la integración en la Secundaria no fue sencillo ya que no es común que sean solicitadas y por ende, que se otorguen. En el Centro Polivalente de Artes N° 1 “un equipo de directivos y docentes supieron adaptar las curriculas”, cuenta Graciela. A esto se sumó el acompañamiento de integradoras, finalmente, cedidas por la Escuela Especial. Dado que no se creaban cargos, mantener a la docente integradora era difícil.

Valentina está compitiendo en patín a nivel federado.

La ley dice que la escuela es obligatoria hasta la secundaria, la ley es para todos y para todos tiene que ser igual. ¿Qué diferencia tiene él conmigo? Ninguna. Él tenía que hacer su escuela secundaria y terminarla”, expone Paula sobre porqué buscaron completar esa etapa.

“Lo que ellos necesitan es ver cómo se desempeña el resto y probarse que pueden seguir haciendo cosas, superándose”, marca.

En la Escuela Especial N° 14, Baltazar está asistiendo a un taller de panadería.

Si bien aún no cuentan con el analítico, haber logrado realizar la trayectoria en la Educación Secundaria, como a todos y todas, les brindó herramientas para desarrollarse. Los cinco años de estudios secundarios se sumaron a las prácticas de tenis, patín y música de Valentina y de tenis y kayak de Baltazar.

Ahora, Valentina (23) vive en Córdoba y Baltazar (21) en Río Gallegos, ambos con una agenda ocupada y bastante variada.

“Valen” estudia violín en la Facultad de Artes y está federada en tenis, natación y patín. Además, está realizando trabajos como modelo mientras que Baltazar incursionó en el atletismo, está aprendiendo panadería en el taller de la Escuela Especial N° 14 y se sumó al grupo de los Guardianes del Estuario, con Ser Parte y la Agencia Ambiental. Ambos se destacan en los deportes, recientemente Valentina alcanzó el primer puesto representando al Córdoba Lawn en la Copa Tagliebue en Salta y Baltazar obtuvo las medallas de Oro y Bronce representando a Santa Cruz en los ParaEpade de La Pampa.

Valentina realizó una producción para una casa de ropa y una campaña para una peluquería.

Valentina es “independiente, capaz, responsable curiosa y muy observadora” mientras que Baltazar es “muy generoso, siempre dispuesto y trata de superar sus propias dificultades todo el tiempo”, eso dicen sus mamás al tiempo que reconocen que sus observaciones difícilmente pueden ser objetivas.

Entre los proyectos de Baltazar está aprender a conducir y sacar su carné.

Sin embargo, lo que está a la vista es que las personas con síndromes de Down pueden vencer barreras y la inclusión, además de ser posible y necesaria, abre las puertas del desarrollo y de la independencia.

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