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El pasado lunes 24 de marzo, Luciana Martínez, la joven trans oriunda de Pico Truncado, Santa Cruz, dejó la casa de Gran Hermano. Aunque la revelación de su identidad de género al público y a su familia suscitó gran conmoción entre los espectadores, luego de que Bati Larrivey la acusara de hostigamiento y recibiera una fuerte advertencia del “Big”, la popularidad de la bailarina descendió considerablemente.
Semanas después de su eliminación, Luciana conversó con GENTE acerca de los principales desafíos que enfrentó en el reality, los motivos que la llevaron a contar su historia durante la presentación del programa y el problema de salud que atravesó en sus últimos días dentro de la casa.
En relación con la polémica que perjudicó su imagen, señaló: “Hablé de ese tema porque me tocó en un momento que estaba muy complicada en la casa, sobre todo en relación malestares que estaba teniendo en mi cuerpo, así como fuertes dolores de cabeza”.
Al respecto, agregó que “sin ánimos de minimizarlo, con Bati tuvimos dos charlas: una fue en la habitación donde él me dijo lo que le incomodaba y lo dejamos ahí. Lo entendí, lo abracé, le pedí disculpas y me corrí”.
La santacruceña reprochó: “Después a la noche se activó el protocolo. Y a mí me cayó de sorpresa porque ya lo habíamos hablado y todo había quedado claro. Me parece que para mí era lo más cómodo que lo charlemos mucho antes a quedar expuesta en la gala en vivo y que se active el protocolo. Me hizo quedar mal y él quedó bien como jugador“.
El problema de salud de Luciana Martínez en sus últimos días en Gran Hermano
Consultada sobre los dolores físicos que padeció al final de su estadía, explicó: “Me preocupó mucho mi salud en los últimos días. Una mañana me levanté y estaba sangrando. Me asusté mucho y lo dejé pasar porque no quería ir al confesionario a hablarlo”.
A continuación, afirmó: “Pero después empecé a sentir dolores, abajo y arriba, lastimaduras en el pecho por el peso que llevo, lo que me causaba además picazón, también mucho dolor de cabeza. Nunca fui por tanto tiempo Luciana. Lo máximo había sido un mes, y estar tres meses en la casa sin descansar me generó todo este peso físico y mental que estaba siendo ya difícil de sostener”.
Aclaró por qué no lo contó antes: “Como le decía a Tato, yo en mi vida voy al médico sólo si me siento rota. Tengo que estar muy mal para ir a atenderme. Además creía que ya se me iba a pasar, pero finalmente tuvieron que intervenir los médicos, revisarme y recetarme medicación. Me atendieron muy bien y estoy agradecida por eso”.
Para cerrar, indicó que no seguía un tratamiento hormonal antes de entrar al programa, pero ahora sí planea hacerlo: “Sé que es un proceso largo, pero bueno desde Gran Hermano con todo su equipo me van a brindar toda la información y me van a acompañar a conseguirlo”. En ese sentido, remarcó que se sometería a una cirugía en caso de necesitarla para su transición, aunque “más adelante”.
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