El estuario del río Gallegos alberga una increíble biodiversidad que comprende a miles de aves, chorlos y playeros. Algunas de estas especies son migratorias de larga distancia que nidifican en áreas tan lejanas como el Artico de Norteamérica durante el verano boreal, migrando hasta sus sitios de estadía austral en el hemisferio sur, para permanecer desde la primavera al verano. A éstas se las conoce como “migrantes neárticas”. Otras se reproducen en el sur de la Patagonia durante la primavera y verano austral, para luego migrar al norte de la Patagonia o centro del país. Son las “migrantes australes” o “patagónicas”.
La importancia del estuario local para la supervivencia de estas aves ha motivado que haya sido declarado Sitio de Importancia Internacional, forme parte de la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras y se le haya dado protección legal a todo el ecosistema a través de la creación de la Reserva Costera Urbana de Río Gallegos, de jurisdicción municipal, y de la Reserva Provincial de Aves Migratorias, de jurisdicción provincial.
Entre las especies que llegan desde el hemisferio norte a descansar y alimentarse en nuestro estuario como uno de sus sitios de parada, se encuentra la Becasa de Mar, especie que era posible ver por miles en las costas de Río Gallegos, pero que hoy sólo podemos avistar unos cientos de ellas, por lo que los esfuerzos de conservación y sensibilización de la comunidad por su ambiente que realiza la Asociación Ambiente Sur la tiene entre sus principales objetivos.
Las amenazas más importantes que estas singulares aves enfrentan a lo largo de su ruta migratoria en el corredor atlántico son: la pérdida de los ambientes costeros, ya sea por el avance inmobiliario sobre la costa, como ocurrió en Río Gallegos antes de la protección legal del sitio; el calentamiento global, que en los sitios de parada y alimentación modifica la disponibilidad de alimento, así como en los de nidificación en el Artico, y la pérdida de calidad de estos ambientes.
Entre las acciones de conservación que desarrolla Ambiente Sur se encuentran los censos de aves en el Sistema de Reservas Naturales Urbanas. En marzo de este año, en ocasión de un censo simultáneo en la Reserva Provincial para Aves Migratorias y en la contigua a ésta, la Reserva Costera Urbana, se registró el número más alto de Becasa de Mar, 223 individuos, desde que comenzó a trabajar la Asociación en el área.
La Becasa de Mar
La Becasa de Mar (Limosa haemastica junto al Playero Trinador, son las especies de aves playeras más grandes que se pueden avistar en el estuario y a veces es posible observar en el mes de marzo, cuando inician su regreso al Artico, el cambio de su plumaje de pardo a completamente rojizo, que corresponde al plumaje nupcial.
La Becasa mide 37 cm, el pico es largo, de unos 8 cm, con una leve curvatura hacia arriba, característica de esta especie; las patas también son largas y la coloración general del cuerpo es gris pardusca. Tiene una corta ceja blanquecina que nace en la base del pico y llega apenas detrás del ojo. El pecho y vientre son de color gris muy claro, casi blanco, aunque a fines del verano o en el otoño este color cambia hacia tonalidades rojizas, que corresponden al plumaje nupcial. El dorso es más oscuro, con estrías claras. La rabadilla es blanca y contrasta con el negro de las timoneras de la cola. Presenta una banda alar blanca que en vuelo la hace inconfundible.
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