Como la parodia radial de Orson Welles para demostrar la manipulación mediática en la opinión pública, existen cientos de ejemplos. “Lo vi en la tele”, es el argumento irrefutable para defender a capa y espada alguna teoría ya sembrada. El “derroche” de gas en la Patagonia es apenas una muestra de ello. La operación política-mediática por sobre todas las cosas.

* Por Eugenia María Rodriguez

“Veredas calentitas en Río Gallegos – La Argentina del despilfarro”, era el graph que podía leerse debajo del informe que el periodista Eduardo Feinmann publicó, explicó y teorizó en su programa televisivo que se emite por América 24. “¿Se da cuenta la cantidad de hijos de su madre que hay en el país? Ellos pagan el 30 y el otro 70 lo pagamos entre todos”, fogoneaba con liviandad en medio de la suba de las tarifas de luz y gas. 

El informe emitido mostraba las fachadas de al menos dos casas de Río Gallegos que, según el periodista, tenían instaladas en sus veredas loza radiante para deshacerse de la escarcha. La supuesta denuncia no tardó en caer por su propio peso. “Mienten diciendo que acá se tira el gas, que vivimos en el paraíso. Delante de una cámara, cualquiera dice cualquier barbaridad”, dijo en declaraciones radiales el dueño de una de las viviendas señaladas. “Mintieron, es una noticia falsa que me gustaría saber de dónde sale con esa mala intención”, agregó. 

Era tarde, la mentira estaba instalada. O, al menos, en vías de serlo. Pocos días después de difundido ese video, el presidente Mauricio Macri salió a criticar el supuesto “derroche” de consumo del gas que se vive en la Patagonia, a raíz del subsidio a ese servicio que posee la región por razones climatológicas. “El subsidio a la energía era tan imprudente que, por ejemplo, un hogar humilde pagaba lo mismo que un departamento que consumía dos, tres, cuatro veces más. Incoherencias como esta hicieron que se haya llegado al extremo de calefaccionar veredas con lozas radiantes en algunas ciudades del sur del país, mientras había otras como Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires donde miles de personas sufrían los cortes de luz durante días”, quiso comparar el jefe de Estado. 

Algo quedará

“Miente, miente, que algo quedará, cuanto más grande sea la mentira, más gente la creerá”, una frase poco feliz repetida, entre otros, por el jefe de la propaganda nazi Joseph Goebbels. Nada sabio, pero efectivo según sus propios resultados y de tantos otros que instalan un tema hasta calarlo en la creencia popular. 

En su libro “Homo videns”, el escritor Giovvani Sartori se centra en la idea de que la televisión modifica y empobrece el aparato cognitivo a punto tal que anula el pensamiento del hombre y lo hace incapaz de articular ideas claras y diferentes. Tanto así que, según afirma, lo transforma en un “proletariado intelectual”, sin ninguna consistencia. La cultura audiovisual, para Sartori, “es inculta y por lo tanto, no es cultura”. 

Desde allí, plantea la taxativa influencia que la televisión tiene sobre el hombre. “Lo vi en la tele”, repiten muchos como prueba fehaciente e irrefutable. Como si “verlo en la tele” no requiriese de más preguntas al respecto. Como si se tratase de la verdad absoluta. Y allí es donde los medios de comunicación televisivos (entre otros) hacen pie para jugar con la opinión pública. 

Cualquiera recordaría el famoso episodio en el que Orson Welles utilizó un espacio radial para demostrar el (altísimo) poder de manipulación que tienen los medios de comunicación. En esa oportunidad Welles transmitió por radio un fragmento de la novela de ciencia ficción “La guerra de los mundos” a través del cual hizo creer a los oyentes de Nueva York y Nueva Jersey que eran alcanzados por una invasión extraterrestre. La gente entró en pánico, se encerró en sus casas, en sus sótanos o buscaban refugio en las comisarías más cercanas. 

Según explica Sartori, la televisión ofrece a los espectadores una prueba más confiable: “lo que se ve parece más real, lo que implica que parece verdadero. No hay duda de que los noticiarios de la televisión ofrecen la sensación de que lo que se ve es verdad. La diferencia es que la fuerza de la veracidad inherente a la imagen hace la mentira más eficaz y, por ende, más peligrosa”. 

Al menos, por repetición

“Los medios no nos dicen qué pensar, sino más bien, sobre qué debemos pensar”, dice la teoría de “Agenda Setting”, un término que nació en 1972 cuando los investigadores norteamericanos Maxwell McCombs y Donald Shaw analizaron comportamientos y opiniones de cien indecisos ante las elecciones presidenciales en 1968. 

El estudio realizado por McCombs y Shaw señala, además, que “la gente considera unos temas más destacados que otros en proporción directa con la importancia que le den los medios. Por eso, también la importancia de reiterar el tema para consolidarlo en agenda”. 

“Si sos de esos a los que las tarifas golpearon fuertemente, seguro miraste con más atención las boletas de servicios públicos cuando te llegaron, vamos a hablar de ´Veredas Calientes´ a ver quién las paga. En la Patagonia los usuarios de la red de gas tienen un doble beneficio a la hora de pagar las tarifas, la reducción de subsidios que se está dando en todo el país y que vos pagás, es menos agresiva para los usuarios de la Patagonia”, continuó en la misma línea de Feinmann el periodista del canal Telefé, Rodolfo Barili. 

Desde las “veredas calefaccionadas”, los patagónicos respondieron enfurecidos invitando ?a través de las redes sociales- a los periodistas a investigar, a caminar las calles de la región y a ver cómo viven los sectores marginados ante el frío cruel del sur.

En ese sentido, al brindar una conferencia de prensa, Mauricio Macri quiso comparar el consumo de gas y energía de la Argentina con el de otros países: “Tenemos algo maravilloso para mejorar juntos, que son los niveles de consumo. Estamos consumiendo un 50 por ciento más de energía eléctrica que los uruguayos y 70 por ciento más de gas” al comparar Buenos Aires con Montevideo, Uruguay.

“Si comparamos Neuquén o Santa Cruz son cuatro o cinco veces más. Vimos en televisión hace pocos días las imágenes de veredas con calefacción en Santa Cruz. Entonces ahí tenemos mucho para mejorar”, consideró. 

Así, según les marca su propia agenda, han logrado instalar la teoría del “derroche” y el “despilfarro” en la Patagonia. Un informe, dos periodistas y la ratificación de eso a través del mismo presidente de la Nación. Irrefutable. 

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