Eva Duarte nació a 300 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, en Los Toldos, el 7 de mayo de 1919. Tenía 15 años cuando migró a la Capital Federal para luego ser una reconocida actriz de teatro, radioteatro y cine.
En los primeros años de la década del 40 dio sus primeros pasos en la actividad sindical como afiliada a la Asociación de Actores Argentinos y luego, en 1943, como presidenta de la Asociación Radial Argentina.
Evita asistió como personalidad destacada de la cultura nacional a una actividad benéfica para los damnificados del terremoto de San Juan donde conoció al entonces coronel Juan Domingo Perón, quien estaba al frente de la Secretaría de Trabajo y Previsión. Se casó con él y a partir de allí comenzó a desarrollar un papel fundamental en el escenario político.
Su huella
Uno de sus logros más destacados fue la promulgación de la ley de sufragio femenino, en 1947. El 9 de septiembre de ese año, se sancionó la Ley N.º 13.010, también conocida como “Ley Evita” que le daba el derecho y habilitaba a todas las mujeres de la Argentina a votar. Este fue, además, el primer paso para la incorporación formal de las mujeres en el ámbito político.
A principios de 1947 hubo una segunda tanda de inauguraciones de centros cívicos propiciados directamente por Evita. Con aquella Ley, su liderazgo político se proyectó a nivel nacional y posibilitó que las mujeres cumplieran con el objetivo de la reelección de Perón, por un segundo mandato. Para ese propósito, se creó el Partido Peronista Femenino, fundado el 29 de julio de 1949 en el marco de la primera asamblea organizativa del Partido Peronista, un partido de integración social, que buscaba incluir a un grupo específico y constituir una respuesta político organizativa al desarrollo de las políticas de masas.
La Fundación Eva Perón, dedicada a la asistencia social, obtuvo su personería jurídica en julio de 1948. La institución creó, a su vez, hogares, escuelas, hospitales, la famosa Escuela de Enfermeras y proveedurías de alimentos.
Evita falleció el 26 de julio de 1952 de un cáncer de cuello uterino. Tenía tan solo 33 años. Su deceso se produjo a las 20:25. Poco después de una hora, el locutor Jorge Furnot le confirmaba la triste noticia del “paso a la inmortalidad” al país por la cadena nacional de radiodifusión.
Sus restos fueron velados por 16 días. Primero en el primer piso del Ministerio de Trabajo y Previsión, donde había trabajado desde 1947, luego en el Congreso.
En muchos lugares del interior del país se armaron capillas ardientes presididas por el retrato de Eva. Hubo un incesante desfile de gente que formaban largas e interminables colas esperando más de 10 horas, para dar su último adiós.
Los funerales fueron el 11 de agosto. Un lento cortejo que comenzó a las 15:00 fue primero al Congreso Nacional y de ahí a la sede de la CGT, donde sus restos quedarían depositados para que el doctor Pedro Ara pudiese terminar con su trabajo de conservación.
Tras el golpe de septiembre de 1955, el cadáver de Evita fue secuestrado y peregrinó durante años por distintos lugares, hasta que recibió sepultura con la falsa identidad de una monja en un cementerio de Milán, Italia. Recién en 1971, sus restos fueron entregados por agentes del Servicio de Información del Ejército (SIE) a Perón en España, donde se encontraba exiliado por ese entonces.
Leé más notas de La Opinión Austral
Compartir esta noticia
Dejanos tu comentario