El ministro de Trabajo, Claudio Moroni, ya está analizando el proyecto de decreto reglamentario de la ley de teletrabajo que preparó su equipo de colaboradores, en consulta con empresarios y sindicalistas, y contempla propuestas del sector empleador que no fueron incluidas por los legisladores.
Si bien todavía puede sufrir modificaciones, el texto suaviza los alcances de artículos cuestionados por los empresarios, como el referido a la reversibilidad: el decreto reconoce, por ejemplo, la facultad de organización del empleador para organizar económica y técnicamente la empresa que establece el artículo 64 de la Ley de Contrato de Trabajo y el principio de buena fe que deben observar ambas partes de una relación laboral, como fija el artículo 63 de esa norma.
Además de “los deberes impuestos en los artículos 9 y 10 del Código Civil y Comercial de la Nación”, que hablan, respectivamente, del Principio de buena fe y del Abuso del derecho (“el ejercicio regular de un derecho propio o el cumplimiento de una obligación legal no puede constituir como ilícito ningún acto”).
También afirma que “los trabajadores y trabajadoras que hubiesen pactado la modalidad de teletrabajo desde el inicio de la relación laboral no pueden revocar su consentimiento ni ejercer el derecho a que se les otorguen tareas presenciales, salvo lo dispuesto en los convenios colectivos de trabajo o en los contratos individuales”.
Otro punto cuestionado por los empleadores era la prohibición de “exigirle al trabajador la realización de tareas ni remitirle comunicaciones, por ningún medio, fuera de la jornada laboral”.
Según el decreto reglamentario en estudio, “cuando la actividad de la empleadora se realice en diferentes husos horarios o en aquellos casos en que resulte indispensable por alguna razón objetiva, se admitirá la remisión de comunicaciones fuera de la jornada laboral”.
Aunque a su vez aclara que “en todos los supuestos, la persona que trabaja no estará obligada a responder hasta el inicio de su jornada”.
De todas formas, el texto que recibió Moroni prevé que “las partes podrán acordar excepciones cuando la naturaleza de la actividad desarrollada lo justifique”.
Tal como querían los empresarios, por otra parte, la reglamentación también contempla que “la provisión de elementos de trabajo y la compensación de gastos, aún sin comprobantes, no se consideran remuneratorias y, por ende, no integran la base retributiva para el cómputo de ningún rubro emergente del contrato de trabajo, ni contribuciones sindicales o de la seguridad social”. El agregado polémico es el de “aún sin comprobantes”.
Un artículo controvertido de la ley de teletrabajo se refiere a las tareas de cuidados y permite que “las personas que acrediten tener a su cargo, de manera única o compartida, el cuidado de personas menores de trece años, personas con discapacidad o adultas mayores que convivan con la persona trabajadora y que requieran asistencia específica, tendrán derecho a horarios compatibles con las tareas de cuidado a su cargo y/o a interrumpir la jornada”.
En el decreto reglamentario, en cambio, figura que “el trabajador o trabajadora que ejerza el derecho a interrumpir la tarea por razones de cuidado en los términos de la ley deberá comunicar a la empleadora en forma virtual y con precisión el momento en que comienza la inactividad y cuando ésta finaliza”.
“En los casos en que las tareas de cuidado no permitan cumplir con la jornada legal o convencional vigente, se podrá acordar su reducción de acuerdo a las condiciones que se establezcan en la convención colectiva o en el contrato individual de trabajo para el personal no alcanzado por ella”.
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