Este 22 de mayo, cumple 58 años de historia el Aeropuerto Internacional “Piloto Civil Norberto Fernández” de la ciudad de Río Gallegos, la estación aérea más austral de la Argentina continental.
Fue construido en 1964 y lleva su nombre en homenaje al aviador riogalleguense Norberto Fernández Lorenzo. Antes de esa fecha, el lugar en el lugar operaba la pista del Destacamento Aeronaval y, previamente, en el Aeroclub local.
El aeropuerto de la capital de Santa Cruz, destaca por tener la pista más extensa del país, con 3.550 metros de longitud y, además, por su locación austral, funciona como base para las operaciones aéreas hacia la Antártida.
La historia de Norberto Fernández, piloto del DC-4
El santacruceño Norberto Fernández Lorenzo nació en Río Gallegos el 1° de mayo de 1912. Fue el primogénito del matrimonio compuesto por don Norberto Fernández, español y Carolina Lorenzo, bonaerense. Luego nacieron José, Carlos, “Asunción” Teresa, Tomás -primer gobernador nativo de nuestra provincia cuando aún era Territorio en el período 1952-1955-, Ibón y Raúl Juan. Norberto estudió como alumno internado en el Colegio Salesiano de Río Gallegos.
El matrimonio Fernández-Lorenzo, al radicarse en Santa Cruz, se había dedicado a los trabajos rurales. Luego de independizarse, adquieren unas leguas de campo en las cercanías de Río Gallegos. Estancia que don Norberto bautizó “La Carolina”, en homenaje a su esposa. El 17 de enero de 1930, arriban los primeros aviones de la Aeroposta Argentina, antecesora de Aerolíneas Argentinas. Los más legendarios pilotos venían al mando de aquellas frágiles naves: Rufino Luro Cambaceres primero, Antoine de Saint-Exupéry después, también Próspero Palazzo, Domingo Irigoyen, Ricardo Gross y muchos nombres más, que se sumarían a lo largo de los años.
El miércoles nueve de abril del mismo año, a las 8.30, partió desde nuestra ciudad el avión Laté 25 piloteado por Antoine de Saint-Exupéry, con las escalas previstas en Puerto Santa Cruz, Paso Ibáñez, San Julián, Puerto Deseado, etcétera. De pasajero iba don Norberto Fernández –padre- hacia Bahía Blanca, con el objetivo de comprar un avión para su hijo.
En marzo de 1931, en el transporte nacional “América”, llegó el avión desarmado que don Norberto le había comprado a Domingo Irigoyen, un Curtis Oriole C 6 matriculado R-110, que en una ceremonia realizada en el Histórico Hangar de Río Gallegos bautizaron “San Lorenzo”.
Fue el mecánico de la Aeroposta, señor Shwartz, el encargado de armarlo y darle las primeras clases de vuelo al joven Norberto.
Formación del Piloto
En junio de ese año 1931, Norberto viaja a la localidad de San Fernando para continuar con su aprendizaje de piloto. A fines del mismo mes, fallece repentinamente el primer instructor de vuelo de Norberto, el joven mecánico Schwartz.
Durante buena parte del año 1931 y todo 1932, Norberto realizó innumerables vuelos. Hacia Paso Ibáñez –hoy Comandante Luis Piedra Buena– y Puerto Santa Cruz, lugares donde fue homenajeado reiteradamente con la entrega de plaquetas recordatorias, medallas de oro y pergaminos. En marzo de 1932 vuela hacia el Lago Argentino, convirtiéndose en el primer piloto argentino en sobrevolar los Ventisqueros –Glaciares- el Lago Argentino y el Lago Viedma.
En la actual ciudad de El Calafate, realizó una buena cantidad de vuelos de bautismo con jóvenes de la localidad, que quedaron registrados en la crónica periodística: “Ocuparon la cabina de pasajeros las señoritas Pilar y Leonor Berberena, María, Aurora, y Julia Pantín y el joven Manuel Pantín. Muchos otros iban a volar, pero el viento volvió a arreciar, y fue totalmente imposible satisfacer el deseo de tantos y tantos vecinos“.
Recorrió toda la provincia en su querido “San Lorenzo”, tuvo muchos accidentes a causa de los fuertes vientos reinantes, pero ninguno de ellos doblegó su espíritu indómito. Un par de piedras de buen tamaño, que tanto abundan en nuestra Santa Cruz, eran herramientas suficientes para acomodar un poco al maltrecho “San Lorenzo” y continuar volando.
El 10 de julio de 1933, en San Fernando, se recibe de piloto con las mejores calificaciones. Su instructor fue Guillermo Hillcoat. Así, se convirtió en el primer piloto santacruceño que obtuvo el brevet. Y volvió orgulloso a su tierra natal para continuar volando en el “San Lorenzo” durante todos los meses del año, con viento, con lluvia, con heladas, desde el aire aparecía siempre Norberto Fernández Lorenzo.
Esta experiencia en nuestra tierra, con todas las condiciones climáticas, haría que se convierta en uno de los mejores pilotos que surcó nuestros cielos.
Cuando volvió a Santa Cruz, el nuevo gobernador era el teniente de navío (R) Juan Manuel Gregores, quien ya conocía el territorio por haberlo visitado en varias oportunidades. Siendo un niño en 1908 y 1909, luego como cadete en 1912, y en forma periódica en los años 1916, 1919, 1920, 1921, 1924 y 1926. En 1928 y 1929, llegó a Santa Cruz como comandante del transporte nacional “Vicente Fidel López”.
Había asumido sus funciones de gobernador el nueve de noviembre de 1932, inmediatamente hizo construir campos de aterrizaje en todo el Territorio, logrando la más importante red de radio comunicaciones, con el objetivo de implementar un servicio de “Chasqui Aéreo” pionero en el país. Para ello había gestionado la donación de un avión Lockeed Vega de parte del gobierno nacional. El avión llegó en mayo de 1934 al territorio, piloteado por el aviador Gustavo Numan Costabel y voló hasta julio de 1935, cuando debido a un accidente quedó destrozado en la estancia “Cóndor”.
Instructor del Aero Club
A causa de este accidente, don Norberto Fernández -padre- compra un Laté 25 en desuso, que había sido dado de baja por la Aeroposta. El objetivo de la compra de este avión era que su hijo Norberto pudiera hacerse cargo del “Chasqui Aéreo” y completar las horas de vuelo necesarias para lograr su ingreso en la Aeroposta Argentina.
Entretanto, el cuatro de abril de 1939 fue constituido el Aero Club Río Gallegos. Allí lo encontramos a Norberto Fernández Lorenzo como socio fundador, a quien se designa en ese acto fundacional Director de Aeródromo e Instructor.
Al finalizar ese año, Norberto contrae matrimonio con Olga Ernesta Martínez, y el 2 de abril de 1941 nace Norberto Carlos, quien actualmente se encuentra retirado como comandante de Aerolíneas Argentinas.
Con la experiencia lograda con el viejo Laté 25, como “Chasqui Aéreo”, completa satisfactoriamente las horas necesarias para rendir y aprobar el examen de ingreso en la Aeroposta, cosa que sucedió el mismo año 1941.
Comandante Fernández Lorenzo
En octubre de 1942, vuela por primera vez como comandante hacia su ciudad natal, al mando de un trimotor alemán Junkers, denominado “Pampa”. En 1947 ingresa en la Aerolínea Internacional F.A.M.A. –Flota Aérea Mercante Argentina-. Ahora es una figura reconocida en el ambiente aeronáutico, tanto dentro como fuera del país. Por esta condición, más su cercanía y simpatía con el presidente de la Nación, general Juan Domingo Perón, fue elegido para volar hacia la República de Ecuador, que había sido sacudida por un devastador terremoto.
El 27 de septiembre de 1949, al comando de un Douglas DC-4 LV-ABI, vuela de regreso desde la ciudad de Quito, Ecuador. Habían acudido cumpliendo con la misión humanitaria encomendada por la Fundación de Ayuda Social “María Eva Duarte de Perón”. Son 24 pasajeros, entre médicos, enfermeros, asistentes y funcionarios de gobierno, todos contentos de estar nuevamente de regreso en el país.
La tripulación está compuesta por el piloto del avión, comandante Carlos María Regúnaga, copiloto Norberto Fernández Lorenzo, que en ese momento se encuentra al mando de la nave y el tercer piloto y radio-operador Juan Gregorio Torrealday.
Son las 18.45. Las condiciones del tiempo son excelentes. Sobrevuelan la localidad de Castilla, en la provincia de Buenos Aires, a una altura de 1.200 metros, estimando arribar al aeropuerto de Morón en 20 minutos. Imprevistamente se produce un estampido en la cabina de pilotos, producido por un escape en una bomba de oxígeno que comienza a perder, iniciándose un pequeño fuego.
El comandante Regúnaga, que se encontraba en la parte trasera de la cabina de pasajeros, corrió a buscar el matafuegos, pero no logró apagarlo, el fuego comenzó a extenderse.
El Héroe
“¡Yo sigo al mando!”, le grita Fernández Lorenzo a Regúnaga. “Trate de controlar al pasaje, que voy a intentar un aterrizaje de emergencia (…) Torrealday y yo nos churrasqueamos si es necesario, pero voy a tratar de salvarlos a todos”.
Y se lanza en picada desde los 1.200 metros, con una situación en extremo crítica por el fuego y el humo que inundan la cabina. Con el tren de aterrizaje retraído, para que el avión se detenga en menor tiempo y distancia, realizó un descenso impecable con la “Panza” del DC-4. Sobre el final, el avión hizo un giro de 180° y se detuvo.
La azafata Esther Dates abrió la puerta de escape antes de tiempo, y salió despedida violentamente junto a dos pasajeros. Los tres mueren en el acto. El resto del pasaje, a pesar de los golpes, logró salvar la vida. El fuego llegó hasta los tanques de combustible instalados en las alas, haciéndolas estallar. En la cabina habían quedado Norberto Fernández Lorenzo y Juan Gregorio Torrealday.
Recién a la mañana siguiente el fuego pudo ser extinguido, ambos pilotos perecieron en la cabina. Aferrado aún a los mandos del avión, fue encontrado el cuerpo calcinado de Norberto Fernández Lorenzo. Nuestro valiente santacruceño tenía 37 años, su compañero 39.
Sus exequias fueron realizadas el 29 de septiembre, asistió la Primera Dama de la República, señora María Eva Duarte de Perón y en representación del gobierno de Ecuador, asistió su Embajador. Ese día fue declarado “Duelo Nacional” y la bandera flameó a media asta. Fue otro legendario santacruceño el encargado de traer sus restos mortales hasta la ciudad natal, el comandante Armando Tola.
Mediante Proyecto de Ley N° 24.345, del año 1994, presentado en el Senado de la Nación por Felipe Ludueña, se impuso el nombre de “Piloto Civil Norberto Fernández” al Aeropuerto Internacional de la ciudad de Río Gallegos, en un justo y merecido homenaje. Quien en vida fuera Norberto Fernández Lorenzo descansa en el Mausoleo familiar del cementerio de la ciudad de Río Gallegos.
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