La liga profesional del fútbol argentino se posiciona octava en el ranking que armó 21st Club, empresa de análisis que aporta datos y conocimientos a varios equipos en toda Europa. La Serie A, de Brasil, está en el sexto lugar.

 

“Calificamos a los mejores equipos de Argentina como marginalmente mejores que los de Brasil, pero hay una mayor fuerza en la cima del fútbol brasileño”, dijo Omar Chaudhuri, el director de inteligencia de 21st Club, a New York Times.

 

“Cuando -continuó- estás viendo a Boca Juniors, digamos, contra un oponente débil, puede ser difícil medir qué tan impresionante es realmente una actuación individual”.

 

Pero hay distintos argumentos para poner en duda esta teoría. Durante este 2020, a pesar de que el fútbol argentino comenzó a fines de noviembre -y la gran parte de las ligas sudamericanas ya jugaba hacía varios meses-, los equipos están siendo protagonistas de la Copa Libertadores, pero también de la Copa Sudamericana.

 

En la semifinal de la Libertadores está River Plate por un lado y Boca Juniors o Racing Club estarán del otro. River dejó en el camino, en este certamen, a Atlético Paranaense. Racing venció a Flamengo -el último campeón del torneo- y Boca se impuso ante Internacional de Porto Alegre.

 

La supremacía parcial (sólo parcial) de los argentinos contra los brasileros continúa en la Sudamericana. Defensa y Justicia avanzó a semifinales luego de dejar afuera a Bahía. Antes había hecho lo propio con Vasco Da Gama. Lanús, que está en la otra llave, había clasificado a octavos de final al vencer a San Pablo.

 

El fútbol argentino ha tenido hechos insólitos (como el del 38 a 38 en las elecciones de 2015 en AFA, cuando votaban 75 personas) y también falta de proyectos desde los clubes. “Sólo hay un par de clubes con proyectos. Para muchos, el resultado, incluso a nivel juvenil, es lo único que importa, no el desarrollo de los jugadores. Piensan en hoy y no en mañana”, expresó Hugo Huerta, el coordinador de ojeadores de Racing, a NYT.

 

Por otro lado, la exportación de jugadores argentinos a las ligas top de Europa ha disminuido significativamente por distintas variables. La de Brasil, en cambio, ha incrementado. Y si se comparan los valores de las ventas, Brasil está arriba por una amplia diferencia.

 

Uno de los principales argumentos de NYT en este caso es la atención a los scoutings. Brasil es más accesible. En Argentina, a veces, no contestan ni los mails. Hugo Tocalli agrega otro punto de vista. “Argentina nunca ha dejado de producir jugadores. Es sólo que en estos días Europa no los necesita tanto.”

 

“Creo que los clubes no vienen a buscar a los jugadores a nuestro país porque no les dan lo que antes sí les daban. No logran hacer la diferencia como hace algunos años. En general, no están preparados para la competencia de elite y les falta un paso intermedio y a veces dos”, añade Nicolás Burdisso, exjugador de Boca Juniors, Roma, Selección Argentina y que fue director deportivo del Xeneize, a La Nación.

 

Los jugadores deben formarse en todos los aspectos, no sólo en los deportivos, para llegar preparados al salto. En esta sintonía, AFA y el Ministerio de Educación de la Nación firmaron un convenio donde se establecerá impulsar a los futbolistas a que terminen sus estudios obligatorios. Y este martes se anunció un plan de acompañamiento de jóvenes entre el Ministerio de Desarrollo Social y AFA.

 

“Vamos a ayudar a los clubes con metas, para que los chicos mantengan constancia, también recibirán ayuda económica los tutores, cuya tarea será acompañar a los jóvenes constantemente, realizar informes nutricionales, académicos y socio-económicos, familiares”, dijo el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo. Estos programas que se lanzaron también influirán para bien a largo plazo.

 

Mientras tanto, los equipos argentinos resisten en la adversidad. Con las limitaciones de infraestructura, crisis económicas, manejos cuestionables, animan, año tras año, los torneos continentales. En la Libertadores, River y Boca o Racing podrían quedar afuera en las semifinales contra los brasileros. Pero el recorrido ya marca una tendencia. ¿El aspecto fortuito tiene una gran incidencia? ¿O el nivel del fútbol del país no es tan bajo como se marca?

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