Matías Gigli debutó en la primera de Newell’s en el 1997. Convirtió 119 goles en toda su carrera. Jugó en Belgrano, Godoy Cruz, Huracán, Aldosivi, Atlético Rafaela, Monagas de Venezuela, Argentino de Rosario y Unión Arroyo Seco. Pero no olvida su gran paso por Bancruz de Río Gallegos en el torneo Argentino B 2001/2002. Hoy, ya retirado, Gigli cuenta anécdotas en Bancruz, menciona su gol más lindo, elogia a Matías Suárez, jugador de River Plate (con quien compartió plantel) y habla sobre el ambiente que hay en el fútbol.

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-¿Te acordás los detalles del día de tu debut en Primera con Newell’s?

-Cuando uno se cambia antes de un partido. Si bien entré en el segundo tiempo pero cuando me estaba poniendo la camiseta de Newell’s era algo hermoso. Los compañeros  que tenía al lado. Es el sueño de todo chico, de todo pibe, que comienza a jugar al fútbol.

-¿Por qué decidiste ir a jugar a Venezuela? ¿Qué te atraía?

-Me fui porque salió la posibilidad de ir. No me atraía nada (y no estaba errado). Era una categoría, que si bien era primera división, estaba muy por debajo del nivel hasta de un Argentino B. Salió la posibilidad de ir, y no tenía club, por eso decidí ir a jugar allá.

-Y, cuándo llegaste a Río Gallegos, habrás  sentido el cambio climático.

-Fue un cambio hermoso. Si bien el clima no me gustaba mucho. No me gusta el frío, no me gusta el viento (era más  lindo el calor de Venezuela, dice entre risas). Pero fue muy linda la vida que tuve ahí. Junto con mi esposa, pasamos unos meses muy lindos, muy buenos. Disfrutamos mucho.

-¿Qué recuerdos te llevaste de Bancruz?

-Muchos recuerdos. Muchos amigos. Tengo amigos todavía que viven en Río Gallegos. Fue volver a tener gente buena alrededor que eso es muy difícil en el fútbol. Son los recuerdos más lindos que deja de la carrera deportiva.

¿Te animás a contar alguna anécdota?

-Anécdotas siempre cuento dos que me sorprendieron. En los primeros entrenamientos fuimos a entrenar a la chacra de Bancruz  y había un viento terrible. Me acuerdo que tiran un centro y teníamos el viento en contra. El centro me pasa y salgo a buscar la pelota, pensando que se iba re lejos, y cuando giro, el viento frena la pelota y me pega el pecho. Me sorprendió. Los primeros días me costaron por las canchas de ripio. No estaba acostumbrado a jugar así. Es más, Capovilla (Rubén) me quiso echar el primer día, me dijo que era un desastre (tan errado no estaba, cuenta mientras ríe). La otra anécdota fue cuando corríamos y hacíamos pretemporada en la ría. Si bien era septiembre corríamos y se escarchaban los gorros. Eso me quedó grabado porque el frío no me gusta mucho.

-¿El gol más lindo de tu carrera?

– Me gustan varios. Uno que hice jugando para Godoy Cruz contra Gimnasia de Concepción del Uruguay. Uno jugando para Atlético Rafaela contra Platense. Otro que le hice a San Martín de San Juan jugando para Aldosivi. Pero sin dudas, el más lindo es el gol que le hice a Olimpo en la promoción por todo lo que significo. Ese gol hizo que Belgrano ascienda a Primera, en 2006.

“El gol el más lindo es el gol que le hice a Olimpo”

-¿Cómo definirías un partido de promoción para ascender a Primera División?

-Es un partido soñado. Es lo más lindo que  hay. Se perdió eso. Era algo muy hermoso para los que veníamos de abajo. Para los que venían de primera, no tanto. Cuando empezó a tocar intereses de los grandes equipos, por ejemplo, Racing la jugó, River la jugó, la sacaron enseguida. Empezó a tocar intereses muy importantes y se complicó. Pero eran partidos interesantes.

-Si tenés que elegir un jugador con los que  jugaste, ¿con cuál te quedás?

-Me quedó con Matías Suárez. Jugué con él y vi lo que hace adentro de una cancha. Obviamente que estamos hablando de los terrestres, no de los extraterrestres que juegan en Europa. Pero sin duda me quedó con Mati Suárez.

-¿Te gustó el ambiente que hay en el fútbol?

-La verdad que el ambiente está cada vez más complicado. Quizá es lo más feo del fútbol. A mí me gustaba entrenar, ir a jugar, pero el ambiente es muy difícil. Hay un montón de cosas que uno no maneja: los representantes, las redes sociales – que distorsionan mucho la realidad-. Hay que estar preparado para cosas muy feas. El  último tiempo ya me había saturado y quizá por eso tomé la decisión de abandonar.

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-Tenés el título de técnico, ¿te ves como técnico en un futuro cercano?

-Sí. Tengo el titulo hace tiempo. Dirigí acá en Arrollo Seco a los juveniles. Pero como te decía antes. Es un círculo muy cerrado. La rueda de entrenadores es siempre la misma: son seis o siete que van de un lado y van a otro. Se van de un club y ya tienen otro equipo. Es muy difícil entrar. Ojalá  algún día tenga la posibilidad de entrar al ruedo y poder hacer una carrera como me tocó hacerla como futbolista. Pero hoy por hoy es difícil meterse.

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