Los cambios de Gabinete tras la derrota electoral en las PASO eran uno de los principales desafíos para el Frente de Todos.

Tras la misiva de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien puso el ojo en los desafíos económicos actuales y de mediano plazo, se produjeron varios movimientos estratégicos, pero que también traslucieron las tensiones hacia el interior del Frente.

Es saludable que una coalición de gobierno debata hacia su interior. Para eso se inventaron las primarias, que no fueron aprovechadas por el FdT.

Más allá del traspié y la parsimonia inicial, los nuevos funcionarios tendrán el desafío de continuar lo realizado hasta ahora, profundizar en algunos lineamientos y en otros casos, cambiar de rumbo.

El objetivo de corto plazo para Domínguez será encausar la relación con la Mesa de Enlace

Dos de las áreas que tendrían especial incidencia en la provincia son Agricultura y Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.

En la primera cartera fue designado Julián Domínguez, quien ya había ocupado ese puesto con Fernández de Kirchner.

Domínguez mantiene una excelente relación con Luis Basterra, el ministro saliente. Por el momento mantendrá todas las líneas técnicas y el mismo equipo de trabajo con el que se venía gestionando.

En el caso del segundo ministerio, fue designado Daniel Filmus en reemplazo de Roberto Salvarezza.

El objetivo de corto plazo para Domínguez será encausar la relación con la Mesa de Enlace y resolver la cuestión de fondo vinculada a las exportaciones de carne.

Pero en el objetivo de más largo plazo podría pensarse en una redistribución regional de la producción para salir de la trampa de la Pampa Húmeda.

Al menos es lo que propone el Centro de Estudios Agrarios (CEA): que la ganadería se desarrolle en zonas extra pampeanas para ser consumidas en esos territorios.

Ministro Daniel Filmus.

Por su parte, Filmus deberá profundizar lo realizado en el marco del programa Pampa Azul, es decir la planificación estratégica alrededor del océano, con especial incidencia en Santa Cruz en todo lo que tiene que ver con la generación de energías alternativas.

Desarrollo Territorial

El año pasado, en plena pandemia, las ventas al exterior de carne totalizaron las 620.000 toneladas (peso/producto), lo que constituyó todo un récord.

Para encontrar otro registro similar habría que remontarse a 1924, en pleno auge de la “Argentina granero del mundo”.

Para este año, la Sociedad Rural Argentina, que pasó a estar conducida por Nicolás Pino, quería alcanzar las 800.000 toneladas, a fuerza de tracción de la demanda china.

Una ecuación insostenible para un mercado local que también quiere consumir pero cuyo salario perdió la mitad de su poder adquisitivo desde 2016, al mismo tiempo en que los precios internos se dispararon.

El nuevo ministro de Agricultura, Julián Domínguez, tiene un primer objetivo de corto plazo: destrabar un conflicto con las cuatro entidades de la Mesa de Enlace y algunos frigoríficos por la administración del comercio exterior de carne vacuna.

Domínguez arrancó como se esperaba. Mantuvo reuniones con gobernadores, integrantes de la cadena frigorífica, y técnicos de la Mesa de Enlace.

El objetivo sería anunciar este lunes una batería de medidas que permitan destrabar el conflicto con los ganaderos exportadores, quienes habían amenazado con un nuevo lockout para luego de las PASO.

Para el mediano y largo plazo, Domínguez trabajará en el lanzamiento del Plan Ganadero que contó con el aporte de los técnicos que estuvieron bajo la gestión de Luis Basterra pero comandados por Desarrollo Productivo.

Ministro Julián Domínguez.

Entre los puntos sobresalientes de este plan, se fijarán líneas de financiamiento del Banco Nacional para que los productores puedan incrementar el peso de faena.

Es decir, en vez de vender los animales cuando llegan a los 226 kilos, esperarlos hasta los 430 kilos. Esto impactará de lleno en el mercado local ya que por un mismo animal habrá más carne disponible.

También habrá financiamiento para mejorar pasturas, verdeos, y forrajes conservadores con la intención de incrementar la tasa de preñez.

Otro cambio clave será el troceo. Los frigoríficos ya no podrán despachar las medias reces sino que deberán hacerlo con cortes de no más de 32 kilos.

Pero hay otro tema que hace a un plan ganadero y la cuestión de los precios en el mercado interno. El director del CEA, Matías Strasorier, considera que el precio del kilo de carne podría bajar de 500 a 300 pesos si se negociara fuerte con las cadenas de comercialización.

Además, afirma que otra lógica de producción es posible. Esto quiere decir que podría fomentarse la producción ganadera en Mendoza, Salta, Santiago del Estero o la Patagonia y que la carne resultante sea consumida en esos territorios.

Quizás los costos de producción patagónicos sean más elevados que en la Pampa Húmeda. Pero en contraposición, habría un impacto social de índole distributiva. Si se redistribuyera territorialmente la producción, se podrían liberar saldos exportables de la zona pampeana.

“Por eso decimos que no hay contradicción entre consumo local y exportaciones. El tema es que hay que sentarse con los grandes grupos económicos y negociar”, manifestó Strasorier.

La mirada sobre el mar

La ley Promar, pensada para potenciar el desarrollo de los recursos marinos y el conocimiento científico vinculado a estos recursos, estipulaba un presupuesto mínimo anual de 250 millones de pesos.

Sin embargo, durante los cuatro años de Cambiemos no se cumplió ninguna de las pautas financieras establecidas en la norma impulsada en su momento por la gestión de Cristina Fernández de Kirchner.

Con Salvarezza a la cabeza se había iniciado la reconstrucción de todo el sistema científico del país, en donde la iniciativa Pampa Azul volvió a tener un rol preponderante.

Para 2022, el Gobierno estableció la partida de 250 millones de pesos tal como establece la ley.

“Fomentar la Innovación Tecnológica de los sectores productivos vinculados al mar a través del Programa Pampa Azul. Para el ejercicio 2022 se estima realizar 6 campañas científicas que insumirán en promedio 120 días de navegación”, puede leerse en el texto del proyecto del Presupuesto 2022 presentado días atrás en el Congreso de la Nación.

A través del programa se propone impulsar una visión estratégica que provea bases sólidas a la labor científica y a las políticas sectoriales.

“Pampa Azul es una iniciativa estratégica para la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación productiva en las áreas vinculadas al mar, habiéndose identificado ocho cuencas sedimentarias en la plataforma continental. El conocimiento generado aportará al uso sostenible de los recursos marinos en beneficio de las comunidades locales y al desarrollo de nuevas tecnologías a las industrias asociadas al mar”, agrega el texto de la ley de leyes que será debatida por los legisladores y legisladoras.

Argentina cuenta con un largo litoral marítimo y una extensa plataforma continental, hoy reconocida por las Naciones Unidas. Sin embargo, el conocimiento y aprovechamiento de este espacio es aún primario y fragmentado debido a la falta de políticas regulares que lo fomentaran.

En uno de los estudios realizados por el MINCyT entre 2013 y 2015 se señaló que el aporte del sector marítimo al PBI no superaba el 1,5 por ciento y que, si se realizaran las inversiones previstas en los fundamentos de la Ley Promar, esa cifra podría superar el 10 por ciento para 2035, diversificando la economía y generando empleo no solo en las ciudades costeras.

Pampa Azul es una iniciativa estratégica para la investigación

A su vez, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación) sostiene desde 2012 que la Patagonia es una de las zonas del mundo con mayor potencialidad para incluir la acuicultura con exigentes normas de cuidado ambiental.

En 2018, la provincia de Santa Cruz inició un proyecto de generación de energía de fuentes renovable hidroeléctrica y mareomotriz, con fondos del CFI y llevado adelante por la empresa Evaluación de Recursos S.A. (Evarsa).

De este proyecto quedaron definidas tres zonas donde ya hay sensores haciendo las mediciones: Puerto Deseado, Puerto San Julián y Punta Loyola; las mediciones se iniciaron a fines de 2018 y los datos son analizados directamente por la provincia desde 2019.

El plan de tareas incluyó la selección de los lugares claves para emplazar las estaciones; se tuvo en cuenta tanto la utilización de sensores ultrasónicos, que van en superficie y a presión, que son los que están sumergidos; luego vino la instalación de las estaciones, la operación y mantenimiento de la red y la medición de los aforos y batimetrías en los cuerpos de agua.

La provincia también midió los caudales de cinco ríos – Fitz Roy, Chico, Tarde, Los Antiguos y Fénix Grande-; los datos preliminares arrojan una buena proyección para la generación energética.

Estas mediciones tienen por objetivo generar energía renovable para llevar electricidad a un conjunto de pueblos que aún no cuenta con la conexión al interconectado.

Ahora, Filmus tendrá el desafío de potenciar lo realizado en torno al proyecto Pampa Azul, incluso de cara al 2050, año en que se fijó el punto final para la transición energética donde el mundo debería dejar de emitir dióxido de carbono.

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