Por Irene Stur

Argentina cuenta desde septiembre de 2015 con un régimen de “Fomento Nacional para el Uso de Fuentes Renovables de Energía Destinada a la Producción de Energía Eléctrica” (ley N° 27.191). Enmarcada en los acuerdos internacionales de la sustitución de la generación tradicional por las llamadas “energías limpias”, el país ha ido incrementando las renovables y en particular la energía eólica.

En abril de este año, las energías renovables tuvieron una contribución récord a la matriz energética nacional del orden del 13,3% de la generación total. Y la generada por el viento sumó casi un 10%. En particular de los 3.092 MW que se produjeron ese mes, 1.492 MW salieron de los parques eólicos instalados en la Patagonia Sur, principalmente Santa Cruz y Chubut.

Crece el aporte de Santa Cruz a la generación de energía limpia.

Desde la sanción de la ley y hasta junio de este año, el sector, según un reciente documento de la Cámara Eólica Argentina (CEA), lleva invertido unos USD 3.500 millones. Lo que permitió haber incorporado, en forma estable, a la red 2.981 MW, a la vez que hay proyectos en ciernes que sumarían otros 2.000 MW.

Para que Argentina cumpla con su compromiso del Acuerdo de París, y mantener constantes sus emisiones de gases efecto invernadero (GEI), debería duplicar la generación de energías renovables a la matriz general. Ahí la energía eólica tendría un papel clave. De acuerdo a los estudios, la generación limpia explica el 87% de la reducción en las emisiones GEI.

Pero a su vez, la CEA destaca que el sector también es importante a la hora de la “sustitución de importaciones, ahorro de divisas y desarrollar capacidades productivas”. Marcan, en ese sentido, que la sola sustitución de 8,8 Mm3/d, se tradujo en un ahorro de USD 800 millones en 2021 al sustituir gas importado.

Costos y empleo

De acuerdo al documento de la Cámara, “el desarrollo de la industria eléctrica renovable posibilitó la reducción del costo medio de generación en un 16% comparado con el promedio histórico”. Al mismo tiempo, el costo marginal operado, se redujo a un tercio de su valor, pasando de más de 180 USD/MWh a menos de 60 USD/MWh en promedio.

La apuesta a las energías renovables podrían generar más de 3.000 empleos anuales

En paralelo, el montaje de cada parque eólico genera los llamados “empleos verdes” considerando la construcción de las torres y la producción local de piezas, partes y componentes de los aerogeneradores. Se estimó que “se generan alrededor 2.300 empleos verdes cada 1.000 megawatts/hora adicionales de potencia”.

La CEA enfatiza que estas cifras “pueden aumentar”. Creen que en la medida que “se alcancen etapas superiores de integración nacional de componentes” podría llegarse a la exportación de componentes a países de la región, tomando como ejemplo lo que fue la venta de torres nacionales a Estados Unidos durante los últimos años.

Los números

Para cumplir con el Acuerdo de París, Argentina debe incorporar al menos entre 750 MW a 1.500 MW anuales. Es proyección es la base para pensar en un crecimiento sostenido a largo plazo de la capacidad productiva de energías limpias.

Cada 1.000 MW de nueva potencia de energía eólica, se aporta USD 840 millones de dólares a valor presente. Contemplando esto, la inversión requerida en el país, para cumplir con el Acuerdo de París, parte de unos USD 9.500 millones y podría trepar hasta los USD 19.000 millones.

Desde la ley 27.191, el sector lleva invertidos unos USD 3.500 millones.

Semejante nivel de inversión permitiría sustituir importaciones de gas (o liberar el gas local para exportación) por entre USD 11.100 millones a USD 22.300 millones. También permitiría “generar un complejo industrial permanente, con potencial exportador, con un piso de más de 3.000 empleos sostenidos anualmente y un impacto en la actividad local de entre USD 6.000 millones y USD 12.000 millones” destacó el informe de la CEA.

Para cumplir con el Acuerdo de París, debería duplicarse la capacidad de energía eólica

Que marca, en el final del documento, que “el sector eólico ya ha demostrado su potencial para sustituir importaciones de combustibles, el consecuente ahorro de divisas, su capacidad para transferir conocimiento y generar empleo”.

Y pide contemplar tres iniciativas: la extensión del decreto 234/21 a los proyectos de inversión que sustituyen importaciones, la coordinación con organismos multilaterales para la obtención de financiamiento y el canje de deuda por cambio climático.

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