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42 años después del conflicto bélico, Gustavo Funes, veterano de guerra de Malvinas, regresará este sábado a las islas.
Funes tenía 19 años y se desempeñaba en el Hospital Aeronáutico en Pompeya cuando como soldado camillero junto al traumatólogo Baruc y el enfermero Miguel Lucarelli, viajando como apoyo médico del GOE de Fuerza Aérea Argentina.
“Llegamos en el primer avión que aterrizó en Malvinas, ese comando tenía el objetivo de recuperar el aeropuerto si la Armada o el Ejército no llegaban antes. Nos enteramos que íbamos a desembarcar en la noche del 1º de abril a las doce, cuando volvió el capitán y nos dijo de que al día siguiente íbamos a formar parte de la recuperación de Malvinas”, contó en los estudios de Radio LU12 AM680.
Sin tiempo de dar aviso a su familia, el joven soldado escribió una carta.
“Mañana me voy a Malvinas, no sé si vuelvo, pero quiero que sepan que estoy orgulloso de hacerlo aunque me cueste la vida. Si vuelvo, los seguiré amando y sino, entiendan que alguna vez me sentí hombre para pelear por mi patria”, escribía en el 1° de abril de 1982.
Esa carta, sostiene, “representa un sentimiento: estoy dispuesto a perder la vida para pelear por mi patria, es algo muy fuerte, pero era lo que sentíamos la gran mayoría de los argentinos, los que fuimos y los que no fuimos, por eso también hubo campañas de donaciones y muchos voluntarios se anotaron para ir a Malvinas”.
“La noticia fue una sorpresa, un shock. En ese momento fue como una una inyección de patriotismo y de madurez porque nos plantearon que el avión podía tocar la pista y volar en el aire, que nos cruzarían un camión o que nos podían disparar mientras estuviéramos aterrizando. Nos dieron un escenario que era muy malo, parte de todas esas cosas pasaron”, recordó y continuó “todavía flameaba la bandera inglesa, tuvimos el orgullo y el honor de arriar la bandera inglesa, izar la bandera argentina y cantar el himno, fue un momento muy emocionante”.
En las islas, donde permaneció aproximadamente un mes, “lo primero que hicimos fue armar un puesto de socorro. El plan original era poner una bandera argentina, una del Reino Unido, una de Naciones Unidas, retirar las tropas y negociar, por lo que nosotros, como equipo de sanidad, no llevábamos ningún tipo de instrumental, llevamos botiquines de primeros auxilios”.
Después de dos semanas, el Dr. Espinela comendó a armar un hospital conjunto de las tres fuerzas en el edificio de un colegio en construcción.
“Pidieron instrumental a Buenos Aires y armaron los quirófanos. En el aeropuerto, armamos un puesto de socorro, una carpa grande con camillas, tubos de oxígeno y un equipo de primeros auxilios para recibir a los heridos después de los bombardeos. En el hospital se los intervenía y si estaban muy graves, se los compensaba y se los llevaba de vuelta en Hércules”, relató.
A fines de abril, el grupo fue enviado a Comodoro Rivadavia, pero como su jefe había regresado antes, habían quedado sin destino y fueron enviados a Buenos Aires. Ya no pudieron volver a las islas.
“Quedé ocho meses más haciendo el servicio militar y en el hospital recibimos a los heridos más graves de Fuerza Aérea. Los que habíamos vuelto, los 10 soldados que fuimos de camilleros, volvimos bien, y cada uno se ocupaba de un soldado que tenía traumatismos muy complejos”, señaló y acotó “era algo que teníamos que hacer, ellos habían vuelto mal y nosotros estábamos bien”.
“Es uno de los momentos de los que me siento más orgulloso en mi vida”, afirmó sobre su participación en la guerra, tanto en las islas como en el continente.
Sobre su regreso a las islas después de 42 años, afirmó: “No estoy nervioso ni ansioso, dejo que todo vaya fluyendo, que vayan sucediendo las cosas. Quiero poder disfrutar, en el buen sentido de la palabra, el viaje y a veces la ansiedad o el nerviosismo te quita esa autenticidad de lo que va pasando”.
Además de su esposa Silvia, lo acompaña el deportista Marcelo De Bernardis, quien fue el primero y único participante argentino del Standard Chartered Stanley Marathon 2008, el maratón fiscalizado más austral, por lo que es conocedor de las islas.
Formación
Funes es integrante de la Asociación Civil Malvinas, Educación y Valores, que se dedica a formar a los jóvenes en valores humanos, cívicos y pacíficos, promoviendo una recuperación pacífica de la soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, así como los espacios marítimos e insulares correspondientes. “En la asociación conocemos historias de muchos veteranos, inclusive de padres de caídos en Malvinas, entonces cada lugar tiene una referencia, cada lugar tiene una historia, entonces será estar en el sitio de cada una de esas historias”, indicó.
En su carta de 1982 expresaba “un sentimiento que nosotros queremos recuperar en Malvinas, Educación y Valores, y en general en todas las charlas que damos los veteranos es el sentimiento de querer a nuestro país, de querer a nuestra patria, de trabajar por nuestro país, de sacarlo adelante, trabajar hacia el futuro”.
A través del trabajo que realiza la asociación, señaló: “Los que queremos es transmitir nuestra historia, transmitir una historia positiva hacia adelante, dejar un mensaje a los jóvenes que humildemente les pueda servir para la vida, que tomen nuestra nuestra pequeña historia como un ejemplo”.
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