Se podría decir que la primera parte de la historia de la inmigración en nuestra provincia es bastante conocida. O al menos es sobre la que más se sabe. Los primeros habitantes de nuestras localidades fueron mayormente de ascendencia europea y chilena. Y durante muchos años ese ritmo migratorio fue sostenido, sobre todo cuando hablamos de la comunidad trasandina.
Aun hoy, que vemos una fuerte presencia de la comunidad boliviana, paraguaya, peruana, colombiana, dominicana, venezolana y hasta africana, sigue siendo la predominante cuando hablamos de Santa Cruz.
La fecha recuerda la llegada de los inmigrantes al país, a partir de la disposición del Primer Triunvirato el 4 de septiembre de 1812 que ofrecía “su inmediata protección a los individuos de todas las naciones y a sus familias que deseen fijar su domicilio en el territorio”, pero fue durante el gobierno de Juan Domingo Perón, en 1949, que comenzó a celebrarse.
Por tal motivo, a continuación compartimos conceptos y reflexiones tanto del delegado de la Dirección Nacional de Migraciones en Santa Cruz, Gonzalo Chute, como del titular del Centro Chileno en nuestra ciudad, Tomás Bringas.
“Momento de celebrar esta diversidad”
En diálogo con La Opinión Austral, Chute repasó que “desde 1812 hemos sido un país con puertas abiertas”. “Creo que la migración ha sido un factor fundamental para la construcción de la argentinidad y esta identidad argentino latinoamericana en general. Ni hablar en Santa Cruz, que somos una provincia mucho más nueva y más recientemente poblada, donde se hace más evidente o más cercano todo esto”, analizó.
“Creo que la mayoría tiene como mínimo un abuelo que ha venido de otro lugar. Y más allá de las oleadas migratorias que ha habido a nivel nacional históricamente -en el siglo XIX italianos, españoles, alemanes, franceses y europeos en general-, en Santa Cruz tenemos esta particularidad muy fuerte y linda que es, primero que nada, el gran aporte de la comunidad chilena, de nuestros hermanos que han sido fundamentales en la construcción de la identidad santacruceña”, sostuvo.
“Ya no en el sur de la Argentina, sino especialmente en Santa Cruz. Ni hablar, más recientemente, de la migración boliviana, paraguaya, dominicana. De muchos lugares de Centroamérica o del norte de Sudamérica, como Colombia o Venezuela, e incluso hasta comunidades africanas”, detalló.
Gonzalo Chute, delegado nacional de Migraciones en Santa Cruz.
Para Chute, el 4 de septiembre representa entonces “la posibilidad de visibilizar esta realidad que nos hace ser como somos. Y es momento de celebrar esta diversidad y también nuestras raíces, nuestros abuelos, bisabuelos, parientes. Y recordar una vez más que no seríamos lo que somos sin el aporte justamente de los migrantes: estas personas que, dejando todo, eligieron la provincia de Santa Cruz y en particular la ciudad de Río Gallegos como lugar para realizar sus sueños y aspiraciones, para formar sus familias y desarrollar sus trabajos”, marcó.
En ese sentido, analizó que “todo este aporte tan rico, como dije antes, nos hace ser lo que somos. No hay Santa Cruz sin migración. Y es importante recordarlo y celebrar esta fecha”, insistió.
Por otro lado, con relación al trabajo que la Dirección General de Migraciones lleva a cabo, recordó que “somos un organismo que busca garantizar los derechos de los migrantes, que busca que el migrante que elige este país como centro de su vida pueda realizarse de forma legal y legítima”.
Hasta antes de la pandemia se registraban ingresos de 3.500 personas diariamente
En ese sentido, apuntó que el área “es la primera ventana que debe encontrar el migrante cuando llega al país, por nuestra función de control de egreso e ingreso al país por los pasos fronterizos. Y después, obviamente, cuando vienen a radicarse. El extranjero para vivir regularmente en la Argentina tiene que estar radicado, es decir, tiene que acercarse a una delegación u oficina migratoria y tramitar su radicación”, recordó.
En ese punto, Chute quiso ser claro y precisó la importancia que tiene hacer estos trámites para que puedan desarrollarse en el marco de la legalidad. “Es importante la radicación porque es la puerta de entrada para el ejercicio regular de todos los derechos que nuestro país, que siempre ha sido tan pro migrante, les otorga a los extranjeros que vienen a la Argentina. Por lo tanto, una vez que se radican, van a tener su documento y gozar de los derechos. Trabajar en blanco, acceder a la educación, a la salud pública y a todas estas cuestiones que tenemos en nuestro país y que nos hacen importantes”, detalló.
No seríamos lo que somos sin el aporte justamente de los migrantes
Finalmente, el funcionario saludó a los extranjeros en este día y señaló: “Sepan que en Migraciones no tienen un enemigo, sino un aliado. Nosotros estamos para ayudarlos y por orden de nuestra directora nacional Florencia Carignano, del ministro de Interior Wado de Pedro y obviamente del presidente de la Nación, Alberto Fernández, estamos buscando volver a ser un organismo de cercanía y ayudar a que se pierda el miedo a Migraciones. Hoy estamos para eso, para acompañarlos y ayudarlos”, concluyó.
“45 mil habitantes”
Entre tanto, el titular del Centro Chileno con asiento en nuestra ciudad, Tomás Bringas, analizó las diferentes olas migratorias de la comunidad chilena en nuestra provincia.
“La emigración chilena a la provincia no tiene un origen preciso, siendo un elemento importante el hecho que la frontera entre nuestros países se ubica en una cordillera (de los Andes) de muy baja altura que facilita el cruce durante todo el año. La región de Chiloé es la principal fuente de emigrantes chilenos, que vinieron inicialmente como trabajadores temporales, entre octubre y marzo, para las tareas de esquila en las estancias de Santa Cruz, para luego volver a Chile”, subrayó.
Instalaciones del Centro Chileno en nuestra ciudad.
“Es decir -agregó-, agricultores y pescadores cambiaban de labor para ser esquiladores, cocineros, instaladores de cercos, obreros con y sin experiencia en diversidad de tareas. Una primera oleada de trabajadores puede precisarse entre los años 20 y 40 del Siglo XX”, detalló Bringas.
Tenemos esta particularidad tan fuerte que es el gran aporte de la comunidad chilena
Luego, continuó, “una segunda corriente migratoria se ubica en los 50 y 60 del Siglo XX, cuando muchos de aquellos trabajadores temporales decidieron quedarse en Santa Cruz con la idea de iniciar una nueva vida. Se instalaron en lo que es hoy el barrio Belgrano, con sus familias a desarrollar un proyecto. Ellos proveyeron la mano de obra básica para ayudar en la construcción de Río Gallegos como ciudad y las estancias como unidades productivas: fueron obreros, cocineros, jardineros, constructores, empleados públicos, vendedores y comerciantes”.
“Es decir, una corriente migratoria siguiendo las mejores oportunidades que ofrecía Argentina. Ello sin perder su lazo familiar con padres, tíos, primos y sobrinos que quedaron en Chile. Así se comenzó un flujo regular y creciente de residentes argentinos de origen chileno que iban y venían los fines de semana entre Argentina y Chile para visitar parientes, realizar compras y hacer trámites de todo tipo”.
“Hasta antes de la pandemia se registraban ingresos de 3.500 personas diariamente, incrementándose los jueves, viernes, sábados y domingos hasta las 5.000 personas diariamente”, precisó.
Tomás Bringas, del Centro Chileno de Río Gallegos.
Para mayores datos, Bringas recordó que, según el último censo del año 2010, “se registraron 12 mil personas de origen chileno en la provincia de Santa Cruz, cifra que hoy puede estimarse entre 18 y 20 mil, con la segunda oleada migratoria ocurrida en los 70 y 80 y luego la tercera desde el año 2000”.
Pero si a ello sumamos hijos y nietos de los primeros emigrantes, se puede concluir que la colonia chilena en la provincia oscila “entre los 40 y 45 mil habitantes”. Es decir, “aproximadamente uno de cada tres residentes en la provincia de Santa Cruz tiene un familiar originario de Chile”.
Aproximadamente uno de cada tres residentes tiene un familiar originario de Chile
Hoy esta comunidad desempeña trabajos en ámbitos como el Gobierno Municipal, Provincial y en diversas profesiones, como medicina, abogacía, ingenieros, contadores, entre otros. “Es decir, la primera generación de trabajadores con poca calificación dio paso a segundas y terceras generaciones de profesionales y empleados de alta calificación”, resaltó.
Cabe señalar que el Archivo Histórico Municipal de Río Gallegos lleva adelante un trabajo de recopilación de historias y experiencias de primeros migrantes chilenos, con la idea de crear un “archivo viviente” de lo que fue el trabajo y la vida de aquellos trabajadores anónimos que aportaron sudor y esfuerzo al crecimiento de Río Gallegos, algo “muy poco reconocido al compararse con otras colonias, como fueron aquellos ingleses, galeses y europeos que llegaron a Santa Cruz como inversionistas, grandes comerciantes, estancieros, que fueron más visibles que quienes trabajaron para ellos en sus emprendimientos”, analizó.
El Consulado de Chile en Río Gallegos.
También Bringas recordó que la Universidad de la Patagonia Austral (UNPA) realiza trabajos de investigación relacionados con la migración chilena. “Se ha abordado en estudios el aporte de la arquitectura de Chiloé al diseño de barrios con personalidad y aires chilenos. Igualmente se aborda el aporte a la cultura, gastronomía y sello propio de Río Gallegos de parte de la colonia chilena”, especificó.
Entre tanto, fue en la década del 60 que se creó el Centro Chileno, como lugar “para reunión de los connacionales y difusión de su cultura, tradiciones y tradición gastronómica, para presentar esta colonia a la comunidad local”. Otro objetivo es colaborar con la ciudad, como forma de “retribuir lo recibido por la provincia de Santa Cruz”.
Finalmente, Bringas señaló importante “destacar el interés de la Gobernación de Santa Cruz y también de la Municipalidad de Río Gallegos (con la que organizará los próximos festejos por el Día de la Independencia de Chile, el próximo 18 de septiembre) por realizar un trabajo coordinado con las comunidades migrantes, en conjunto con la Pastoral Migratoria del Obispado de Santa Cruz”, concluyó.
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