El polémico adiestrador de perros Marcos Herrero fue procesado con prisión preventiva por decisión del juez Gonzalo Guiñazú, en Mendoza, acusado de plantar pruebas durante la búsqueda de Viviana Luna, una mujer que está desaparecida desde el 2016 en Potrerillos.

Ahora, está a punto de acceder a la prisión domiciliaria por disposición del magistrado, pero al ser oriundo de Río Negro, Herrero no tiene familia en Mendoza para que se haga cargo de su tutela.

Marcos Herrero fue detenido en su domicilio en Río Negro.

En ese marco, quien se hará responsable es Matías Luna, justamente uno de los hijos de Viviana. Es decir que el “peritrucho” quedará alojado en la casa de una de las presuntas víctimas de estafa en el caso que está siendo investigado por la Justicia.

El fiscal Gustavo Pirrello sostiene que Marcos Herrero estafó a la familia de Viviana Luna al cobrarles $150.000 para realizar un rastrillaje donde terminó plantando pruebas falsas, entre ellas restos óseos humanos.

“METIÓ EL PERRO”. La investigación exclusiva de La Opinión Austral, publicada el 10 de octubre del 2021.

De todos modos, antes de que el adiestrador quedé alojado en la vivienda de Luna, se deberá confirmar si en ese domicilio es viable la aplicación de una pulsera de GPS para evitar que el sospechoso se fugue. Además, Herrero todavía debe rendir una fianza personal de $150.000.

Tal como lo informó La Opinión Austral en una investigación exclusiva que develó las irregularidades de Herrero, el Laboratorio de Huellas Genéticas de Mendoza determinó que el cráneo y el maxilar hallados en Potrerillos pertenecían a un varón.

Herrero sostiene el maxilar que plantó en la casa de Balado; a la derecha el cráneo que atribuyó a Viviana Luna. Ambos huesos del mismo cadáver.

Inmediatamente, el fiscal Pirrello se comunicó con el Juzgado de Instrucción N°2 Río Gallegos que lleva adelante la causa de la también desaparecida Marcela López. En este caso, Herrero había encontrado huesos con características muy similares a los hallados en Mendoza: también estaban quemados, también eran partes de un cráneo y de un maxilar y no pertenecían a la mujer buscada. Finalmente, una pericia determinó que pertenecían al mismo cadáver.

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