Por Sara Delgado

“Ahora, usted sin nada es sólo una pobre vieja enferma y sola peleando contra el olvido y arañando desesperadamente un lugar en la historia que ojalá la juzgue como la mierda que fue”.

La frase se dijo en el año 2016 en el prime time de la televisión abierta, en un programa que entonces tenía un alto rating y surgió de la boca de una de las voces del fronting del antikirchnerismo como es Jorge Lanata.

La destinataria, claro está, no era otra que la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que acababa de dejar el Ejecutivo luego de dos mandatos.
Esos dichos forman parte de una narrativa opositora que cinco años más tarde sigue sosteniendo el tejido de odio que circula en algunos sectores.

Por eso, para pensar en lo que sucedió ayer en Río Gallegos, cuando en la plaza de la República la única escultura femenina apareció hecha pedazos, debiera verse la foto completa y no evaluar un hecho aislado.

Eran más de la cuatro de la mañana de ayer cuando Roni David Soria ingresó a la plaza de la República, donde hace dos semanas fueron emplazadas las esculturas de todos los presidentes de la democracia, y arremetió contra la imagen de Cristina, quebrándole las muñecas, golpeándola hasta partirla a la altura de los pies y arrancarla de la base.

Roni tenía 15 años cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia y apenas 19 cuando lo sucedió Cristina. No milita en ningún partido, no está afiliado a ningún espacio, ¿de dónde sacó la bronca?
Vivió en Santa Cruz hasta 2009. Para cuando cumplió 20 ya había tenido al menos cinco ingresos a comisarías de Río Gallegos por contravenciones vinculadas al consumo de alcohol. Hace tres meses volvió desde Córdoba.

No tiene medidas cautelares provinciales ni nacionales, en apariencia, todo normal.
Después de pasar las horas de rigor en la comisaría, Roni recuperó su libertad sin explicar por qué hizo lo que hizo, aunque eventualmente deberá hacerlo porque el Municipio que conduce Pablo Grasso informó que lo llevará a la Justicia para que pague los daños.

Los policías del Comando Radioeléctrico que lo detuvieron sólo reportaron que estaba de rodillas en el piso, con las manos ensangrentadas producto del esfuerzo puesto en romper a Cristina.

Nadie sabe con certeza qué operó ayer en su cabeza, pero no parece haber demasiadas explicaciones posibles, y escindir este hecho de la política sería, por lo menos, ingenuo.

La Policía hizo saber que cuando atrapó a Roni, este estaba a punto de ir contra la imagen de Néstor Kirchner, pero no es casual que el primer impulso estuviese puesto sobre ella, que incomoda porque nunca asumió un rol decorativo en la política, que construyó poder a la par de su esposo, que además es peronista y blanco de una violencia política y simbólica sin precedentes, más que lo que se vivió con Eva Duarte de Perón.

Por eso también resulta curioso cuando se habla de grieta y sólo se la atribuye a la expresidenta. Siempre estuvo y de un lado y el otro los protagonistas ocuparon las mismas naves, sólo cambiaron los nombres. El resto no pasó a la historia con esa dimensión. No despiertan el mismo amor, la misma bronca.

Hay un discurso de odio que está impregnado, una aversión que no necesita pruebas para explicarse, ni datos para contrastar, que emerge estructuralmente del antipopulismo y que en muchos sectores aparece como sentido común.

Repudios

Pasadas las siete de la mañana aparecieron las primeras imágenes de la escultura de CFK tirada en el cemento de la costanera y rápidamente desde el oficialismo repudiaron enérgicamente lo sucedido en la capital de Santa Cruz.

En la primera mañana, Silvio Escobar, director coordinador de Proyectos del Municipio, confirmó a LU12 AM680 que habían presentado una exposición en la Seccional Primera para que se investigara lo sucedido con una obra que tuvo un alto costo para al administración local.

“Si uno lo analiza en frío, esto tiene una connotación política porque fue la de Cristina la primera figura que atacaron. Pero acá no se ataca ni una figura ni una gestión, se ataca el sistema democrático”, disparó Escobar.

Avanzada la mañana, la senadora nacional por Santa Cruz, Ana María Ianni, dijo, también a LU12 AM680, que lo que pasó “da mucha bronca y tristeza” porque “evidentemente es una porción minoritaria de la sociedad que tiene odio, rencor, enojo y violencia que no se puede entender. Uno puede disentir en las ideas, pensar distinto, pero jamás avalar la violencia”, sostuvo.

Es una porción minoritaria de la sociedad que tiene odio

Además, lamentó la destrucción de esta obra que formaba parte del Paseo de los Presidentes de la Democracia. “Estamos por cumplir 40 años de vida democrática continua, con todo lo que nos ha costado lograrlo, para hoy ver cómo hay ciertos descerebrados que hacen este tipo de cosas”, expresó.

“Son acciones contra la persona más valiosa que tiene la política en la Argentina. Ante cada acto y cada decisión certera que toma, hay un grupo minúsculo que responde con esta violencia hacia su persona”, indicó, marcando finalmente que a pesar de esos ataques y agravios, “ella sigue adelante, pensado en dar pasos coherentes y firmes para sacar adelante al país. No vamos a avalar este tipo de violencia ni amedrentamiento, sino que nos va a dar más fuerza para seguir adelante. Pero tampoco los vamos a dejar pasar como si nada. Es necesario buscar justicia y que los culpables se hagan cargo y que aprendan que esta no es la manera de manifestar sus ideas”.

Tres al hilo

La lectura de la política incluyó las escenas de los últimos días, cuando el despacho de la vicepresidenta fue atacado por manifestantes que le reprochaban al Gobierno el acuerdo con el FMI. Lo que pasó profundizó la interna con el Ejecutivo, ya que la suspicacia no pudo sortearse. ¿Justo el despacho de la mujer que se opone al acuerdo?

Así amaneció la imagen de CFK. Sin manos ni pies.

A eso se suma que esta semana aparecieron algunos pocos carteles en Ciudad de Buenos Aires donde se la acusa a CFK de acuerdos espurios con Rusia. La noticia no había tomado dimensión mediática sino hasta que el propio presidente Alberto Fernández salió por Twitter a repudiar la pegatina. Otra vez la suspicacia, ya que a Fernández le habían reprochado desde La Cámpora que no condenó de inmediato el ataque el despacho de la vicepresidenta.

Ella se ha ganado legítimamente un lugar en nuestra historia

Pero el presidente de la Nación repudió lo que pasó ayer: “Hoy fue derribada y vandalizada en Río Gallegos una estatua montada en homenaje a @CFKArgentina, dos veces presidenta de la Nación y actual vicepresidenta”, dijo.

“Ella se ha ganado legítimamente un lugar en nuestra historia y en nuestro presente. Respetar las instituciones y la convivencia en la diversidad ideológica es una exigencia que nuestra democracia nos impone”, aseguró, para luego marcar que no fue la única figura, sino que “la información que llega también da cuenta que actos vandálicos padecieron allí las estatuas de Néstor Kirchner y Fernando de la Rúa. Repudio la violencia de los cultores del odio”.

Antes que eso, el ministro de Relaciones Exteriores, Santiago Cafiero, dijo por las redes que “la derecha ha actuado así históricamente en Argentina. Cuando se trata de una mujer peronista, son aún más violentos. El peronismo ya lo vivió con Evita y ahora con CFK”. “Los discursos de odio son destructivos, anulan los debates y justifican la violencia”, postuló.

Con amor

Por su parte, el ministro de Gobierno de Santa Cruz, Leandro Zuliani, rechazó lo sucedido y apuntó contra “los discursos plagados de odio” que “no hacen otra cosa que generar este tipo de actos”.

No puede no tener implicancias políticas

Dijo a LU12 AM680 que “se está lastimando la democracia, no una figura política” y que que “tendría que ser un repudio generalizado de todo el arco político, social y gremial”, porque “es un ataque a una figura que no puede no tener implicancias políticas.

Leandro Zuliani.

¿Qué representa Cristina, por qué la atacan? Es la única presidenta mujer en esa plaza”, señaló.
Frente a la demonización, Zuliani manifestó que desde el Frente de Todos “venimos a la política a trabajar con amor”, dijo que “el odio tiene como respuesta lo que pasó hoy” y que por eso “cada vez que hablamos tenemos que expresar discursos llenos de amor, cuando son con apatía, desánimo y llevan al odio, tal vez generamos en personas que arremeten de esa forma”, agregó.

Máximo repudio

La gobernadora de Santa Cruz, Alicia Kirchner, se sumó al repudio por ese ataque cuando llegaba al “Centro Cultural Néstor Kirchner”, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para participar de una reunión del “Consejo Federal de Seguridad Interior” que contó con la participación del presidente de la Nación.

Los hechos vandálicos existen siempre lamentablemente y merecen siempre, como argentinos, nuestro máximo repudio”, señaló la mandataria en declaraciones a la prensa.

Luego de eso, desde calle Alcorta emitieron un comunicado en el que se plasmó que “el sentido de la plaza de la Democracia es homenajear y reafirmar que es posible el respeto y la pluralidad de opiniones e ideologías”.

Merece siempre, como argentinos, nuestro máximo repudio

Por eso, “el Gobierno de Santa Cruz expresa su más enérgico repudio a los hechos vandálicos y delictivos ocurridos anoche sobre la estatua de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner”.

Asimismo, desde el Gabinete Provincial destacaron que “la comunidad de Río Gallegos y de la provincia en su conjunto avanza en la construcción de un país mejor cumpliendo y respetando las normas de convivencia y respeto mutuo”.

Con el transcurrir de las horas, la vandalización de la que fue objeto la imagen de Cristina sumó solidaridad de organizaciones sociales y feministas.

El bloque del Frente de Todos de la Cámara de Diputados de la provincia expresó también su rechazo a lo ocurrido, que “junto a la destrucción del despacho de la actual vicepresidenta en el Senado de la Nación y la pegatina de carteles en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires -con agravios y falsas acusaciones- demuestran el odio de un determinado sector de la sociedad”.

Imagen de Roni Soria durante su detención en la Seccional Primera.

Para el bloque y muchas de las voces que desde el oficialismo repudiaron lo que sucedió en la madrugada de este miércoles, la responsabilidad se puso en “sectores” vinculados a la oposición, agazapados en “el anonimato” y “las sombras”, una suerte de entelequia porque todo indica que Roni Soria no es eso, sino la consecuencia de un discurso de odio que va más allá de él y lo que hizo.

De hecho, en redes sociales no faltaron las burlas y los cientos de posteos que de alguna manera convalidan que la imagen de la “chorra” fuese eliminada de la vista costera. El desafío para el oficialismo es llegar a los miles de Roni que existen.

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