La actual crisis social en Argentina, explicada en parte por la herencia del macrismo y por una política económica que no pudo comenzar a resolver el ajuste de la Alianza Cambiemos como consecuencia de la pandemia, devuelve una imagen ineludible.

 

La pobreza del primer semestre del año se ubicó en el 40,9 por ciento de la población, 5,5 puntos porcentuales más que la registrada en el mismo período del año pasado. Esto indica que 11,7 millones de personas viven por debajo de la línea de pobreza, que en el país se mide según la Canasta Básica Alimentaria.

Es decir, 1,7 millón de nuevos pobres. Por otro lado, en la indigencia viven casi 3 millones de personas, una suba de 3 puntos porcentuales en la comparación interanual.

Un dato también abrumador surge de la franja etaria que va de los 0 a 14 años; allí la pobreza alcanzó al 56,3 por ciento de la población, mientras que entre los grupos de personas de 15 a 29 años se ubicó en el 49,6 por ciento, una suba de 7,1 puntos porcentuales.

El dato más alarmante dice que el 56,3% de las infancias de 0 a 14 años es pobre

Estos datos suponen pensar en el siguiente interrogante: la presencia del Estado en estos seis meses de pandemia sobre el país, con la erogación de varios puntos del PBI para sostener los ingresos familiares y puestos de trabajo, sólo logró amortiguar el incremento de la pobreza.

Desde el Gobierno Nacional estimaban que de no haberse aplicado el Ingreso Familiar de Emergencia a casi 9 millones de personas, el incremento habría sido del doble.
¿Se tendría que llevar el Ingreso Familiar de Emergencia hacia un ingreso universal?

El Presupuesto 2021 no lo contempla. Hay quienes creen que el IFE no resuelve las vulnerabilidades de fondo. Es cierto. Pero la creación de nuevos puestos de trabajo de manera exponencial y de calidad para mejorar la ecuación social no ocurrirá de un día para el otro.

Es más, en los últimos meses la tasa de actividad -es decir, las personas que forman parte de la población económicamente activa que buscan empleo- se redujo. Y muchos de los que aún conservan sus puestos de trabajo también forman parte del 40,9 por ciento de la población bajo la línea de pobreza.

“A pesar de las medidas gubernamentales tendientes a proteger el empleo, se registró un incremento en la desocupación en el marco de la pandemia. A tal punto que el valor del segundo trimestre de este año (13,1%) es el más alto de la serie desde 2004 (13,6%).

Si se proyecta esta tasa a nivel nacional, la misma representa un total de 2,3 millones de personas sin empleo y que lo buscan activamente.

Sin embargo, dado que la tasa de desempleo se mide como el porcentaje de desocupados/as sobre la población económicamente activa, este valor hubiera sido superior -en torno a los 3 millones- si no se hubiese registrado una caída en la tasa de actividad”, sostuvo un reciente informe del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA).

Las mayores incidencias de la pobreza en personas se observaron en las regiones Noreste (NEA) con 42,8 por ciento y Gran Buenos Aires (GBA), con 41,6 por ciento.
Las menores se registraron en Cuyo (39,5 por ciento) y Patagonia (37,0). Pero en el sur del sur la pobreza aumentó 8,5 puntos porcentuales en comparación con el primer semestre de 2019.

En junio del año pasado, en la Patagonia había 295.427 personas en situación de extrema vulnerabilidad, mientras que para junio de 2020 esta alcanzó a 390.017 personas. Es decir, en un año (semestre contra semestre) la región sumó 94.590 nuevos pobres.

Pero la mayor incidencia del crecimiento de la pobreza ocurrió por la pandemia: los últimos seis meses explicaron casi el 80 por ciento de la suba. Los efectos sociales del Covid-19 tardarán en mitigarse.

La ciudad de Río Gallegos es uno de los aglomerados que presentan los indicadores más bajos en términos porcentuales; sin embargo, también fue alcanzada por la crisis económica social.
La pobreza en la capital santacruceña se ubicó en el 28,7 por ciento durante el primer semestre de 2020, mientras que en el mismo período del año pasado había sido del 22,7 por ciento.

Río Gallegos figura segunda detrás de CABA, como los distritos con menos pobres

 

Es decir, un incremento de 6 puntos porcentuales, equivalente a casi 8.000 nuevos pobres en la ciudad, de los cuales el 50 por ciento se explica como consecuencia de los últimos seis meses de pandemia.

 

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