Por Jorge Cicuttin
“Queremos nuestro país de vuelta. Nos lo van a devolver, por las buenas o por las malas”.
Manifiesto de Campo más Ciudad, 2022
“El Estatuto del Peón no hará más que sembrar el germen del desorden social, al inculcar en la gente de limitada cultura aspiraciones irrealizables, y las que en muchos casos pretenden colocar al jornalero sobre el mismo patrón, en comodidades y remuneraciones”.
Comunicado de la Sociedad Rural Argentina, 1947
El llamado tractorazo del sábado juntó a grupos de productores agropecuarios, el ala más dura de la oposición porteña antiperonista y a importantes dirigentes de Juntos por el Cambio. “Queremos nuestro país de vuelta”, gritaba la consigna de este movimiento autoproclamado Campo más Ciudad, en una movilización que no contó con la aprobación –al menos formalmente- de la Mesa de Enlace, exceptuando a Luis Miguel Etchevere, ex ministro de Agricultura de Mauricio Macri y ex titular de la Sociedad Rural.
La marcha, importante claro, clamó por la eliminación de las retenciones y de los impuestos en el país, también por la “Justicia” y en favor de la Corte Suprema, además de denunciar que la producción agropecuaria está “asfixiada” por el Estado, al que quieren ver llevado a su mínima expresión y dejar la economía en manos del mercado.
“Achicar el Estado es agrandar la Nación”, decía una consigna de la última y sangrienta dictadura cívico-militar, en tiempos de otro ex hombre de la Sociedad Rural, José Alfredo Martínez de Hoz.
Etchevere aseguró que hay que volver a dar la lucha de los tiempos de la 125, durante el primer gobierno de Cristina Kirchner. Lucha violenta, con duros bloqueos de rutas y con productos alimenticios tirados en los caminos. Los tiempos son otros, pero hay un sector que no lo quiere reconocer y se aprovecha alimentando divisiones con un carácter claramente partidario.
La decisión de la Mesa de Enlace de rechazar el tractorazo supuestamente fue para evitar el riesgo de una utilización política de la protesta. Eso es lo que pasó, con la presencia de dirigentes de Juntos por el Cambio que se mostraron en Plaza de Mayo.
El sábado pedían que les devolvieran “su país”, ese del que se sienten dueños. Porque entienden que “ellos” son los que producen y trabajan, por lo que deben considerar al resto de los habitantes como vagos que se alimentan de su tarea.
De ninguna manera se puede englobar a todo el sector vinculado al campo y la exportación con la gente que fue el sábado a Plaza de Mayo. No se debe caer en el error que cometen estas personas cuando dividen el país entre “ellos” que trabajan y los otros” que se aprovechan de su esfuerzo.
“Esta es nuestra tierra. Esta es nuestra patria. Rugen los motores de la Argentina“, escribió en Twitter la ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal mientras los autoconvocados repartían 10.000 ejemplares de la Constitución Nacional.
Es “su tierra”, “su patria”, no es la de todos. Es la de los dueños de la tierra.
El Gobierno negó cualquier suba de las retenciones y aclaró que la pretendida alícuota a la renta inesperada no alcanza a los productores. Pero eso no los convenció.
Hay datos más que contundentes sobre el resurgir del sector agropecuario. Un aumento del 44 por ciento en la compra de maquinaria agrícola, incremento de más del 50 por ciento en la venta de insumos, en febrero se registró un record histórico en la liquidación de divisas reconocido por la Cámara de la Industria Aceitera y la Cámara de Exportadoras de Cereales.
“Esto no da para más”, gritaban los participantes del tractorazo, que dicen estar “ahogados” por el estatismo, socialismo, peronismo, y demás males, según su visión.
Quieren volver a “su” país anterior al peronismo. Ese que trajo el Estatuto del Peón Rural. Un estatuto que fijaba nuevas condiciones de vida y de trabajo en el campo, establecía el descanso dominical, alojamiento adecuado, asistencia médica, vacaciones anuales pagas, rescisión del contrato de trabajo e indemnización en caso de despido. Hay sectores que todavía no perdonan eso.
La Confederación de Sociedades Rurales planteó entonces que “el Estatuto del Peón elimina la jerarquía del patrón para dejar a merced de los peones o de cualquier agitador profesional conspirando contra la tranquilidad y la vida de las familias y las de los hombre honestos que trabajan en el campo”.
Ellos son la Patria, el resto no. Ellos son la República. Claro que los mismos que repartían copias de la Constitución Nacional se sacaban selfies con la “instalación” montada todo alrededor de las rejas de la Pirámide. Allí pusieron una fila de muñecos colgados con sogas, simulando ahorcamientos; con los rostros de Alberto Fernández, Cristina, el gobernador Axel Kicillof, todos votados en elecciones libres como manda la Constitución.
También estaban “colgadas” la presidenta de Abuelas, Estela de Carlotto, y la de Madres, Hebe de Bonafini, justo cuando se cumplen 45 años de la primera ronda en la Plaza de Mayo. No es casual, la Sociedad Rural aportó muchos nombres a la dictadura que nació en marzo de 1976.
La Argentina no es “su” país, es de todos. No son “la Patria”. No son los únicos que trabajan y se esfuerzan. Los que fueron a la Plaza este sábado creen que ellos son los dueños. Y como dijo su manifiesto, lo recuperarán “por las buenas o por las malas”.
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