El Ministerio de Salud de la Nación informó que durante 2023 se notificó al Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS) 118 casos confirmados de infección invasiva por la bacteria Streptococcus pyogenes en todo el país, lo que representa un incremento del 281% respecto al conteo de casos en el mismo periodo de 2019.

Qué es el streptococcus pyogenes

El streptococcus pyogenes (o del grupo A) es una bacteria que viene siendo vigilada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), debido a que su notoria expansión comenzó en Europa en 2022. Ahora la preocupación se trasladó a la Argentina.

La cantidad de casos en el país representa un aumento del 57 por ciento con respecto a la mayor notificada hasta ahora, en 2022, cuando hubo 75 casos en todo el año. Durante la pandemia, el volumen de casos graves había bajado, mientras que en 2019 llegó a sumar 55 infecciones.

El problema de esta bacteria no sucede cuando ocasiona su consecuencia más común, que es la faringitis, u otras enfermedades como la escarlatina, el impétigo o la otitis media. La gravedad mayor surge cuando se presenta como “enfermedad invasiva”. Eso ocurre cuando traspasa las defensas de su huésped y entonces puede ocasionar cuadros potencialmente mortales con un alto porcentaje de incidencia.

El ministerio, que viene realizando la vigilancia de este evento desde 2018, reportó que del total de los casos confirmados en los meses transcurridos del corriente año 16 fueron fatales. En tanto que en todo 2022 se registraron 8 muertes por infección invasiva con la bacteria.

Cómo se contagia el  streptococcus pyogenes

Es muy común que aparezca en épocas invernales, la bacteria streptococo se transmite de persona a persona y es una de las principales responsables de las infecciones de garganta en los niños, por ejemplo, de anginas y faringitis.

La transmisión ocurre por contacto cercano con una persona infectada y puede transmitirse a través de la tos, los estornudos o el contacto con una herida.

El estreptococo​ se conoce desde hace más de 200 años y, aunque no existe una vacuna para prevenir el contagio de esta bacteria, es fácilmente tratable.

La bacteria se detecta a través de un hisopado de garganta. El primer resultado demora pocos minutos, pero el cultivo puede tardar hasta 3 días. Cabe destacar que, aunque el test rápido haya dado “negativo”, hay que esperar el resultado del cultivo para descartar por completo la infección.

Sintomas y recomendaciones

Ante el incremento de casos, el Ministerio de Salud de la Nación comunicó algunas recomendaciones para que la población tenga en cuenta.

Los síntomas de la faringitis son dolor de garganta; fiebre; cefaleas; dolor abdominal; náuseas y vómitos; enrojecimiento de faringe y amígdalas; mal aliento; ganglios aumentados de tamaño en el cuello.

En cuanto a la escarlatina, los síntomas más frecuentes son garganta roja y adolorida; fiebre (38.3° o más); erupción de color rojo con textura de “papel de lija”; piel de color rojo intenso en los pliegues de axila, codo e ingle; recubrimiento blancuzco sobre la lengua o el fondo de la garganta; lengua “aframbuesada”; dolor de cabeza; náuseas o vómitos; inflamación de los ganglios; dolores en el cuerpo.

Ante la presencia de algunos de estos síntomas es importante evitar la automedicación con antibióticos y realizar una consulta médica para tener diagnóstico oportuno.

En el caso de recibir indicación médica de tratamiento antibiótico, es fundamental completar el esquema, ya que la utilización inadecuada de los antibióticos promueve la resistencia bacteriana, hecho que atenta contra su efectividad en el futuro.

Asimismo, las personas enfermas deben evitar concurrir a lugares públicos (trabajo, escuela) y restringir los contactos hogareños. Además es de importancia lavarse las manos frecuentemente; no compartir objetos de uso personal (cubiertos, vasos, toallas, entre otros) y ventilar adecuadamente y de forma regular los ambientes.

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