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La categoría 850 Regional que había nacido en las primeras carreras de larga duración del comienzo de la década con la Vuelta de Santa Cruz y lo que siguió en el mismo tenor como las 24 Horas o las 6 Horas de Santa Cruz, se nutrió con autos de hasta 850 c.c.  como los Fiat 600 y los Renault Gordini, siendo las marcas predilectas de esos años.

A partir de algunas reformas que se iban permitiendo desde la misma categoría, se fueron transformando  hasta tener una categoría artesanal que solo se parecía a esos modelos, por el uso del impulsor de los mismos pero fueron precursores de un cambio sustancial a la hora de buscar algo mas que potencia y pasar por el mundo por ese entonces desconocido de la “aerodinamia”.

Así se comenzó primero a cortar guardabarros delanteros y fabricar trompas distintas con otro perfil de flujo de aire y también comenzaron a desaparecer los laterales, creando verdaderos “engendros” mecánicos que presentaban distintos problemas y uno de ellos era que al bajar la parte frontal de las carrocerías por ejemplo en los chasis Gordini, las torretas de los amortiguadores que tenían que quedar originales, sobresalían por encima en un formato antiestético, pero eso era lo de menos.

Para los Fiat 600 uno de los principales problemas era la ventilación del motor, el que al quedar al aire libre les solucionaba en gran parte el inconveniente y se comenzaban a buscar soluciones muy “caseras” para lograr contar con una carrocería que se amoldara al chasis ” de lo que quedaba”.

Así y por varios años incluso en todo tipo de carreras como el caso de las 24 Horas con un trazado con la mitad del recorrido sobre tierra, hacía que estos autos necesitaran de mayor protección para sus conductores pero esto era “lo de menos” en materia de seguridad a pesar de que llegaban a velocidades mas que importantes, tal el caso de Marito Ojeda en la Vuelta de la provincia de los 80, metido en medio de las categorías superiores como los Fiat 128 y los Renault 12 con un Gordini totalmente “irreconocible” como tal pero con su impulsor Renault a popa.

Otros con mayor tendencia hacia un casco de fórmula pero muy artesanal, construido en algún taller con chapa moldeada a martillo, pero con una carlinga muy singular por lo que eran autos de Fórmula pero con techo y con las suspensiones (las ruedas) al aire libre como los que querían imitar, solo con unos chapones para protegerlos del barro, tendencia generalizada en muchos modelos” de entrecasa de ese tiempo.

Luego con el advenimiento del asfalto fueron derivando hasta lograr un auto de fórmula a tal punto que cuando cambiaron hasta la denominación en ese sentido, el modelo a copiar era el Tulia 24 fabricado por Crespi el que se permitía como máximo para tomar parte de cualquier evento, pero previo a esta lógica determinación, las carrocerías anteriores fueron creadas como modelos artesanales a gusto de quien los construyera, lo que nunca fue muy estético pero si funcional al momento.

Con el tiempo y la evolución provocada por el asfalto se cambiaron y reformularon estos modelos para contar con un auto de Fórmula como era lógico, pero lo que existió anteriormente como categoría 850 Regional, fue realmente un aprendizaje a pulmón, sin mucho conocimiento pero con una voluntad y un entusiasmo increíble en materia de invención, lo que sin lugar a dudas hoy es parte de la rica historia del automovilismo zonal.

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