Enzo Fernández emprendió viaje solo el 18 de agosto hacia Mendoza. Allí se encontró con Juan Alvacete (lateral izquierdo de Villa Dálmine) y partieron en auto a Campana, provincia de Buenos Aires.
Fernández llegó el 20 de agosto a Campana. Lo recibió Damián Rivas, director deportivo de Villa Dálmine, y lo llevó a su nuevo departamento, a doce cuadras del club. Tiene un dormitorio, cocina, comedor y un baño. “Es linda la cocina, pero soy malísimo. Así que arreglé con los dirigentes para que me traigan viandas”, dijo entre risas desde Campana a La Opinión Austral.
Tuvo unos días para acomodarse y ya comenzaron los testeos y controles para empezar los entrenamientos para afrontar la próxima Primera Nacional -segunda categoría del fútbol argentino-.
Los testeos se realizaron el viernes 28 de agosto. “Se hicieron en el club. Me hicieron el de sangre y el de saliva. Me subí a la bicicleta para que me controlaran el corazón y demás. Me dio todo negativo. Estaba de diez”, relató.
Pero a los cinco días hubo otro control. Le hicieron el PCR y este le dio positivo. Tenía Covid-19. Fernández nunca había tenido síntomas y el médico le dijo que se contagió en Campana.
“Me pareció muy raro porque sólo salí al supermercado. Estuve aislado durante unos días. Me aburrí mucho. Estaba solo, todo el día acostado. Mi familia estuvo muy preocupada. A mí me generó angustia y tristeza. No me lo esperaba”, explicó.
El “Chimba”, como le dicen en el ambiente, come fútbol. Duerme y piensa en fútbol. Pasó el aislamiento mirando fútbol. Dijo que es lo único que mira. “Es más, ahora estoy mirando Sportcenter de ESPN. Mi mamá y mi novia por ahí se enojan porque dicen que estoy todo el día, pero bueno”, confesó.
Jugó en Desamparados de San Juan, 25 de Mayo de La Pampa, Boxing y Sansinena.
Fernández se hizo este sábado nuevamente el test y le dio negativo. El médico le comunicó que, al parecer, falló el test. Esta mañana comenzó a entrenar, en un grupo junto a cinco jugadores. “A ponerme a punto -contó- para cuando arranque el torneo. Sólo conozco a dos compañeros. Así que mañana a empezar casi de cero”.
Asombró a los sanjuaninos en sus inicios en Desamparados. La falta de oportunidades lo derivaron hacia 25 de Mayo, en La Pampa. Lo vio Carlos Padín, entrenador santacruceño, y lo recomendó en Boxing Club. Fue la figura del plantel del albiverde que se quedó a medio paso del ascenso al Federal A. Sansinena de General Cerri, que habita el Federal A, lo contrató.
Ahora, con 23 años, tiene un nuevo desafío en la segunda categoría del fútbol argentino con Villa Dálmine. “Tengo -finalizó- mucha ilusión. Vengo de abajo. Voy a demostrar que estoy para jugar. Ojalá nos vaya bien y que peleemos por el ascenso. Tengo hambre de gloría. Quiero mandarles saludos a todos en Río Gallegos. Ojalá nos veamos pronto”.
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