Mediante conferencia de prensa, el intendente de Río Gallegos realizará el balance del Acuerdo Social Solidario que lanzó semanas atrás, bajo la premisa de cortar la cadena de contagios y con la mirada puesta en llegar mejor posicionados a las fiestas de fin de año, en función de un brote de contagios que azota a la ciudad capital desde el 14 de julio.

Pablo Grasso realizará mañana una conferencia a las 16:30 en el salón de la Dirección de Recaudaciones, ubicada en el edificio central del Palacio Comunal. El objetivo es presentar un balance de todo lo hecho en el marco del Acuerdo Social Solidario “Yo Me Comprometo” y hablar sobre la proyección para la ciudad, dada la situación actual.

 

El mes pasado, días después de haber sido dado de alta por coronavirus, el intendente anunció que sacaría el municipio “a la calle” para generar una fuerte campaña de concientización.

 

Por entonces, y todavía, fiestas clandestinas, incumplimientos a las pautas de conducta y permanente anuncio de fallecimientos eran una constante.

La primera medida que se vio fue que, al día siguiente, algunos jóvenes, de los que se desconoce si son empleados municipales, salieron a las avenidas principales con carteles, algunos llevando un conteo de muertes por Covid-19 en la terapia del Hospital Regional.

 

El anhelo de Grasso era que volviesen los municipales y hacer de la tarea de la administración local una fuerte impronta que diera movimiento a Río Gallegos.

 

Sin embargo, se cree que todavía alrededor de la mitad de los trabajadores están en sus casas, ya sea porque tienen coronavirus, porque son grupo de riesgo o simplemente porque el llamado no surtió efecto.

 

La idea de sumar voluntades contempló a la oposición, pero tampoco ahí hubo rebote.

 

Los concejales de Cambiemos aparecieron poco y nada en el marco de la pandemia, y si lo hicieron, su exposición estuvo más bien vinculada al reclamo por el ibuprofeno inhalado, tratamiento que no tiene autorización de ANMAT y cuyos efectos son todavía desconocidos.

 

Grasso alentó sin dudas ese debate. Tal vez sin saber el efecto que tendría, fue quien habilitó la discusión cuando se sentó con el presidente del Colegio Medico y anunció a través de un comunicado que haría las gestiones pertinentes ante la empresa química Luar, que lo fabrica.

A la propuesta de generar mayor “consciencia colectiva” para llegar a diciembre con una cadena de contagios dominada, Grasso recibió protestas y marchas, sobre todo cuando intentó mostrar que iría fuertemente contra aquellos que atentaban contra la salud pública incumpliendo las disposiciones que restringen la circulación, es decir, el aislamiento social, preventivo y obligatorio.

El proyecto para generar multas en las ordenanzas Nº 9.330 y 9.334, que van desde $ 10.000 a $ 200.000, fue votado por los concejales, que cuando vieron que una parte de la comunidad, sobre todo aquella afín a los movimientos anticuarentena, iba a hacer ruido, eligieron hacerse los distraídos y repudiar lo que habían votado.

“Les pedí ideas y me contestaron con una marcha”, habían sido las palabras del intendente a La Opinión Austral por aquellos días.

 

Lo cierto es que después de promediar noviembre, las noticias que llegan desde el Ministerio de Salud de Santa Cruz son alentadoras. La curva de contagios desacelera por primera vez en meses.

 

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