Durante los últimos días, en la capital santacruceña se volvieron a multiplicar las denuncias de vecinos atacados por jaurías de perros callejeros. Este es uno de los problemas recurrentes de Río Gallegos, que parece no tener una solución.

Uno de los casos más resonantes fue el de una mujer que publicó imágenes en su cuenta de Facebook donde se podían apreciar las feroces mordidas que su hijo recibió.

La vecina, detalló que el episodio ocurrió en el Pasaje Juan Mouesca, ubicado en el barrio Jorge Newbery.

Inmediatamente, recibió la réplica de múltiples vecinos que acusaron haber denunciado en reiteradas ocasiones al propietario de la casa donde se encontraban los animales.

A través de redes sociales, son cada vez más las personas que optan por escrachar los domicilios donde se encuentran los animales y responsabilizar a los presuntos dueños.

El problema de la tenencia irresponsable, arrastra otras dificultades, como por ejemplo las represalias que las víctimas toman luego de ser atacadas.

A la par que aumentan los casos de ataques caninos, crece la cantidad de mascotas envenenadas.

Esta situación causa una enorme grieta en la ciudad, por un lado, los proteccionistas de animales y por otro los vecinos hartos de la sobrepoblación de perros, que no temen usar cualquier método para evitar que los incidentes sigan ocurriendo.

 

Normativa

Desde el año 2015, rige en la capital de Santa Cruz la ordenanza 8.426 que regula la tenencia de mascotas en la ciudad.

El texto establece claramente que “los dueños son responsables de los daños o molestias que ocasionen sus mascotas en espacios públicos”.

Denunciar a los dueños del can cuando este ataca a un transeúnte, es una opción recurrente.

La normativa vigente, clasifica a los perros en tres categorías: domiciliados, semi-domiciliados y callejeros.

Aquellas personas que sean responsables de un animal, pueden inscribirse en un registro municipal destinado para este fin.

En caso que una mascota registrada sea hallada en la vía pública sin supervisión, se le aplicará a su dueño una multa equivalente a 1.500 pesos.

Por otro lado, esa ordenanza también establece un listado de razas consideradas peligrosas.

Alguna de las mascotas incluidas en este listado son: Dogo Argentino, Gran Danés, Bull Terrier, Bulldog, Pitbull, Rotweiller, San Bernardo, Ovejero Alemán, Doberman, entre otras menos frecuentes.

Para los dueños de estas mascotas, la reglamentación establece que deberán “multiplicar los recaudos para su tenencia”, considerando que estas razas pueden ocasionar graves daños en caso de atacar a las personas, especialmente a niños.

 

Política animal

Hace más de una década, el municipio ha abandonado las prácticas de eutanasia animal y ha optado exclusivamente por la castración como medida de control de la población canina.

Además, según la legislación que rige en la ciudad, las mascotas deben estar en “óptimas condiciones higiénico-sanitarias”, es decir, desparasitadas y vacunadas, con el objetivo de prevenir enfermedades que podrían perjudicar a los seres humanos.

Por otro lado, para aquellas personas que optan por tomar represalias contra los animales, maltratando o infringiendo crueldad hacia el can, la Ley Nacional N° 14.346, establece penas de quince días a un año de prisión.

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