Desde hace algunos años, son muchos los emprendedores que utilizan términos de productos cárnicos a la hora de vender alimentos vegetarianos. Por decisión de la Justicia española, una empresa de Palma de Mallorca deberá eliminar la palabra “salame” de su línea vegetariana.

Al pan, pan y al salame… picado grueso

“No nos afanen lo nuestro, que con tanto orgullo defendemos. Sean creativos. Hagan funcionar la imaginación. ¡Demuestren que son superiores por no comer carne, carajo!”, expresaron en el portal Pausa y siguieron: “¿Esto lo hacen por una cuestión ecológica? Digo, porque si creen que la milanesa de soja de Grobocopatel es ecológica se están suicidando inconcientemente. Gli-fo-sa-to con saborizante y pan rallado están comiendo, ameo”.

¿De papa o de carne? “¿En qué quedamos?”

“Existe una contradicción que supone definir como ‘salame’ a un producto que es vegetariano y que carece de carne. Emplear un término de uso social admitido como es el de ‘embutido’ o el de ‘salami’ para describir aquello que no lo es”, concluyó un magistrado en una sentencia que generó enorme polémica.

Milanesa de berenjena “¿Es milanesa?”

 

Los jueces que fallaron en contra de los empresarios vegetarianos entendieron que resulta engañoso ofrecer un producto con un nombre que no define sus características reales. “Emplear tales términos cuando el contenido carece de los elementos esenciales que lo integran, conforme la regulación, está incluido en el tipo sancionador aplicado, sin que se haga necesario, ni sea conforme a derecho, el utilizar terminología propia del uso social y referida a la carne para identificar productos que, por definición, carecen de la misma, infringiendo las condiciones establecidas para tales productos”.

 

 

“Llamen a las cosas por sus nombres, y no nos veganicen los nuestros. Al pan pan, y al salame… picado grueso”, concluyeron los defensores de la carne que celebraron el fallo judicial.

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