Dora Barrancos es doctora en Historia, científica y una de las voces más lucidas del feminismo argentino.  En diálogo con La Opinión Austral, habló de la pelea por el aborto legal, la violencia machista, las mujeres en la ciencia y técnica, y lo que ella llama “el figurín masculino”.

* Por Sara Delgado

Dora Barrancos se ha dedicado a estudiar el feminismo en muchas de sus formas, los conflictos y las revoluciones ?públicas y privadas- llevadas a cabo por las mujeres, los movimientos sociales de principios de siglo, los movimientos socialistas y anarquistas y el rol de la educación en la historia argentina, entre otros temas.

“Este es un debate ardiente, fundamental, postergado mucho tiempo”, con esa frase irrumpió Dora Barrancos en la exposición que hizo para el Senado que más tarde le daría la espalda a un proyecto por el que peleó incluso antes de su investigación sobre el feminismo en nuestro país. Sus palabras son encendidas, las pronuncia con énfasis, las revisa antes de sacárselas de la boca.

Dora atiende el teléfono desde Ushuaia, mientras se baja de un taxi dos horas después de que el presidente Mauricio Macri ensayara un discurso feminista amigable en la apertura de sesiones. Dora no lo escuchó, “me privé” dice con sorna la investigadora, socióloga e historiadora feminista.

Dora, que se dedicó a estudiar al feminismo argentino, sostiene que el movimiento de mujeres goza de una “masividad inédita”, pero también que hay una redefinición de las subjetividades, pero en escala demográfica nunca vista. Lo que hoy más nos conmueve es la masividad y una suerte de interpretación feminista que se hace de manera espontánea, con poco apego teorético, que es lo de menos”.

El #NiUnaMenos que articuló el colectivo de comunicadoras de todo el país en 2015, fue disruptivo, pero también consecuencia “de la larga lucha de las feministas” que logró “la articulación extraordinaria del año pasado para conseguir la media sanción a la ley del aborto, y además, otra cuestión que no se tiene en cuenta, y que son los cambios culturales profundos en las generaciones más jóvenes, que pueden vivir con mayor autonomía, mayor autodefinición, inclusive las experiencias en la sexualidad”, cuenta.

De todas las leyes que se sancionaron en la última década para conquistar derechos, hay una que particularmente cree Dora que aportó sustancialmente al movimiento de mujeres: la ley de Identidad de Género, aun así, “acá lo que conmueve la desestructuración normativa de la heterosexualidad” asegura, porque “hoy, lo que las más jóvenes en todo caso hacen, es tener un comportamiento mucho más autónomo y mucho más desapegado de la regla de la heterosexualidad normativa, y esa es una experiencia extraordinaria que se ve en las jóvenes de sub 20”.

Aun así, semanas atrás, ciertos sectores del feminismo radical intentaron establecer un debate que niega que la heteronorma pueda resignificarse y rechazaron la convocatoria a las movilizaciones de hoy junto con las disidencias.

“Esa discusión es perniciosa, evidentemente que respetamos todas las opiniones, pero lo que no me parece es que debamos someternos a una solicitud regresiva en materia de derechos que hemos adquirido para identificaciones plurales. No se puede admitir esa regresión, hay un punto de vista conservador, biologista, etcétera, que desde el punto de vista teorético y político, es inadmisible”, cuestionó.

De la intolerancia a la agresión

Una de las formas en las que se comunican las violencias hacia lo femenino asegura que existe un recrudecimiento de la violencia machista, como respuesta al movimiento de mujeres.

Para Dora esto no es así, sino que los casos están ahora visibilizados, porque salieron de la esfera privada cuando lo personal se hizo político.

“Se observan más, se miden más. Lo que hay hoy es mayor intolerancia a la agresión machista”, confirma.

No habrá aborto con Macri

Después de que el Senado le diera la espalda al proyecto para que las mujeres puedan decidir sobre el propio cuerpo y votó a favor de la clandestinidad del aborto, hay quienes creen que la IVE (interrupción voluntaria del embarazo) podría volver a debatirse este año. Sin embargo, podría existir ahí una falla de la lectura política, porque si bien fue el gobierno de Mauricio Macri el que incluso en la apertura de sesiones de este año se floreó de haber habilitado la discusión, la mayoría de los votos negativos provinieron de la alianza Cambiemos.

Dora Barrancos se reconoce como una “optimista a troche y moche”, pero sabe que algunas cosas son insensatas pensarlas. “Una es optimista porque depende mucho de la acción humana colectica, y en esta particular gestión, me parece que dado el craquele que significa el año electoral y el hecho de que casi no va a haber sesiones, entonces no me parece que estemos ante una expectativa fuerte de tratamiento de la ley. Lo que vamos a hacer es que la Campaña va a volver a presentar el proyecto, pero de antemano sabemos que el año es complejo, así que yo diría que mi opinión es, ni siquiera de reserva: no creo que haya posibilidades objetivas de tratamiento de la ley, pero hay que presentar el proyecto”.

-¿Se puede ser feminista y estar en contra del aborto legal?, y Dora se ríe. 

“Eso es una paradoja, ser feminista y estar en contra del aborto es casi un oxímoron. Si se es feminista, se es para reivindicar toda y cualquier autonomía de nuestros cuerpos.  Entonces, es completamente un oxímoron que alguien que está a favor de la autonomía de nuestros cuerpos se apegue al dictatum de impedir el aborto. Creo que es una contradicción insalvable”, responde.

El figurín masculino

El cambio cultural que promueve, pese a toda resistencia, que se avance hacia la equidad de géneros, desató el desarrollo y vigencia de decenas de teorías respecto de cómo promover el feminismo, y Dora es una de las que alienta incluso aquellas campañas donde el varón está en la centralidad del mensaje.

“Yo aliento mucho a que haya información de mucha convicción para desanimar completamente a los varones a seguir en estas retículas patriarcales. Hay que convencer a las mujeres que afectivamente se saquen cualquier resabio patriarcal, eso es lo primero. Pero yo estoy muy a favor de todo y cualquier empeño, político y pedagógico, en torno de hacer una reconstrucción completa del figurín masculino, que será diverso, el figurín masculino no es uno, habrá mucha diversidad masculina”, finalizó.

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