El 16 de abril de 2023, el yacimiento Cap Oeste de Patagonia Gold, ubicado cerca de Gobernador Gregores, Santa Cruz, fue escenario de uno de los robos más impactantes en la historia minera de la región. Una banda organizada ejecutó un golpe millonario, llevándose 14 barras de oro y plata, valuados en más de un millón de dólares.
A más de un año del hecho, el caso sigue sin resolverse y los delincuentes permanecen prófugos. Este episodio, como el asalto a la mina Don Nicolás de este sábado 28 de diciembre, plantea serios interrogantes sobre la seguridad en la industria minera y los riesgos de filtración de información interna.
Cómo actuaron los delincuentes en Patagonia Gold
El robo se llevó a cabo en el goldroom del yacimiento Cap Oeste, una instalación utilizada para procesar y refinar el oro extraído de la mina. Los delincuentes ingresaron al predio a pie, utilizando un camino alternativo para evitar los controles principales. Cubrieron sus rostros con medias y usaron guantes de látex para no dejar huellas.
El modus operandi fue meticuloso y planificado. Primero redujeron al primer vigilador y lo maniataron. Luego, se dirigieron al sector de producción, donde repitieron la maniobra con el segundo guardia y los empleados presentes.
Utilizaron una amoladora para abrir la bóveda donde se almacenaban los lingotes, listos para ser despachados al día siguiente. Además se encargaron de intentar destruir evidencia: inutilizaron las cámaras de seguridad, aunque quedaron respaldos en los sistemas de almacenamiento, que muestran a dos de los asaltantes en acción.
Huida organizada
Luego cargaron el botín en una camioneta Hilux perteneciente a la empresa, que fue abandonada más tarde en una cantera a kilómetros del lugar, rumbo a la Ruta 40.
El hecho dejó al descubierto no solo la vulnerabilidad en la seguridad del yacimiento, sino también un posible acceso a información interna. Los ladrones conocían la ubicación de los lingotes, el protocolo de los guardias y las rutas más discretas para entrar y salir del lugar.
“Esto no fue improvisado. Alguien con conocimiento interno debió facilitarles los detalles”, reconoció una fuente cercana a la investigación.
Impacto y recompensa
Tras el robo, Patagonia Gold suspendió temporalmente las operaciones en todas sus áreas para garantizar la seguridad del personal y colaborar con las autoridades. Además, la empresa ofreció una recompensa de 150 mil dólares por información que permita recuperar el botín o identificar a los responsables.
A pesar de los esfuerzos, el paradero de los lingotes y de los delincuentes sigue siendo un misterio.
El Caso de Minera Don Nicolás
Casi dos años después, la provincia volvió a ser escenario de otro asalto, esta vez en Minera Don Nicolás, en la zona de la estancia El Cóndor, entre Puerto San Julián y Caleta Olivia.
Estos episodios generan preocupación en el sector minero, que deben enfrentar la creciente sofisticación de las bandas criminales y reforzar las medidas de seguridad en yacimientos clave para la economía regional.
Un desafío para la seguridad minera
El robo a Patagonia Gold y otros recientes en Santa Cruz reflejan un patrón alarmante que combina conocimiento interno, fallas en la seguridad física y tecnológica, y planificación delictiva. Este contexto plantea la necesidad urgente de implementar nuevas estrategias para proteger tanto a los trabajadores como a los recursos de alto valor que generan estas minas.
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