La zona norte de la provincia de Santa Cruz tuvo su primer homicidio en lo que va de este 2023. La comunidad no sale de su asombro por el caso del peón rural que trabajaba en la estancia “Magallanes”, ubicada en Las Heras, y vivía en la localidad de Caleta Olivia. Mientras pasan las horas, salen a la luz más detalles del crimen.
Se trata del cruel asesinato del peón rural Nicolás Antonio “Toño“ Tula (36), quien desapareció el pasado viernes 5 de mayo. La denuncia por su ausencia se realizó al día siguiente en una comisaría lasherense y, tres días después, encontraron el cuerpo sin vida dentro de un zanjón, escondido debajo de varias ramas y una chapa.
Asimismo, en el lugar había huellas de arrastre, lo que indicaría que el hombre fue asesinado en un lugar y luego fue llevado hasta el zanjón, donde intentaron esconderlo. Sin embargo, personal de la División de Operaciones Rurales de Perito Moreno, en conjunto con un colaborador, siguieron un rastro y dieron con el cadáver.

El lugar en el que hallaron los restos está situado a ocho kilómetros de la estancia “Los Álamos” un lugar que, horas antes del hallazgo del cuerpo, ya había sido registrado por personal de la Policía de Santa Cruz. La chacra fue allanada por segunda vez y se incautaron prendas de ropa con manchas de sangre, armas de fuego y cuchillos.
De ese modo, otro peón rural de 50 años de edad -que trabajaba en la mencionada estancia- fue detenido por ser sospechoso del homicidio. También aprehendieron a un hijo del hombre, un adolescente de 16 años. Al menor en cuestión lo detuvieron en una vivienda ubicada en el barrio Juan Domingo Perón de la ciudad del petróleo.
Aunque ambos fueron liberados por falta de pruebas, después de la autopsia la Justicia solicitó que sean recapturados y, hasta el momento, solo el mayor de los Hernández continúa tras las rejas. El más joven de ellos fue liberado en orden a la inimputabilidad, pero quedó ligado a la causa que es investigada por el Juzgado de Instrucción Penal N° 1 de Las Heras.
Violento crimen
Tras la autopsia que se realizó en la morgue judicial de la ciudad de Puerto Deseado se determinó que “Toño” Tula había muerto debido a heridas punzo cortantes que le causaron un shock hipovolémico, es decir, que su corazón fue incapaz de bombear suficiente sangre al cuerpo.
Tras consultas a voceros de la Justicia santacruceña, el diario La Opinión Zona Norte tuvo acceso exclusivo a otros datos de la causa que resultan ser escalofriantes. “Toño” Tula fue víctima de una larga sesión de tortura antes de perder la vida. Su cuerpo presentó más de 30 heridas punzo cortantes.
Y esto se debe a que algunos de los cortes que tenían los restos eran superficiales, no todas las heridas eran puñaladas penetrantes y profundas. “Eso nos indica que lo querían hacer sufrir antes de arrebatarle la vida“, indicaron a este medio, fuentes de la Justicia. Además algunas de esas heridas habían sido provocadas en sus partes íntimas.
Además el examen post mortem reveló que el hecho se había registrado hace una semana, antes del hallazgo de los restos, que se realizó el pasado martes 9 de mayo. Una de las hipótesis del crimen es que “Toño” Tula se había acercado a una integrante de la familia Hernández.
El próximo 23 de mayo, el juez Eduardo Quelín, deberá procesar al hombre de 50 años como autor del homicidio, dicta una falta de mérito o lo sobresee porque considera que no pudo probar su responsabilidad en el hecho. En tanto, La Opinión Zona Norte conoció que el menor podría ser imputable y le están realizando pericias psicológicas.
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