Un conocido dealer de Río Gallegos fue finalmente condenado por la Justicia Federal, que lo encontró culpable por la causa de “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”.
Se trata de H. C., un hombre de 30 años que vivía en una morada del complejo de edificios 70 Viviendas, dentro del barrio APAP y que, durante el 2017 y 2018, se vio involucrado en diferentes causas que derivaron en allanamientos.
Además de las causas por presunto narcomenudeo, sobre H. C. pesaban expedientes como por ejemplo una que se registró en mayo del 2018, cuando la Policía hizo un allanamiento en el mismo apartamento por amenazas calificadas a una pareja. En esa oportunidad, la División Canes de la Policía encontró una pequeña cantidad de marihuana, no así el arma.
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H. C. fue un dolor de cabeza, tanto para la Policía, como para los vecinos de la zona. Éstos últimos fueron quienes terminaron denunciándolo en la Comisaría Tercera pidiendo que articulen lo necesario para que deje de vender droga en el barrio.
En lo previo a eso, sobre H. C. pesaba otra causa: una que se registró en pleno centro de Río Gallegos, el 5 de marzo del 2017 en la calle Chacabuco. En esa oportunidad, H. C. se dio a la fuga dejando caer su campera. En el interior de la misma encontraron varias dosis de LSD (acido lisérgico) casi dos gramos de marihuana y una balanza de precisión. Ésto último daría cuenta que se dedicaba al narcomenudeo.
La causa “fuerte” por la que finalmente fue condenado “Culo”, como lo apodan, como era conocido en el barrio y por las autoridades que lo investigaron, se dio tras el allanamiento que tuvo lugar en su departamento el 21 de julio del 2018.
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En esa oportunidad, encontraron dentro de su domicilio 31 envoltorios de cocaína que dieron un pesaje total de casi 25 gramos y tres bolsitas de marihuana de un gramo cada una. El hecho que estuvieran fraccionadas daba cuenta que se dedicaba a la comercialización de droga.
Durante el juicio que se realizó esta semana surgieron detalles como que la droga estaba en la zona de la cocina y que un cargador de una pistola estaba escondida en una escalera en el ingreso al departamento. En el debate, H. C. usó su derecho a mantener silencio de las cuestiones que le acusaban.
Asimismo, su defensa -a cargo de Ana Pompo– indicó que se vulneraron los derechos y garantías de su cliente presentando nulidades. En primer término aseguró que H. C. no pudo ser identificado en el procedimiento del 2017 pese a que encontraron su billetera y luego que los policías que entraron en el departamento en 2018, lo obligaron a decir donde estaba la droga.
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De igual manera, el tribunal conformado por Jorge Chávez, Mario Gabriel Reynaldi y Alejandro Ruggero los tuvieron en cuenta pero finalmente, decidieron condenar a H. C.
El hombre fue detenido de inmediato tras conocerse la pena.
Seis años y medio de prisión efectiva además del pago de las multas del proceso que pesaba sobre él.
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