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Bajo la coordinación del Departamento de Investigación del Delito Organizado Zona Centro, las fuerzas policiales desplegaron un operativo doble en la localidad costera, marcando un precedente en la prevención de delitos que, en los últimos años, han ganado terreno en Argentina.

Por un lado, entre las 18:00 y las 20:00 horas, agentes de la División de Investigaciones (DDI) Puerto San Julián recorrieron kioscos, minimercados y multirrubros, llevando bajo el brazo no solo la autoridad de su uniforme, sino también información vital. El objetivo: blindar a los comerciantes contra las estafas virtuales, un flagelo que, según datos de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico, dejó pérdidas por más de $12.000 millones en 2023.

De acuerdo a la información a la que tuvo acceso La Opinión Austral, a través de fuentes consultadas, los consejos fueron concretos: desconfiar de aplicaciones de pago no oficiales, verificar transferencias (evitando el “te lo mando por CBU, dame tu alias”), y exigir DNI en compras con tarjeta. También se destacó el uso del código QR, método seguro pero aún subutilizado en el interior.

Pero el operativo no se quedó en lo digital. En paralelo, se avanzó en la prevención de la trata de personas, un delito que, aunque asociado a grandes centros urbanos, encuentra en localidades como Puerto San Julián puntos vulnerables, sobre todo en temporadas de alta demanda laboral. Las fuerzas trabajaron en coordinación con el Programa Nacional de Rescate, revisando alojamientos y transportes, y difundiendo líneas de denuncia anónima.

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