Pidieron prisión perpetua para Susana Reina, sus hijos y el presunto sicario por el crimen de Vicente Maillo

El juicio por el crimen del comerciante de Río Gallegos, Vicente Maillo, se aproxima a su fin. Tanto la querella como la defensa ya había disparado sus últimos cartuchos el día previo a la lectura de alegatos. En el banquillo, Susana Reina, sus hijos Luis y José Maximiliano, y el presunto sicario Christian Etchabarne.

Si ya no resultaba determinante, una conversación entre la viuda de Maillo y uno de sus hijos dejó a las claras la estrategia del denominado “clan”.

A continuación la transcripción:

-Susana Reina: No te puedo creer que el llavero de la alarma no está.

-José Maximiliano: Después fijate si se las llevó, no creo que sea tan desconfiado.

-SR: Estando José, este p… vigilante, va a ser muy difícil. No vamos a poder hacer nada.

-JM: La que queda es que lo haga Luisito. Al mediodía no ponía la alarma este chilote, vigilante de m…

-SR: Mañana voy a ver, tipo 12, Machi. Le voy a decir que no ponga la alarma que tengo que ir a comprar algo no sé, ahí vemos.

-JM: Yo lo del momento no lo discuto, eh. Yo no lo discutí, queda en vos, negra.

-SR: Obvio hijo hay que ver, venite que tenemos que arreglar eso.

-JM: Yo estoy ocupado, si es para hablar b…, no. Si es para eso, si.

-JM: Mami, ahí voy, llevó los diez pesos y te saco el disk.

Foto: Mirta Velázquez/La Opinión Austral

Otra vez reunidos en el Salón de Usos Múltiples de la Escuela de Formación Policial, las partes intervinientes ahora expusieron sus alegatos.

Allí, el fiscal de Cámara, Ivan Saldivia, leyó los pedidos de pena para lo que denominó “el clan Maillo”: Prisión perpetua para la viuda Susana Reina, sus hijos Luis y José Maximiliano, y el presunto sicario Christian Etchabarne.

La Fiscalía consideró que el clan ideó el plan par asesinar a Vicente y lo levó a cabo con la contratación -a través de una compensación económica- del presunto sicario. Sostuvo quer lo hicieron con “premeditación y alevosía”.

Por su parte, la defensa volvió a instalar como móvil la hipótesis de la violencia de género que supuestamente ejercía el comerciante sobre Reina.