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La tardía reactivación de la zafra del langostino en aguas nacionales trajo un gran alivio a este sector productivo, luego del histórico conflicto entre el SOMU y el empresariado que mantuvo paralizado el trabajo desde marzo pasado hasta principios de agosto, generando un duro impacto en todas las comunidades pesqueras de Argentina. La disputa fue por la pérdida de competitividad del sector ante los altos costos para operar.
Gobierno, empresarios y trabajadores consultados por Santa Cruz Produce celebran el nivel de actividad en el octavo mes del año. Un total de 108 embarcaciones se encuentra pescando en el mar Argentino. Alrededor de 5 mil marineros están a bordo y otros 500 esperan por sus relevos. La reactivación es positiva.
Idéntica realidad muestran las comunidades pesqueras. En Puerto Deseado hay un fuerte movimiento, se desembarcaron más de 1.500 toneladas en este mes con el eje puesto en las plantas de procesamiento del recurso. Sólo las de agosto implican el 50% de las descargas de langostino en lo que va de 2025, totalizando 3.552 toneladas.
Sin embargo, el conflicto dejó duras lecciones. Las pérdidas en exportaciones rondan los USD 400 millones, trabajadores que durante meses no percibieron sus haberes y comunidades sin desarrollo. Hacia adelante, los protagonistas advierten la necesidad de conformar una mesa de diálogo permanente para trabajar en los temas de agenda, como la quita de los derechos a las exportaciones, convenio colectivo de trabajo, paz social, entre otros.
Puertos de Santa Cruz
Fernando Marcos, subsecretario de Pesca de Santa Cruz, ratificó a Santa Cruz Produce que desde el primero de enero hasta el 19 de agosto las descargas totales de esta pesquería ascendieron a alrededor de 1.800 toneladas en Puerto Deseado y 1.674 en Caleta Paula, totalizando 3.552 toneladas en lo que va del año.
En las últimas semanas se descargaron en Puerto Deseado alrededor de 200 toneladas provenientes de buques tangoneros. El movimiento se completa con los fresqueros (buques de altura) que abastecen las plantas pesqueras para generar más fuentes laborales, además de la ampliación de la cuota social del recurso autorizada por el Consejo Federal Pesquero en respuesta a las gestiones del gobernador Claudio Vidal. Pasó de 3.800 a 4.500 toneladas, pero ante la demora de la zafra la ampliación en este año el cupo será de 9.000 toneladas.
La descargas constituyen un gran desafío, la pesca se sitúa al norte del golfo San Jorge en aguas nacionales. Es un voto de confianza a Puerto Deseado ante la lejanía del recurso. “Lo celebramos porque se reactiva toda la cadena productiva que arranca desde la marinería, suma a los estibadores, güincheros y genera mano de obra dentro de las plantas”.
Mientras la zafra estaba paralizada, la Subsecretaría de Pesca ganó tiempo y subsanó inconvenientes. “Fue un diálogo amigable con buena voluntad de los trabajadores y se establecieron pautas. La gente debe tener trabajo digno”, dijo Fernando Marcos y puso el acento en que esas acciones “permitirán sostener el movimiento”.
Sobre la expectativa del SOMU de extender la zafra hasta diciembre próximo, aclaró que dependerá de las características biológicas del recurso. Se trata de una definición del INIDEP, órgano científico. “El langostino se pesca en la zona de veda de juveniles de Merluza. Si en cada captura hay un porcentaje elevado de merluza, el área se cierra, dependerá de estas condiciones. Hacia octubre la zona está muy cargada de esos juveniles”, remarcó. Es posible que en los próximos 35 días haya definiciones.
El objetivo de Santa Cruz es “generar trabajo y riqueza para nuestros pobladores, estamos enfocados fuertemente en Caleta Olivia y Puerto Deseado“, explicó.
“Caleta Olivia trabaja normalmente con la merluza, el año pasado se descargaron aproximadamente 33 mil toneladas, una cifra récord de descarga y captura. Esto permitió incrementar un 20% el personal en las plantas”.
Ratificó que a pesar que Puerto Deseado es langostinero, se tomó la decisión de descargar merluza de los fresqueros para equilibrar la actividad en esa terminal marítima. De esta manera, se revierte la baja actividad que dejó el calamar en aquella segunda comunidad. En una labor conjunta con UNEPOSC, se estableció una zona secundaria para desembarcar los barcos fresqueros y se están realizando trabajos para que además de los fresqueros los barcos congeladores puedan operar, diversificando así los labores portuarios.
Respecto a la relación con el empresariado y los trabajadores -en la actividad coexisten siete convenios colectivos de trabajo-, señaló que se construye con “el respeto y la comprensión. Todos los que estamos interesados en el desarrollo de la pesca debemos sentarnos en una mesa y discutir en buenos términos”; “mediamos en diferentes discusiones junto al Ministerio de Trabajo. Esto permite destrabar los conflictos que quedaban y que todos cumplan con lo comprometido”.
Chubut
Raúl “Tato“ Cereseto, directivo de la Cámara de la Flota Amarilla de Chubut (CAFACH), fue otro de los actores que dialogó con Santa Cruz Produce. Marcó que la temporada se inició los primeros días de agosto y la apuesta es que se active la totalidad, especialmente la fresquera.
“Está abierta la subárea 4 y arrojó muy buenos rendimientos. Es poca pesca incidental, buen tamaño comercial y positiva biomasa“, dijo. El dato positivo es que de la flota tangonera congeladora -la que paralizó la actividad- está prácticamente el 100% de los buques pescando.
Los desembarcos tiene destino los puertos de Chubut, Santa Cruz y Mar del Plata.
Sostuvo que “siempre que se trabaje, hay alivio y esperanza”, para remarcar que fue “difícil alcanzar un acuerdo con la flota paralizada y el duro impacto en el encadenamiento productivo directo e indirecto”.
“Es una maratón en la que estamos en el punto de partida y seguimos en un escenario adverso“, dijo sobre los desafío del sector para por la próxima temporada. “Hay que dar discusiones profundas. La macroeconomía sigue compleja a pesar que el dólar se ordenó para los exportadores y subió su precio, nos favorece. Pero hay que discutir la eliminación de los derechos a la exportación pesquera. Hay que continuar trabajando con los gremios y revalorizar comercialmente nuestros productos que están en caída. Pero todo debe ser con la actividad produciendo y no paralizada”, analizó.
Al igual que el funcionario santacruceño, postuló que será positivo conformar una mesa de trabajo permanente que esté integrada por todos los actores. “El conflicto nos dejó un gran aprendizaje y debemos diseñar un cronograma con los temas de agenda, que sean una constante y no esperar hasta la previa al lanzamiento de la próxima temporada. Hay que trabajar en unidad”.
Dejando atrás las críticas, destacó el rol que cumplió el Gobierno nacional para solucionar el histórico conflicto. “Se trabajó muy bien con las cargas sociales y una gran parte de la remuneración del trabajador, transitoriamente el 70% del salario se va a liquidar como no remunerativo para aminorar la carga tributaria. Es un parche en el que hay que seguir debatiendo”.
El conflicto también dejó otro amargo aprendizaje: “Lo que no pescamos no se recupera. Ahora se deben generar las condiciones para que esto no vuelva a suceder”.
La caída en las exportaciones deja un duro impacto, dijo el empresario chubutense. “Desde marzo al 31 de julio faltan aproximadamente 80 mil toneladas de langostino en la flota congeladora. En el 2024 el total capturado del recurso fue de 220 toneladas, por lo que 1/3 de la producción anual se perdió. Implica alrededor de USD 400 millones que no ingresan al Estado. El langostino representa aproximadamente el 60% de las ventas argentinas pesqueras y el historial marca que factura en el orden de los $ 1.200 millones en condiciones normales.
La paralización de la zafra quedó atrás y por estas semanas las comunidades pesqueras argentinas respiran con alivio, el desafío es no repetir los errores del pasado y generar las condiciones óptimas para la próxima temporada.
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