Aunque la bolsa recuperó todo lo perdido el día anterior, la divisa norteamericana se apreció un 0,8% en el día de ayer, en otra jornada en la que la tensión no cedió. De igual forma, la suba fue similar a la producida en los países de la región. Advierten que la negociación con el FMI será modalidad “stand by”, por lo que habrá condicionalidad para su obtención.

Ayer la plaza cambiaria estuvo lejos de calmarse. Si bien hubo nuevas intervenciones del Banco Central en los mercados de futuro, el dólar volvió a perforar los $ 23 y alcanzó un nuevo récord.
Por la demanda minorista y compras por cobertura de grandes tenedores, el billete aumentó 19 centavos, a $ 23,13, su nuevo máximo al cierre, mientras que la cotización mayorista avanzó 32 centavos, ubicándose en $ 22,70.
Cierto es, también, que la suba de la moneda estadounidense fue alentada por el contexto internacional, que mantiene los signos de incertidumbre e inestabilidad sobre los tipos de cambio regionales y se movió al son de los países vecinos: Este jueves, por ejemplo, el real brasileño se depreció un 0,8% a 3,60 por dólar, el peso chileno subió un 0,9%, ubicándose en los $ 632,99 y el uruguayo fue el que más se depreció: un 2,5%, quedando en $ 30,81.
Por segundo día, el Banco Central no estuvo ausente de la jornada cambiaria, en particular de los mercados de futuro, acción que mantuvo acotada la evolución de los precios durante gran parte de la jornada.
“Los operadores ven que en las pantallas del ROFEX, donde desde el martes participa el BCRA vendiendo por ahora para cubrir a los compradores de fin de mes especialmente, se activó el volumen negociado un 10% más”, comentó Fernando Izzo de ABC Mercado de Cambios. El volumen operado en el segmento de contado subió casi 12% a $ 790,5 millones y en futuros del MAE se hicieron US$ 228,4 millones.
“Sin que se haya despejado el panorama doméstico, se esperan varias jornadas de inestabilidad y fuertes fluctuaciones en un proceso que mantiene un imprevisible horizonte que depende además de una compleja situación internacional que todavía está irresuelta”, alertó Quintana.

“Stand by” de “alto acceso”
Cuando todo el arco económico apostaba a que Argentina iría a buscar un préstamo flexible, a última hora de ayer el Ministerio de Hacienda confirmó que lo que se negociará será un préstamo bajo la modalidad “stand by” de “alto acceso”.
Eso implicará que el FMI tendrá la facultad de determinar una serie de condicionamientos y auditará de manera permanente el cumplimiento de las metas que se fijen entre el organismo y el Gobierno Nacional. Esa negociación llevará, al menos, unas seis semanas, se informó.
Ayer el ministro Nicolás Dujovne hizo la solicitud formal ante el organismo y hoy se reunirá con David Malpass, subsecretario de Asuntos Internacionales del Departamento del Tesoro norteamericano; por la tarde lo hará también con la directora gerente del FMI, Christine Lagarde.
Si bien no se reveló el monto del auxilio financiero que otorgará el FMI, se cree que este rondará los 30.000 millones de dólares, que podría ser utilizado por Argentina en caso de necesitar fondos extraordinarios.
Ayer, tanto el presidente Macri, desde Mendoza, como en conferencia de prensa el jefe de Gabinete, Marcos Peña, salieron a ratificar el rumbo del plan económico y a asegurar que confían plenamente en el camino adoptado, tratando, además, de quitarle dramatismo al hecho de haber vuelto al FMI. “No significa que se repita la historia”, afirmó el funcionario nacional.
La misión del Ministerio de Hacienda negocia cerrar un acuerdo para suscribir alguno de los programas que le permita acceder a fondos que Argentina podría requerir en caso de urgencia y para afrontar futuros temblores cambiarios.

“No estamos ante un 2001”

La volatilidad de las últimas semanas encendió las alarmas en el mercado local respecto al futuro de la economía. La devaluación del peso, la voracidad por los dólares, la suba del riesgo país y el desplome de la Bolsa despertaron fantasmas del pasado que Argentina creía haber sepultado.
En ese contexto, el jefe de Gabinete fue el encargado del gobierno para salir a llevar tranquilidad y descartó de plano una crisis económica como la de 2001. Ante la consulta de ámbito.com durante la conferencia de prensa brindada este miércoles en Casa Rosada, el propio Marcos Peña consideró que “no hay razones para esos miedos que han ido circulando”, al tiempo que afirmó que la volatilidad de las últimas semanas en el mercado “no es una situación asemejable a otras crisis”.
Respecto a la suba del dólar registrada en las últimas semanas, el ministro coordinador de Gabinete comentó que “hay que acostumbrarnos a un tipo de cambio flotante para tener una herramienta para evitar las grandes crisis del pasado”.

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