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“Venimos caminando con la obra hace ocho años y solo paramos 10 días. Todo el mes de enero, estuvimos acompañando la vida de muchas personas que atraviesan situaciones de consumo problemático, situación de calle y otras problemáticas”, manifestó el coordinador de la obra del Hogar de Cristo en Río Gallegos, Héctor Silva en radio LU12 AM680.
“Ya estamos todos los días de 10:00 a 16:00 en el Centro Barrial Ceferino Namuncura, que es un dispositivo de bajo umbral. También hemos retomado los talleres, por ejemplo, el taller para mujeres que están atravesando situaciones de violencia familiar y/o de género que lo coordina un psicólogo del Hogar de Cristo y tiene lugar los lunes a las 20:00 en calle Kirchner 1970. Además, los miércoles a las 20:15 ofrecemos un espacio terapéutico para personas con problemas de consumo y otras adicciones, en el mismo lugar”, señaló.
Sobre el consumo problemático, manifestó: “Se ha ido incrementando en los últimos años. Hay una naturalización del consumo porque hay una disminución en la percepción de riesgo. Atraviesa todas las vidas, no discrimina edad, ni situación social, podemos tener personas con poder adquisitivo alto o con problemática económica y sin embargo, las drogas, terminan siendo un remedio compensador que al final es una enfermedad”.
Abordaje
Con respecto a políticas públicas que aborden este tipo de problemáticas, observó: “No veo muchas estrategias de prevención que es lo necesario. No vemos que existan en las escuelas talleres para los padres y los alumnos, si bien existe una ley nacional sobre prevención del consumo problemático en el ámbito escolar, vemos que no se efectivizan en todo el país”.
“En lo asistencial observamos un déficit. Cuando el consumo se torna incontrolable, se requiere un espacio que permita un recurso terapéutico como una internación, pero lamentablemente no existen estos recursos en Río Gallegos y esto hace que el problema sea aún más complejo”, marcó Silva.
“La ley de salud mental no ayuda mucho en esos casos, y la adicción puede anular la voluntad de la persona para hacer un tratamiento. Por eso, hay que encontrar un equilibrio, ya que en ocasiones es necesario intervenir involuntariamente para proteger la vida de la persona. La falta de dispositivos profundiza mucho más el problema y vemos muchas familias desesperadas respecto a esto. Una de las propuestas que tenemos es poder generar un espacio terapéutico para las familias para que se puedan ayudar”, comentó.
En cuanto a otras sustancias, recordó que “estadísticamente está comprobado que el alcohol es una de las sustancias más consumidas en el país. Muchas de las personas que acompañamos en el Hogar de Cristo están en situación de calle, y su principal problema es el alcoholismo. Si bien hay un policonsumo, el alcohol es el que predomina sobre todo en los adolescentes. Además, hay un crecimiento en el consumo de psicofármacos. Somos uno de los países con mayor consumo de estas sustancias, que a veces se usan legalmente o ilegalmente”.
“Tenemos experiencias muy buenas de chicos que ha estado muy tirados y se han puesto de pie, no son la mayoría, al resto los seguimos acompañando, es un proceso largo. No solamente es abordar el consumo, sino también despertar motivaciones, poder hacer que se pongan de pie y empezar a caminar”, manifestó Silva.
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