Se puede preparar con maní o cualquier fruto seco (nueces comunes, pecan, avellana, almendras). El verbo “garrapiñar” significa, concretamente, bañar frutos secos con almíbar solidificado.

Garrapiñadas de nuez.
No tenemos idea de cómo llegó la palabra al diccionario del lunfardo (garrapiñar se usa moviendo los dedos de la mano en señal de “robo”), pero acá nos quedamos con la receta de garrapiñadas casera más rica del universo.
Para qué esperar las fiestas si podemos disfrutar ahora mismo.

Garrapiñadas de maní son las clásicas.
Las garrapiñadas que conocemos en estas latitudes también remiten directo a la plaza, a la puerta de la calesita y, por qué no, a las cuadras previas a entrar a la cancha (todo esto A.C. -antes del coronavirus, claro). ¿Pero cómo es la receta de garrapiñadas casera?
Ingredientes
½ taza de agua
1 taza de azúcar blanca
1 taza de maní pelado y tostado o frutos secos
1 chorrito de esencia de vainilla
Paso a paso
Paso 1
Un recipiente de cobre es lo ideal para hacer esta receta de garrapiñadas porque levanta rápido temperatura y se mantiene uniforme en todas sus paredes.
¿No tenés?, no importa, sale en sartén a la que te criaste, con el fondo lo más grueso posible.
Paso 2
Calentá la sartén o el perol, poné el agua y el azúcar para hacer un almíbar a punto bola media (dejalo que rompa el hervor y dale un ratito. Levantá el almíbar con una cucharita y ponelo dentro de un vaso de agua con hielo. Debe formarse una bolita que la podés tomar con los dedos, ése es el punto perfecto del almíbar). La idea es lograr un almíbar denso. Cuidado por que quema (aviso 1).
Paso 3
Una vez que lograste el punto del almíbar, retirás del fuego e incorporás el maní (o la fruta seca que quieras) y así, fuera de la hornalla, continúas revolviendo para que toda la fruta se impregne del azúcar. Vas a ver que el almíbar se vuelve blanco, con textura arenosa. Técnicamente lo que sucede es que el azúcar va a cristalizar hasta convertirse en azúcar invertido (se evapora el líquido y se concentra el azúcar). Cuidado porque quema mal (aviso 2).
Paso 4
Cuando llega este momento, es hora de incorporar la esencia de vainilla y este ingrediente es el responsable de que nos paremos a 10 metros del señor de la plaza y querramos comer todos los paquetitos de garrapiñadas juntos. Revolvé hasta que todo esté impregnado.
Paso 5
Una vez que ya lograste que todo el maní esté cubierto por esta “arenilla” blanca que es opaca, lo podés dejar enfriar en una placa.
Paso 6
El brillo final: volvé a disponer las garrapiñadas de maní en la sartén caliente para que el azúcar comience a fundir de nuevo, pero apenas, es para que tengan ese brillo que todos conocemos, siempre revolviendo.
Si te pasás de calor, vas a tener caramelo con maní, una especie de praliné, hoy no queremos nada de eso. Además, si se te pasa mucho, quedará muy amargo. Es apenas un ratito.
Paso 7
Listo, dejá enfriar la garrapiñada bien separada en una placa con aceite neutro y listo, a probar y disfrutar.
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