La ingeniera industrial graduada en la Facultad Santa Cruz de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN-FRSC), Erika Bahamonde, cuarta de los cinco hijos de una ama de casa y un técnico electricista, es primera generación de universitarios y en diciembre recibirá el Premio “Ing. Isidoro Marín” que otorga la Academia Nacional de Ingeniería.

Sus hermanas y hermano siguen el mismo camino, una de ellas se graduó como licenciada en Administración, su hermano está estudiando Ingeniería Electromecánica en la UTN y las otras dos mujeres se encuentran cursando Enfermería y Profesorado en Letras en la UNPA.

“Siempre me llamó la atención lo que es el medio ambiente y su cuidado, junto con una compañera habíamos empezado la ingeniería en Recursos Naturales en la UNPA. Después, apareció esta carrera y nos inscribimos”, contó Erika Bahamonde (33), a La Opinión Austral, sobre la Técnica Superior en Gestión y Evaluación Ambiental que comenzó a cursar en 2012 en el Instituto Superior de Enseñanza Técnica (INSET).

En la tecnicatura, de tres años, “aprendimos, primero a analizar los riesgos que surgirían de la instalación de una empresa y su desarrollo y también a aprender a mitigarlos y en el mejor de los casos, llegar al nivel inicial, a como se encontraba el terreno anteriormente”.

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El 8 de agosto, los futuros ingenieros en la mesa de examen del proyecto final en la UTN.

Sobre su primera experiencia como estudiante universitaria, recordó: “Era todo un mundo nuevo, pero como lo cursaba con una amiga fue bueno”.

Después de recibirse de técnica en marzo de 2016, realizó cursos y en 2020, sin imaginar que acontecería una pandemia, se inscribió en Ingeniería Industrial en la UTN.

“En marzo-abril se cerró todo y tuvimos que acostumbrarnos al mundo virtual”.
ERIKA BAHAMONDE, INGENIERA INDUSTRIAL

La cursada inició con trabajos en grupo mediante Zoom, pasó luego a una instancia híbrida para culminar con total presencialidad en 2024.

“Arranqué la cursada en febrero de 2020 con el seminario de nivelación, de febrero a abril, donde cursas tres materias. En marzo-abril se cerró todo y tuvimos que acostumbrarnos al mundo virtual, el primer año fue el más complicado porque había que acostumbrarse y encontrar la disciplina para poder cumplir con todas las materias, son entre 10 y 11 en los primeros años. A partir del tercer año fue semivirtual porque empezaron a haber algunos permisos. Después, el cuarto y quinto año, fue todo presencial”, repasó.

Erika Bahamonde, Carolina Martínez y Agustín Bruno junto al tribunal de la mesa de examen.

A partir de 2do año, Erika obtuvo la prestigiosa Beca Belgrano que le permitió cubrir gastos hasta culminar la cursada.

El 8 de agosto pasado, junto a Carolina Martínez y Agustín Bruno, rindieron el último examen, el proyecto final.

 

La ingeniera industrial Erika Bahamonde luego de haber rendido su último examen.

“El proyecto consistió en crear una empresa desde cero con algo relacionado a la región patagónica, nosotros elegimos una empresa que se encarga de la elaboración, distribución y comercialización de aguas saborizadas de frutos patagónicos”, comentó.

“Estaban las familias de todos, fue una felicidad absoluta. Nos tocó en pleno invierno, pero el clima estuvo lindo”, recordó.

Los graduados junto a sus familias el 8 de agosto en la Facultad Santa Cruz de la UTN.

El perfil del profesional, explicó que va “desde diseñar, optimizar, controlar los procesos administrativos, logísticos o procesos de cualquier empresa, podés trabajar en una petrolera, minera, hasta una empresa estatal, de energía, de servicios”.

Lo ideal sería poder complementar las dos carreras, si bien una es una ingeniería y la otra es una tecnicatura, el medio ambiente siempre está. Actualmente, no me encuentro trabajando, pero en lo que venga me gustaría, de a poco, ir encontrando en lo que me siento más cómoda”, anheló.

El Premio “Ing. Isidoro Marín” que recibirá es una distinción otorgada por la Academia Nacional de Ingeniería (ANI) con el propósito de reconocer a graduados y graduadas sobresalientes de las carreras de ingeniería que se dictan en las universidades del país, sean nacionales, provinciales o privadas, reconocidas por el Estado Nacional.

Dicho reconocimiento busca motivar y destacar la excelencia académica, premiando a quienes se han distinguido por su dedicación, esfuerzo y rendimiento académico a lo largo de su formación universitaria.

Agustín Bruno, Carolina Martínez y Erika Bahamonde, ingenieros industriales UTN.

Entre los requisitos para acceder a este galardón, se establece la necesidad de haber obtenido un promedio mínimo igual o superior a 8 (ocho) sobre 10 (diez) en las asignaturas específicas del plan de estudios y haber completado el plan como alumnos regulares en el número de años establecido como normal para la carrera.

Sobre cómo fue notificada, Erika contó: “Me habían mandado un mail desde la academia el 8 de octubre, no lo había leído y el 12 de octubre se comunicó el decano avisándome que había sido premiada”.

“Fue pura felicidad, no me lo esperaba”, reveló.

Es de destacar que Erika será la décima graduada de la Facultad Regional Santa Cruz de la Universidad Tecnológica Nacional que recibe este reconocimiento.

El acto de premiación tendrá lugar el 5 de diciembre en la Academia de Medicina en CABA. “Estamos viendo cómo hacer para viajar, no conozco Buenos Aires así que no quiero ir sola”, comentó.

Sobre sus logros académicos, la ingeniera reconoció “todavía no caigo, cuando me vea trabajando ahí voy a caer”.

Cerrando, agregó “el agradecimiento a mi familia y a mis amigos, en pandemia era difícil estudiar con toda la familia ahí. Los profesores, a los profesores del INSET, compañeros, todos me han felicitado en estos días, todos están felices y orgullosos”.

Ante la posibilidad de acceder a un trabajo, afirmó: “Ojalá así sea, estamos esperando”.

 

 

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