La noticia de la muerte de “Beto” Martínez caló hondo en el ámbito del automovilismo que a través de las redes sociales lo ilustra con emotivas despedidas, como la de Carlos Raúl Zapico, el periodista de LU12 AM680 y conductor de Música de Motores, que escribió una detallada biografía teñida de tristeza.

La carta

A la edad de 51 años se fue hoy Alberto Santiago “Beto” Martínez, presa del Covid 19 el entusiasta empresario y emprendedor santacruceño nos deja creando un vacío difícil de llenar por sus múltiples actividades y sus incontables amigos, clientes y conocidos, y por la amistad que nos brindo a muchos de nosotros.

El auto de Beto Martínez

Soporte incuestionable de su hijo Thiago quien resultó transformarse en un excelente piloto de autos de carrera al igual que él, supo no solo ser un colaborador de cuantos tuvieron la suerte de conocerlo, sino también de muchos otros que encontraron en su aporte amistoso, un apoyo en todos los órdenes.

Thiago y Beto

Comenzó siendo un transportista con su empresa EL PATAGONICO trasladando autos dentro de la ciudad, para ir creciendo notablemente en el rubro siendo hoy el principal empresario y habiendo expandido su actividad a otros puntos, como la puesta en marcha del Restaurante El Tablón en calle Sarmiento, uno de los mas pintorescos de la ciudad.

 

En la faz deportiva Beto arrancó el 5 de Abril de 2003 participando en la categoría 1300 cuando ésta comenzaba, dado que habia sido uno de sus entusiastas creadores, donde participó hasta 2005 habiendo logrado su primer podio el 21 de Noviembre de ese año 2003.

 

Incluso el 7 de Mayo de 2006 junto a Jorge Ramps, toma parte de los 100 kilómetros del TPS, reiterando su participación en esta categoría el 5 de Octubre de 2008 y al mes siguiente, obteniendo dos sendos quintos puestos, y reitera otras participaciones en octubre y noviembre de 2012 en la misma categoría.

 

 

Sumado a esto su afán por participar lo llevó hace unos años a formar parte de campeonatos en Río Turbio y principalmente en 28 de Noviembre en la categoría 2000 libre con un VW Gacel armado por el Godoy Motor Sport donde tuvo destacada participación ganando incluso en varias ocasiones y peleando la punta del torneo con su gran rival y amigo, el “Gaucho” Sanhueza.

 

 

Quizás su trayectoria no haya sido deslumbrante pero sí efectiva para aportarle a su hijo Thiago hoy transformado en un excelente e importante piloto patagónico, campeón dos años seguidos del TPS y campeón de la monomarca Fiat 1600, hoy corriendo en el Turismo Pista nacional y habiendo descollado en el Turismo Nacional con solo dos participaciones por lo que para alegría de Beto, recibió en los últimos tiempos un ofrecimiento para correr TC Mouras nada menos, la antesala y buen escalón para pretender llegar al Turismo Carretera, por lo que Beto estaba mas que entusiasmado como nos contó en estos últimos días antes de ser internado.

 

 

En su retorno de la anterior participación en Buenos Aires del Turismo Nacional, donde aparentemente se habría contagiado el virus, comenzó el trabajo para que su hijo llegue al Mouras en excelentes condiciones y estábamos al tanto de los trámites que realizaba a los efectos con muchas ganas como siempre.

 

 

Miembro de la Comisión Directiva del Automóvil Club Río Gallegos en los últimos años, fue fue un colaborador incansable, poniendo mucho de su actividad comercial para colaborar con el automovilismo deportivo, siendo uno de los jefes de seguridad mas destacados en el autódromo, siempre pendiente de las necesidades de la logística de la carrera, y a disposición para lo que haya que hacer o conseguir.

 

 

No solo lo hizo en el club o en la organización, sino que también hizo lo propio con quienes conocía y a quienes les hacia falta algo, porque Beto siempre estuvo dispuesto a colaborar con todo el mundo, y de allí la pena que hoy se siente en el mundo del automovilismo deportivo.

 

 

Siempre entusiasta, dicharachero, conversador, amante de las reuniones sociales y de los asados con amigos y conocidos, soporte de su familia y con la inestimable colaboración de su esposa Marta que le cubrió siempre las espaldas como un verdadero grupo familiar, formó parte del WathsApp del TPS hasta hoy, saludando todas las mañanas desde muy temprano con incluso alguna chanza, pero siempre preocupado por el bienestar de todos, como lo expresaba diariamente.
Se fue Beto Martínez y con él, otro amigo del automovilismo junto a Pajarito Sanchez, dos inolvidables de los fierros, que dejan un vacío que casi se puede tocar con la mano.

 

 

La tristeza de todos nosotros hoy, los que de alguna manera tenemos algo que ver con las carreras de autos y con la amistad, es una demostración palpable de los valores que nos unieron con Beto, por eso lo lloramos.

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