Cerca de las 10 de la mañana de este domingo, Fausto Bounine (43) llegó a la virgen de Güer Aike luego de recorrer más de 32 kilómetros por la ruta 3 en su silla de ruedas. Tal como había prometido, salió a las 6.10 desde Río Gallegos acompañado por amigos, familiares y vecinos que decidieron sumarse a la hazaña que duró 4 horas y 30 minutos.

 

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“Gracias por todo a todos los que están ahí. Vine a cumplir con lo que vine a hacer. Esto no es joda“, dijo y comenzó a gatear por la rampa que conduce a la virgen ubicada en las alturas del cerro, a la vera del río Gallegos.

La proeza del joven vecino que trabaja en las oficinas de la AFIP en la capital de Santa Cruz fue seguida desde todo el país. Amigos de Córdoba, Mendoza y Salta observaron orgullosos cómo trepaba, literalmente, por las barandas de las escalinatas para luego subirse nuevamente a su silla de ruedas y repetir la escena metros más adelante.

FOTO: MIRTA VELÁSQUEZ / LA OPINIÓN AUSTRAL

Al llegar sacó una bolsa con cada una de las peticiones que le hicieron, se bajó nuevamente de la silla de ruedas y gateó hasta la estatua de la Virgen para cumplir su promesa como “delivery de Dios”. “Gracias a mi madre. Siempre me hicieron saber que la vida es hermosa, que esto no me tiene que prohibir nada. Por eso no me prohíbo estar acá”, reflexionó Fausto antes de rezar.

 

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