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La Opinión Austral confirmó este sábado por la mañana el fallecimiento de Fernando Alturria, veterano de la guerra de Malvinas y figura destacada en la comunidad de Río Gallegos. Tenía 63 años y atravesaba un delicado cuadro de salud que se agravó en los últimos días.

El deceso ocurrió a las 9 de la mañana en una sala común del Hospital Regional, donde había sido internado el miércoles por un cuadro de deshidratación severa y anemia. Su familia lo acompañó hasta el final. “Se fue tranquilo, sin dolor. Estábamos todos sus hijos acá en la habitación con él”, dijo una de sus hijas en diálogo con La Opinión Austral.

Compromiso eterno con la soberanía

Fernando Alturria fue combatiente en la Guerra de Malvinas de 1982, donde integró las filas del Ejército Argentino. Desde su regreso al continente, dedicó su vida a mantener viva la memoria de los caídos y a defender la soberanía argentina sobre las islas en cada acto, charla escolar y conmemoración.

Fernando Alturria junto a los padres de Honorio Ortega en el acto del 2 de abril. FOTO; LEANDRO FRANCO / LA OPINIÓN AUSTRAL.

Durante más de cuatro décadas, su figura fue sinónimo de compromiso, humildad y entrega. Participó activamente en espacios de memoria, fue voz de reclamo permanente por los derechos de los veteranos y símbolo de lucha para generaciones más jóvenes.

Alturria no solo fue un excombatiente, sino un referente social y comunitario. Su palabra tenía un peso especial en Río Gallegos, donde era reconocido como un vecino ejemplar.

Reconocimiento institucional y despedida

Tras conocerse la noticia, el Departamento de Políticas para Adultos Mayores, dependiente de la Secretaría de Desarrollo Comunitario de la Municipalidad de Río Gallegos, publicó un emotivo mensaje de despedida en sus redes sociales.

“Descanse en paz, héroe de Malvinas, Alturria Fernando. Tu legado vivirá siempre en nuestros corazones. Gracias por tu servicio y tu honor. Que brille la luz que no tiene fin. Descansa en paz. Dios dé consuelo y fortaleza a su familia”, expresaron desde la institución.

Numerosos mensajes de vecinos, amigos y compañeros de armas comenzaron a multiplicarse, en homenaje a quien fue considerado un verdadero héroe de la historia reciente argentina.

Sus restos iban a ser velados en un principio en Ilhero, desde las 13 horas de este sábado, sin embargo el Municipio ofreció el gimnasio municipal 17 de Octubre desde las 16 hasta las 0 horas. El domingo sus restos serán trasladados al cementerio, previo a un recorrido por el Centro de Veteranos Honorio Ortega y el Monumento a Malvinas, frente a la rotonda Cardenal Samoré.

Una salud deteriorada y una despedida serena

Alturria venía atravesando una compleja situación médica desde hacía más de dos meses, cuando una caída derivó en fuertes dolores, dificultad para caminar y un cuadro general de deterioro físico. Los análisis posteriores confirmaron un tumor en etapa de metástasis, posiblemente en los huesos, lo que explicaba su dolor persistente y el rápido debilitamiento.

El último parte médico, conocido el jueves, ya había anticipado que su estado era irreversible. Ese mismo día, su hija explicó que los médicos habían decidido trasladarlo a una sala común para que pudiera estar acompañado en sus últimos momentos.

“No nos dieron muchas esperanzas de que se pueda recuperar”, había contado entonces.

El legado que deja

Fernando Alturria será recordado como un hombre íntegro, luchador y profundamente humano. Su legado no solo se mide por su participación en el conflicto de 1982, sino por su incansable tarea de concientización y memoria activa durante toda su vida.

Llegada del último viaje a Malvinas. De izq. a der.: Carlos Cárcamo; Silvia Cárcamo; Alana Altamirano; la pareja del veterano de guerra, Mariana Fernández, quien lleva en brazos a su nieta Alai; Fernando Alturria; y su hija Carolina Alturria. FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL

Fue, para Río Gallegos y toda Santa Cruz, un símbolo viviente del reclamo de soberanía argentina sobre las islas del Atlántico Sur, y su muerte representa una pérdida enorme para la comunidad y para quienes mantienen viva la causa Malvinas.

Combatió en la Guerra en 1982 como cabo del Regimiento de Infantería 12 de Mercedes, Corrientes, y participó en los intensos enfrentamientos de Pradera del Ganso, uno de los combates más duros del conflicto.

Desde entonces, dedicó su vida a mantener viva la llama del reclamo de soberanía y la memoria de sus compañeros caídos. Fue uno de los impulsores de la “malvinización” en la educación santacruceña y durante años presidió el Centro de Veteranos de Guerra “Soldado José Honorio Ortega”, con sede en la capital de Santa Cruz, hasta la asunción de Eduardo Chorrero.

“La Vigilia por Malvinas ya no es sólo de los veteranos, es del pueblo”

Fernando Alturria, veterano de Malvinas

El pasado 2 de abril, en una entrevista con este medio durante la tradicional vigilia en Río Gallegos, Alturria expresó su emoción por el acompañamiento del pueblo. “Me emociona ver tanto acompañamiento, llueva o caiga granizo… los vecinos siempre están. Ya no es algo sólo de los veteranos, sino del pueblo”, dijo con orgullo.

Los veteranos de Malvinas durante el desfile en Río Gallegos.

Aquellas palabras, que hoy resuenan con más fuerza que nunca, reflejan su profunda conexión con la comunidad y su incansable trabajo para mantener viva la causa. Ese compromiso no sólo lo convirtió en un referente de los veteranos, sino también en un símbolo de resistencia y memoria colectiva.

Una vida dedicada a Malvinas y a su gente

Nacido en Buenos Aires y radicado en Río Gallegos desde fines de los ‘80, Alturria fue una pieza clave en la construcción del relato malvinero en el sur argentino. Bajo su liderazgo, el Centro de Veteranos se transformó en un espacio de encuentro, reflexión y lucha, donde se organizan talleres, actividades escolares, viajes a las islas y actos conmemorativos.

Alturria fue homenajeado en diversas oportunidades por autoridades provinciales, siendo reconocido formalmente como “Héroe de Malvinas” y referente nacional por su incansable labor. Sin embargo, su mayor orgullo siempre fue el afecto de su comunidad.

El emotivo último viaje a las islas y el reencuentro con su historia

Colocando una cinta celeste y blanca en la tumba de José Honorio Ortega

En enero de este año, Fernando Alturria volvió a pisar el suelo de las Islas Malvinas en un viaje profundamente simbólico y emotivo. “Viajando a reencontrarme con aquel joven soldado de 19 años y a rendirle el justo homenaje a los mártires que son los centinelas eternos en nuestras islas Malvinas”, escribió antes de embarcarse.

Durante la travesía, visitó lugares claves de su historia en combate, como Pradera del Ganso, y rindió un sentido homenaje en el cementerio de Darwin, especialmente en la tumba del soldado José Honorio Ortega, el único santacruceño caído en la guerra. Fue recibido con afecto al regresar a Río Gallegos, un reflejo del enorme respeto que la comunidad siente por él.

No era su primera vez en las islas: en 2015 había viajado junto a estudiantes de la Escuela N°78 de Río Gallegos como parte del proyecto educativo “La vida de un héroe”, experiencia que fue registrada en el documental Un viaje a Malvinas.

Qué hizo Fernando Alturria en la guerra de Malvinas de 1982: un joven soldado frente al fuego enemigo

Fernando Alturria tenía apenas 19 años cuando fue convocado por el Ejército Argentino para participar del conflicto bélico en el Atlántico Sur. Era cabo del Regimiento de Infantería 12 de Mercedes, Corrientes, y formó parte activa del despliegue en la Isla Soledad, donde protagonizó uno de los episodios más cruentos de la Guerra de Malvinas: el combate en Pradera del Ganso (Goose Green), en el estrecho de Darwin.

43 años después. Fernando Alturria y su pareja, Mariana, en el puente colgante al sur de Pradera del Ganso.

Aquel 28 y 29 de mayo de 1982, Alturria y sus compañeros resistieron el avance de las fuerzas británicas en una batalla que duró más de 14 horas bajo intensos bombardeos de artillería y fuego cruzado. Fue una de las primeras ofensivas terrestres de los ingleses y significó un punto de inflexión en la guerra. Allí perdió la vida José Honorio Ortega, el único santacruceño caído en combate, a quien Alturria homenajeó décadas más tarde al frente del centro de veteranos que lleva su nombre.

Pradera del Ganso: un combate cuerpo a cuerpo

La batalla de Pradera del Ganso fue el primer gran enfrentamiento terrestre de la guerra. Las tropas argentinas, en su mayoría jóvenes conscriptos y suboficiales como Alturria, resistieron con valentía pese a la desventaja en equipamiento y logística. En condiciones climáticas adversas y con un terreno abierto que favorecía el avance enemigo, Alturria actuó como parte de una de las compañías encargadas de sostener posiciones clave en el frente sur.

Soldados argentinos entierran en Darwin-Pradera del Ganso a sus compañeros luego de la batalla.

En entrevistas posteriores, el veterano recordó haber pasado más de 12 horas en trincheras bajo fuego incesante, viendo caer a compañeros y enfrentando el miedo con coraje. Su participación fue reconocida por sus superiores y, años más tarde, por la comunidad de Río Gallegos, donde se radicó tras el conflicto.

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